La historia oculta de la Real Casa de Correos de Madrid: Foco de controversia política
Muchos historiadores se oponen a la declaración de la Real Casa de Correos como Lugar de Memoria Democrática
El Gobierno Central ha tomado la decisión de declarar la Real Casa de Correos, sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, como Lugar de Memoria Democrática por su pasado franquista. Una medida que ha desatado una fuerte controversia entre la administración regional y el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Muchos historiadores también se han pronunciado ante esta decisión que "nada tiene que ver con el Franquismo". Explican que se trata de "una etapa más de nuestra historia y por las paredes de este edificio han sido muchas las épocas y circunstancias que le han caracterizado".
La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y su equipo han calificado esta medida como una "auténtica barbaridad". Argumentan que vincular este emblemático edificio con el franquismo es un error que “desvirtúa su valor histórico”.
La Real Casa de Correos, situada en la Puerta del Sol, es un edificio con más de 250 años de historia. Está catalogado como Bien de Interés Cultural desde 1997.
A lo largo de su existencia, ha albergado diversas instituciones, incluyendo la Capitanía General y el Gobierno Militar. Y ha sido testigo de eventos históricos significativos, como la revuelta del 2 de mayo de 1808, por la que cuenta con una placa conmemorativa en su fachada.
Sin embargo, su papel más controversial se asocia con la Dirección General de Seguridad durante el régimen franquista. Se llevaron a cabo actividades de represión política, incluyendo la vigilancia, la censura y la persecución de opositores.
La Consejería de Presidencia, Justicia y Administración Local de la Comunidad de Madrid ha presentado alegaciones formales contra la nueva calificación al edificio. Ha argumentado que afecta a las competencias autonómicas en la gestión del patrimonio y el funcionamiento de las instituciones de autogobierno.
Una medida denunciada como "falta de lealtad institucional"
En su comunicado, el Gobierno regional madrileño ha expresado su descontento por no haber sido notificado previamente sobre esta decisión. Algo que consideran una “falta de lealtad institucional”.
Además, la Comunidad de Madrid sostiene que la Casa de Correos debe ser vista como un “símbolo de concordia y reconciliación entre todos los españoles”. En lugar de que se la asocie únicamente con una etapa de represión.
El consejero de Presidencia, Miguel Ángel García Martín, ha enfatizado que el edificio ha tenido múltiples usos a lo largo de su historia. Así como que su valor no puede ser reducido a un solo periodo.
“Los poderes públicos tienen la obligación de proteger y preservar la neutralidad, la pluralidad, la concordia, el respeto a la Historia, la imagen institucional, el significado y el uso actual de la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid”, ha dicho García.
Si la declaración se lleva a cabo, la ley de Memoria Democrática exige que se instale una placa en la Casa de Correos con los nombres de las víctimas de la represión. Una medida que ha generado aún más oposición por parte del Gobierno regional.
La Comunidad de Madrid argumenta que esta iniciativa no cumple con los requisitos establecidos en la Ley 20/2022 de Memoria Democrática. Y que el procedimiento seguido por el Gobierno central es una interpretación parcial del pasado del edificio.
El Partido Popular ha anunciado su intención de utilizar todos los recursos legales disponibles para cambiar lo ocurrido. Se prevé que presenten una enmienda en la Asamblea de Madrid para modificar la Ley 1/1983 del Gobierno y Administración de la Comunidad de Madrid. Con el objetivo de reforzar la protección de la Casa de Correos como sede de la Presidencia regional.
La controversia en torno a la Real Casa de Correos refleja las tensiones políticas actuales en España. La memoria histórica y la interpretación del pasado siguen siendo temas divisivos. La resolución de este conflicto podría tener implicaciones significativas para la gestión del patrimonio histórico y la memoria democrática en el país.
La historia de la Real Casa de Correos, protagonista de la Puerta del Sol y símbolo del kilómetro cero
La Real Casa de Correos es un edificio icónico de la Puerta del Sol de Madrid que ha sido escenario de importantes momentos de la historia española.
En el siglo XVII, la parcela que ocupa Real Casa de Correos de Madrid era un conjunto de modestas viviendas de dos pisos. Estaban distribuidas en dos manzanas separadas por una calle estrecha, que sería probablemente la antigua calle de la Paz.
Esta zona, vecina al convento de San Felipe el Real, tenía una reputación de abandono. El marqués de Villa San Andrés la describía como un “lugarón destartalado y sucio”.
Con el tiempo, la zona se transformó drásticamente. Durante el reinado de Fernando VI, el marqués de la Ensenada propuso la construcción de una Casa de Correos que centralizara los servicios postales. Encargada inicialmente al arquitecto Ventura Rodríguez, la obra consolidó las dos manzanas en un solo solar.
Aunque Ventura realizó los primeros planos, fue Jaime Marquet, bajo el reinado de Carlos III, quien se convirtió en el principal responsable del diseño final. En este diseño se incluía un edificio de planta rectangular con dos patios interiores.
A lo largo del siglo XVIII, la Casa de Correos adquirió una doble función. Gestionaba el creciente tráfico postal y garantizaba la vigilancia ciudadana. Para ello, contaban con guardias asignados tras el motín de Esquilache.
Durante el siglo XIX, la Puerta del Sol y sus alrededores vivieron numerosas reformas, incluyendo la instalación del famoso reloj en 1866. Este reloj fue donado por el relojero José Rodríguez Losada, que reemplazó los antiguos mecanismos imprecisos.
El siglo XX manchó de sangre la historia de la Real Casa de Correos
El siglo XX también marcó importantes eventualidades históricas que rodean a la Real Casa de Correos.
En 1912, el asesinato de José Canalejas, entonces presidente del Consejo de Ministros, conmocionó al país cuando fue atacado cerca del edificio.
Dos décadas después, en 1931, la proclamación de la Segunda República transformó la plaza en un lugar de euforia ciudadana. Una multitud abrumadora de personas abarrotaban los techos de los tranvías y kioscos para celebrar el cambio político.
Durante la dictadura franquista, la Casa de Correos se utilizó como sede de la Dirección General de Seguridad. En esta etapa, sus sótanos fueron tristemente célebres como centros de detención y tortura de opositores al régimen.
El edificio también fue testigo de un atentado el 13 de septiembre de 1974. Una bomba en la Cafetería Rolando dejó una docena de muertos y más de setenta heridos. Se le conoce como atentado de la Calle del Correo, ya que estaba junto al edificio de Gobernación.
Con la transición democrática, la Casa de Correos adquirió un nuevo papel. En 1985, fue cedida a la Comunidad de Madrid para ser sede de su presidencia. Tras varias remodelaciones, el edificio recuperó elementos de su arquitectura original y se consolidó como un símbolo institucional y cultural.
Fue en 1998 cuando se reinauguró oficialmente con una ceremonia presidida por los reyes Juan Carlos I y Sofía.
En los últimos años, el edificio ha seguido adaptándose
En 2009, la placa del kilómetro 0, ubicada frente a la Casa de Correos, fue reemplazada por una nueva tras décadas de deterioro. Y en 2017 se realizaron restauraciones en sus fachadas debido al desgaste de sus elementos ornamentales.
Durante las obras de renovación de la Puerta del Sol entre 2022 y 2023, se añadió una rosa de los vientos a la placa del kilómetro 0. Destacando aún más su carácter simbólico como punto de referencia nacional. Desde él se miden las carreteras radiales en España.
Actualmente, la Casa de Correos alberga actos clave como las celebraciones del Día de la Comunidad de Madrid. También las recepciones a equipos deportivos tras sus victorias.
Y en Navidad, la exposición de un tradicional Belén navideño y las míticas Campanadas de Noche Vieja. Su historia y presencia convierten a este emblemático edificio en un testigo privilegiado de la evolución de Madrid y de España.
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