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Una pareja sonriente posando al aire libre en una fotografía en blanco y negro.
CULTURA

Qué fue del verano de... 1976: Las primeras vacaciones sin dictadura

El 30 de julio se presentaba la primera ley de Amnistía y en agosto el primer borrador de la Ley de Reforma Política

La muerte del dictador Francisco Franco había provocado una situación política novedosa. Por primera vez tras 36 años de dictadura franquista, la jefatura del estado había recaído nuevamente en la figura de un monarca. Juan Carlos I tenía la difícil situación de escoger un presidente del gobierno que liderase las reformas democráticas que pedía la sociedad española. El primero de los presidentes sería Arias Navarro.

Sin embargo, la confianza depositada por el rey en su persona pronto perdería fuerza debido a su endeble liderazgo. Algunos ministros que formaban parte de su gobierno demostraban un mayor protagonismo que Arias Navarro. Además, la intención del rey era llevar a cabo mediante este ejecutivo las reformas necesarias para cambiar el sistema político español de una dictadura a una democracia normalizada. No obstante, Arias Navarro era uno de los defensores del legado del dictador y eso provocaba su posición contraria a muchos cambios democratizadores.

Los sucesos de violencia en las calles que se habían desarrollado meses y días antes del inicio del verano demostraban que la división de opiniones entre el jefe del estado y del gobierno no era positiva para los fines que se buscaban. Entonces, el 1 de julio Juan Carlos I tuvo una reunión con Arias Navarro marcada por la tensión entre los dos. Acabó con la presentación definitiva de la dimisión del presidente del gobierno.

Esta vacante en el puesto de presidente del gobierno pronto fue ocupada. El rey Juan Carlos I encargó a Adolfo Suárez, dos días después de la dimisión del anterior ejecutivo, la formación del segundo gobierno de su período monárquico.

Un hombre vestido de traje oscuro está firmando un documento en una ceremonia oficial, mientras varias personas, también vestidas formalmente, observan en el fondo.
Afolfo Suárez fue nombrado presidente del gobierno. | Archivo

Nuevamente el objetivo era llevar a cabo las reformas necesarias para desmontar el régimen autoritario de Franco y constituir una democracia en nuestro país. Y aunque la figura de Adolfo Suárez despertaba algunas dudas pues no era conocida, pronto quedaron disipadas al demostrar una capacidad de liderazgo tal, que podía unir en un mismo camino a grupos políticos tan lejanos como los falangistas, socialdemócratas, los liberales y otros muchos.

Ya en el verano de 1976 se dieron los primeros pasos de gigante para la construcción de un régimen democrático en España. El 30 de julio se proclamaría el Real Decreto Ley sobre Amnistía que sería el precedente de la Ley de Amnistía del 1977. Esta norma, previa a la definitiva, justificaba su existencia en el BOE como símbolo de la voluntad real de reconciliación entre todos los pueblos españoles y defendiendo que la democracia hacia la que se dirigía España debía iniciarse sin mantener legados discriminatorios del pasado. Y aunque la norma del 76 supuso una amnistía parcial para los presos políticos, la del 77 la completó, dejando España de tener presos políticos.

El 23 de agosto Suárez recibió de parte del presidente de las Cortes, Torcuato Fernández-Miranda, el primer borrador de la Ley de Reforma Política. Esta ley tenía como objetivo establecer en España una monarquía parlamentaria con elecciones pluripartidistas. Los jefes militares mostraban su posición contraria a la legalización del resto de partidos porque creían que eso iba en contra del régimen. Adolfo Suárez, a finales de ese verano, presentó tras mucho trabajo el proyecto de ley a los militares. De momento, defendía que el Partido Comunista no tuviera asegurada su legalización.

En definitiva, el verano de 1976 estuvo marcado por decisiones políticas importantes relativas a la destrucción de un régimen atrasado y a la creación de una democracia. Pese al ajetreado calendario político del rey ese verano, en agosto de 1976 los reyes hicieron su habitual viaje a Mallorca pese a la insistencia de San Sebastián por convertirse en el destino veraniego de los reyes. Los monarcas, junto con sus hijos, pasarían sus vacaciones en el Palacio de Marivent, lugar escogido como residencia oficial estival.

Y en otro orden de cosas, la canción más popular de ese período estival era “¿Qué pasa contigo, tío?” de Los Golfos. Unos autores que afirmaban estar todo el día de juerga. 

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