El teatro en la cuerda floja: Los decretos autonómicos limitan su actividad y aforo
Los festivales de Ciudad Rodrigo y Mérida ya se han visto afectados, y se espera un trimestre caótico y difícil.
A mediados de julio, cuando se vislumbraba un rayo de esperanza y comenzaban los Festivales de Teatro de verano, se produjo un brote del virus en Barcelona, automáticamente la Generalitat pedía suspender toda actividad cultural, entre ellas el Festival Grec que se celebra en Barcelona. La mediación de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, alegando el cumplimiento escrupuloso de las medidas de seguridad sanitaria en las actividades culturales, y tildando de “incoherente” la medida, ayudó a la reflexión del Gobierno autonómico y éste rectificó su decisión.
Los ánimos se encendían ante una posible avalancha de cancelaciones o suspensiones, cómo sobreviviríamos a tanta incertidumbre?
Mientras tanto, la Unión de Músicos Profesionales de España, organización que agrupa a catorce sindicatos y asociaciones profesionales representadas en todo el territorio español y que abarca todo el espectro del músico profesional en la España del siglo XXI, lanzaba los hashtags #laculturaessegura y #culturasegura y en cuestión de horas inundaron las redes sociales y fueron secundados por miles de profesionales y aficionados al teatro. La intención era desvincular la relación que las autoridades lanzaron a los ciudadanos realacionando inseguridad con cultura.
El teatro, de nuevo en la cuerda floja
La disparidad de criterios de las Administraciones Públicas para regular los aforos de los teatros, está volviendo “locos” a los profesionales de las Artes Escénicas y pandémicos, pero de recursos económicos, a las empresas, compañías y profesionales del sector. Medidas tan discordantes como un máximo de 25 personas en un teatro con 1000 localidades chocan con las nuevas medidas en educación de 25 alumnos en un aula. Un disparate que sin duda no atiende a la especificidad de cada actividad y sí a la precipitación de las decisiones.
El 9 de mayo de 2020, el BOE, Boletín Oficial del Estado publicaba las normas a seguir en la flexibilización de las restricciones que se habían seguido durante el estado de alarma. Las medidas abocaban a la incertidumbre, volvíamos a las tablas pero con mucho recelo. La Orden Ministerial hablaba de las medidas en los Museos, el cine, el teatro, los rodajes… en resumen, se reactivaba tímidamente los eventos culturales donde solo se podía ocupar un tercio del aforo y un máximo de 25 personas en locales cerrados, una medida absolutamente inviable para la industria cultural. A final de mayo, Carlos Morán, Presidente de la Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales y en representación de varias Asociaciones del sector cultural, proponía una ocupación del 60 %. Ya comenzábamos con un baile de cifras, aforos según se tratara de espacios al aire libre o cerrados, que terminó de complicarse más cuando la potestad de los aforos se trasladó a las Autonomías.
Por ejemplo, el Festival de Teatro Clásico de Mérida comenzó con el 50% del aforo a la venta, más tarde la Junta de Extremadura permite el 75% en un acuerdo del Consejo de Gobierno del 19 de junio. Tras la primera semana de exhibición del Festival, las autoridades sanitarias aconsejan el 50% del aforo y el Festival procede a devolver a los compradores el importe de las entradas adquiridas una vez superado el porcentaje recomendado.
En Castilla y León, hasta hoy, aunque estaba permitido el cincuenta por ciento del aforo, se sigue la norma del metro y medio de distancia entre espectadores, lo que implica una reducción del aforo que según qué espacios puede llegar a una ocupación de nada más que un 23 por ciento aproximadamente. Esta medida provocó la cancelación del Festival de Teatro Clásico de Olmedo que se celebra en la ciudad pucelana.
El 1 de septiembre esta Comunidad Autónoma anunció nuevas restricciones en Salamanca y Valladolid con un máximo de 25 personas en espacios cerrados en cines y teatros y 50 en los toros, independientemente de los metros cuadrados del recinto o el aforo de los espacios. El Ayuntamiento de Valladolid ya ha anunciado que recurrirá ante los tribunales de justicia estas medidas restrictivas que el Gobierno Autonómico ha adoptado de forma unilateral, sin consultar con los Ayuntamientos afectados.
El consistorio vallisoletano considera desproporcionadas las medidas adoptadas y remarcan que la prioridad es la seguridad de todos los ciudadanos y ya se ha demostrado que los actos culturales celebrados en la provincia son eventos seguros, respetando todas las medidas de seguridad e higiene y si no se consigue esta premisa, se suspende. El miércoles 2 de septiembre, se convocó una sentada silenciosa en la Plaza Mayor de Valladolid en protesta por las medidas adoptadas por la Junta de Castilla y León.
Todas estas medidas chocan con los resultados de los eventos celebrados en torno al teatro en esta Comunidad Autónoma. En la ciudad salmantina de Ciudad Rodrigo, acaba de clausurarse la 23 edición de la Feria de Teatro de Castilla y León, un certamen que congrega a profesionales de toda España, con presencia de programadores de otros países y asistencia del público de calle. Se han representado 52 funciones en 7 espacios escénicos diferentes, y hay que destacar la escrupulosa organización, respetando de forma exquisita las medidas de seguridad sanitaria frente a la Covid. Precisamente el Consejero de cultura de esta comunidad, Javier Ortega, aseguraba el 25 de agosto en su discurso inaugural de la Feria de Teatro de la ciudad mirobrigense que "es un espléndido ejemplo de cómo afrontar esta acuciante realidad con responsabilidad".
En Castilla La Mancha se publica el Decreto 24/2020 de 19 de junio en el que se permite una ocupación máxima del 75% del aforo, con un máximo de 300 localidades, sin embargo el 22 de agosto el Diario Oficial de Castilla la Mancha publica las nuevas medidas de prevención que rectifican las ya adoptadas en el Decreto 24/2020 de 19 de junio y suspende las actividades educativas de ocio y tiempo libre dirigidas a la población infantil y juvenil. Esta medida supone la cancelación de facto de todos los espectáculos teatrales o musicales ya programados dirigidos al público infantil o familiar.
A través de las Asociaciones de profesionales y el pulso en general del sector, estamos detectando en los últimos días un aumento considerable similar al ocurrido en marzo de suspensiones, de cancelaciones o aplazamientos de numerosas actuaciones (bolos) contratados o reservados para los próximos meses.
Todas estas medidas restrictivas, más la sobreinformación a la que nos someten algunos medios de comunicación, crean un alarmismo paralizante que influye en las decisiones de los responsables políticos culturales. Hemos demostrado que la #laculturaessegura. Por supuesto con responsabilidad y con mucha prudencia, pero si se quiere, se puede. Es cuestión de voluntad, compromiso y sensibilidad.
El público paciente, respetuoso, atendiendo siempre a las indicaciones del personal de sala y expectante al finalizar el espectáculo para seguir los protocolos de desalojo escalonado de la sala que por megafonía indicaba la organización. Sin su colaboración, nada hubiera sido posible.
Más noticias: