Muere Marisa Paredes a los 78 años, una musa de Almodóvar que reinó en el teatro

En la mañana de este martes, el panorama español de la interpretación se vestía de luto. La actriz Marisa Paredes ha fallecido a los 78 años de edad. Según ha trascendido,  la causa de su fallecimiento habría sido un problema coronario.

Al parecer, la actriz ingresaría anoche en el Hospital Fundación Jiménez Díaz por sentirse indispuesta. Lo hacía acompañada de su pareja, Chema Prado. Horas después, Marisa Paredes fallecía. 

Pareces es considerada una de las grandes figuras del cine español. Será recordada por su gran talento y por haber encarnado a personajes que han marcado la historia del cine y del teatro español. Sobre todo por ser una de las más populares ‘Chica Almodóvar’, además de sus compromisos sociales.

Su cuerpo ya se encuentra en el tanatorio de San Isidro, en Madrid. Allí se espera que familiares, amigos y seguidores se acerquen para despedirla.

Los inicio de Marisa Paredes

Nació en Madrid en 1946 y con tan solo 14 años comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo de la interpretación. Ya desde esos momentos se apreciaba su talento natural para desenvolverse sobre las tablas y las cámaras.

Aunque su debut fue en cine con pequeños papeles, pronto empezó a ser reconocida en el teatro. Actuar y que se bajara el telón en ese espacio siempre ha sido para ella como su verdadero hogar.

En la pequeña pantalla, era habitual verla en Estudio 1 interpretando papeles de obras clásicas de Shakespeare o Dostoievski, luciendo su versatilidad interpretativa.

La 'eterna chica Almódovar'

Fue con su colaboración con el cineasta manchego Pedro Almodóvar cuando consiguió un reconocimiento aún mayor, también en la gran pantalla.

Con Almodóvar se convirtió y era reconocida como una de las ‘Chicas Almodóvar’. Participó en algunas de sus películas más icónicas como Entre Tinieblas o La flor de mi secreto. Nadie puede olvidar cuando Becky del Páramo.

El papel que Marisa Paredes interpreta en la películaa Tacones lejanos. Donde vestida con un estilismo de Sybilla entona un aclamado Piensa en mí, de la gran Chavela Vargas.

El día que Marisa Paredes se puso en la piel de la reina Sofía

Un trabajo que no pasó desapercibido ni mucho menos y traspasó a fronteras internacionales. Directores como Guillermo del Toro, Arturo Ripstein o Raoul Ruiz la incluyeron en algunos de sus filmes más populares. Hablamos de papeles en películas como El espinazo del diablo, Profundo carmesí  o  Tres vidas y una sola muerte.

Su actuación más reciente fue de nuevo en la pequeña pantalla con la miniserie de Los Javis para Atresmedia, Vestidas de azul. Aunque otro de sus papeles muy recordados fue el de Reina Sofía en la miniserie que emitió Telecinco en 2010, 'Felipe Y Letizia: Deber y querer'.

Paredes tenía previsto estrenar un monólogo en el próximo año bajo la dirección de Lluís Pasqual, titulado Cargada de futuro. Este proyecto, descrito como un viaje poético y personal, prometía explorar su vida y sus reflexiones sobre el arte y la existencia.

Amor, familia y disputas por herencias

Además de profesionalmente, en el ámbito personal, Marisa Paredes también tuvo una rica vida de experiencias.

Se casó con el cineasta Antonio Isasi-Isasmendi y en 1975 nació su única hija, María Isasi. María, aunque licenciada en bellas artes, decidió seguir los pasos de su madre en el mundo de la actuación. Se formó en interpretación en la escuela Juan Carlos Coraza.

Marisa adoraba a María. “Ella es mi mayor obra de arte”, dijo en varias ocasiones. Al igual que a Thelma, su nieta, de apenas dos años hija de María. 

Tras separarse de Isasi, la actriz encontró estabilidad emocional con Chema Prado, exdirector de la Filmoteca Española. Con Prado convivía desde 1983, aunque nunca llegaron a casarse.

La pareja compartió su vida en las emblemáticas Torres Blancas de Madrid, un hogar lleno de arte, recuerdos y el espíritu de una vida entregada a la cultura. Allí, la actriz se rodeó de fotografías, guiones y objetos que atestiguaban su larga trayectoria profesional.

Sin embargo, la vida de Paredes no ha estado exenta de dificultades. En 2017, moría su exmarido Isasi-Isasmendi. Además de la profunda huella emocional que dejaba, también vino con una complicada disputa legal por la herencia, donde apoyó a su hija María.

La actriz que alzó la voz contra la Guerra de Irak

Marisa Paredes no solo fue una artista versátil del mundo de la actuación, también era una figura comprometida con su tiempo.

Por su trayectoria ha sido reconocida con numerosos Galardones. Entre ellos el Premio Nacional de Cinematografía que recibió en 1996 y el Goya de Honor  que le concedieron en 2018. También recibió distinciones internacionales, como la Gran Medalla Vermeilde la Villa de París, que dejan ver su influencia más allá de las fronteras españolas.  

Como presidenta de la Academia de Cine entre 2000 y 2003, lideró el histórico rechazo a la guerra de Irak durante la gala de los Premios Goya de 2003. “No podemos callar ante una injusticia de esta magnitud”, expresó en aquel momento. Se convertía en un discurso que quedó grabado en la memoria de la sociedad.

Paredes durante su vida ha sido una firme defensora del feminismo y la igualdad. En una de sus últimas entrevistas, reflexionó sobre el papel de las mujeres en el cine.

“La libertad no es negociable, y debemos luchar para que cada vez más mujeres ocupen el lugar que les corresponde, no como un favor, sino por mérito”, dijo. Este compromiso con la igualdad y la justicia social la convirtió en una referente no solo en el arte, sino también en la vida pública.

La diva eterna del cine español

Con más de 75 películas en su obra, 80 ficciones televisivas y 15 obras teatrales, Marisa Paredes deja un legado inmenso. Seguirá inspirando a generaciones de artistas y espectadores, como venía haciendo hasta ahora.

Su estilo intenso emocionalmente cautivaba en cada uno de sus papeles. Hasta sus últimos días, Paredes no dejó de trabajar ni de contribuir al mundo del arte. Su participación en la serie Vestidas de azul, fue una muestra de su capacidad para reinventarse y conectar con el público contemporáneo.

Hoy, el cine español pierde a una de sus figuras más icónicas. Sin embargo, su voz, sus personajes y su gran compromiso con la cultura y la sociedad permanecerán vivos. Tal y como decía la mismísima Marisa, “Ser actriz es un acto de entrega, y yo he vivido toda mi vida entregada a ello”.