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Portadas de dos libros, uno con una mujer mayor de cabello largo y canoso sonriendo y el título "La edad es un número, la actitud lo es todo" de Pino Montesdeoca, y otro con ilustraciones coloridas y el título "Un caracol en mi armario" de Toni Acosta.
CULTURA

La otra 'feria del libro'

Hasta el próximo 15 de junio, autores como la modelo Pino Montesdeoca estarán firmando ejemplares en la Feria de Libro

José Martí dijo que “hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”. Y parece que muchos famosos han decidido cumplir, al menos, con una de ellas. Pero no hablamos de libros escritos entre cafés y madrugadas de inspiración, no. Hablamos de “la otra feria del libro”. Esa feria en la que los focos apuntan a las caras conocidas y los libros se venden a ritmo de selfie y firma multitudinaria.

En un mundo en el que la palabra FOMO (miedo a perderse algo) lo es todo, no basta con estar in the place you have to be, hay que llevar el must have del momento. Y si el año pasado era una tote bag con algún autor clásico impreso en tipografía minimalista. Este año es el último libro de ese influencer, cantante, presentador o ex de alguien que ya tiene una sección fija en televisión.

Porque los famosos ya no solo nos cuentan su vida en platós o podcasts, ahora también nos la relatan en letra impresa. Prologada por algún amigo o redactada con la ayuda de un coach de escritura (esa nueva figura que traduce audios de WhatsApp en capítulos con título motivacional). Algunos incluso se erigen como nuestros nuevos gurús vitales. Del autobombo a la autosanación, del “yo lo superé así” al “te voy a enseñar cómo”.

El nuevo mantra

Vivimos en una época donde la exposición ha reemplazado a la experiencia. Hacer cola para la firma de un libro no siempre es un acto de lectura, sino una forma de estar presentes en “el lugar correcto”, de demostrar que se pertenece a una comunidad visible. La lectura importa menos que el registro. Las páginas pesan menos que la foto del momento.

En este mundo ya no sorprende que alguien sea capaz de pagar 200 euros por un concierto. No tanto para disfrutarlo, sino para grabar un video que lo acredite como testigo. La vivencia se mide en el cómo me verán o en el qué dirán.

Personas caminando y visitando puestos de libros en una feria al aire libre en un día soleado
Feria del libro | EP

Tuvo que venir el apagón para que muchos se reencontraran, aunque brevemente, con el gesto íntimo de mirar a otra persona a los ojos. Durante esas horas, el silencio digital reveló un vacío. La incertidumbre de no saber quién se es sin una conexión, sin un contenido que subir, sin un público que mire. Algunos no sabían qué hacer con su tiempo si no podían narrarlo en tiempo real.

En este paisaje de identidades mediadas por pantallas, los libros escritos por celebridades han pasado de ser productos de consumo rápido. A convertirse en pequeños altares de validación. No importa tanto lo que dicen, sino lo que representan. Son símbolos, mantras de una época donde lo importante no es tanto vivir como demostrar que se está viviendo.

Récords, reality y reflexiones

Algunos libros han batido récords de ventas edición tras edición. Y no estamos hablando precisamente de autores consagrados ni de premios literarios. No. Hablamos de otra liga. Una en la que las portadas brillan por el número de seguidores, no por los premios recibidos. Títulos firmados por celebridades como Julián Muñoz, David Bisbal, Tamara Falcó o María Pombo conviven en los expositores más visitados. Existen dos tipos de libros claramente definidos en este universo paralelo del best seller mediático.

Por un lado, el autobiográfico, ese en el que el famoso “nos lo cuenta todo”, con un tono de confesionario pop.  Desde su infancia complicada, pasando por el primer desamor televisado, hasta la ruptura que terminó siendo trending topic. Es la crónica emocional de una vida vivida en directo, con lágrimas y superación, claro está.

Por otro lado, el libro reflexivo-espiritual, más místico, más coach.  El que se vende como guía de vida para aprender a vivir mejor, sanar traumas, alinear energías o desbloquear el “yo interior”. Todo aderezado con referencias al yoga, al thetahealing, a los Siddhartha de turno y al inevitable viaje iniciático al Himalaya.

Y ojo, no decimos que no tengan nada que aportar. Al contrario, sus vidas, con su ritmo frenético, probablemente resultan mucho más intensas y cinematográficas que las de la mayoría. Pero también es cierto que, entre tanto mantra reciclado, el detox emocional a base de ayuno digital. Las citas de sabiduría zen sacadas de Pinterest, el contenido empieza a sonar algo recalentado. Una espiritualidad de microondas para un público con prisa y sed de sentido.

Y sin embargo, ahí están, vendiendo como churros. Porque en esta otra feria del libro, lo que importa no es tanto lo que lees, sino quién te lo firma.

Elegir qué leer también es un acto de conciencia

Hasta el día 15 de junio, muchos de estos autores estarán firmando ejemplares.  Haciéndose selfies y protagonizando stories desde las casetas más transitadas del Retiro. Porque sí, en esta otra Feria del Libro, la que marcha a ritmo de algoritmo. Los libros se valoran más por su potencial instagrameable que por su contenido.

Y, sin embargo, sería injusto meterlo todo en el mismo saco. Hay libros firmados por rostros conocidos que de verdad merecen la pena, que demuestran que detrás de la popularidad puede haber sensibilidad, oficio y mirada. Es el caso de La edad es un número, la actitud lo es todo (La esfera de los libros) , de  Pino Montesdeoca (quien firma el 6 de junio de 18:30 a 19:30 en la caseta 284 y el 7 de junio de 10:30 a 11:30 en la caseta 236), un testimonio inspirador sobre cómo abrazar la madurez con determinación y estilo propio.

O Desayuné con ellas... a los 25, de José Aguilar (firma el 5 de junio de 19:00 a 21:00 en la caseta 297), un libro que recupera voces femeninas fundamentales a través de una mirada personal y cuidadosa. También Un caracol en mi armario, de Toni Acosta (firma el 8 de junio de 19:00 a 21:00 en la caseta 256), que sorprende con una narrativa íntima, valiente y honesta sobre la infancia, la identidad y el poder de contarse desde dentro.

O la siempre polifacética Ágatha Ruiz de la Prada, quien tenía programada la firma de su libro "Todo por un plan" el pasado día 30 pero que se vio cancelada por la climatología. Esperamos que pueda hacer un hueco en su agenda para poder disfrutar de la presentación.

Leer, sea lo que sea, siempre es un acto valioso. Pero sería una pena quedarnos solo en la superficie. En tiempos donde la visibilidad parece más importante que la profundidad, conviene recordar que la literatura sigue siendo, ante todo, un territorio de ideas, de preguntas, de belleza...

Por eso, más allá del brillo de la portada o del nombre conocido, vale la pena abrir el libro y dejarse llevar por lo que hay dentro. Leer con curiosidad, sí, pero también con criterio. Y, sobre todo, con el compromiso de no olvidar que detrás de cada gran obra hay autores y autoras que escriben desde la sombra, sin focos, pero con una voz que merece ser escuchada. En un mundo tan difícil como el de la escritura, quizás el mayor gesto de amor por los libros sea mirar más allá del cartel y preguntarse, con honestidad, qué historias nos dejan algo cuando se acaba la última página.

Ponga usted un libro en un famoso

“Ponga usted un libro en un famoso”, podría ser el eslogan no oficial de esta otra feria del libro. Pero más allá del fenómeno, la pregunta de fondo sigue vigente: ¿estamos leyendo sus vidas o queriendo vivir a través de ellas? ¿Nos interesa la historia o la historia detrás de la historia? ¿Buscamos inspiración o aprobación?


Sea cual sea la respuesta, lo cierto es que la industria ha encontrado en los rostros conocidos una veta inagotable, y el público, un espejo donde seguir mirándose, incluso entre páginas.

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