
Muere Manolo Zarzo, el más veterano de los actores españoles que nunca dejó la escena
El actor ha muerto a los 93 años con un bagaje de 124 filmes y antes de fallecer dio una entrevista a Elcierredigital
El actor Manolo López Zarza (Madrid, 1932), más conocido como Manolo Zarzo, ha fallecido a los 93 años de edad. El intérprete no pensaba en su retirada y el pasado mes de marzo, recibió emocionado el Premio 'La Terraza' de Radio Intercontinental y José Aguilar en la Casa de Vacas de El Retiro.
Zarzo era uno de los actores más longevos de nuestro país. También uno de los más queridos. El madrileño inició su andadura en 1951. En aquella época, Manolo Zarzo actuaba junto a la troupé 'Los Chavalillos de España'. En ella, junto a su hermana Pepi, Zarzo adquirió tablas y, también, mantuvo un romance de juventud junto a la bailarina María de los Ángeles López Segovia, más conocida como Lina Morgan.
Aquel año, la vida de Manolo Zarzo cambió radicalmente pues el director de cine Antonio del Almo le descubrió. El actor tenía tan solo 19 años cuando el cine llamó a su puerta. Desde entonces, el madrileño participó en 124 filmes a las órdenes de cineastas como Mario Camus, Pedro Lazaga, Tito Fernández o Pedro Almodovar.

Su talento traspasó fronteras y no solo quedó en España. Zarzo tuvo la oportunidad de rodar en destinos como Angola, Camboya o Italia. Su participación en series como 'Compañeros' o 'Servir y Proteger', le acercó a las nuevas generaciones y su actuación en 'Juncal' es inolvidable.
El pasado mes de marzo, el actor concedió una de sus últimas entrevistas a Elcierredigital.com en la que recordó que, tras un accidente que sufrió en 1960, "volvió a nacer". En esta entrevista, el madrileño afirmó que, pese a los diversos contratiempos de salud que había sufrido durante los últimos años, "se encontraba bien" y "no pensaba en su retirada".
-Usted forma parte de una generación de actores que nacieron y crecieron en una España convulsa ¿qué recuerda de aquella época?
-Yo nací en Madrid. Muy cerca de la Avenida de los Toreros. Mi padre, que era obrero de la construcción, pasó la Guerra Civil como camillero de la Cruz Roja trasladando heridos y fallecido del bando republicano. Después de vivir durante un tiempo en Valencia, volvimos a Madrid. Fue una época en la que se pasó muy mal.
-¿Cómo incursiona en el mundo de la interpretación?
-Yo comencé a interesarme por el mundo de la interpretación cuando estudiaba en el colegio. De pequeño era muy divertido. Siempre estaba haciendo tonterías. Era el ‘revolucionario’ de la clase. Me regañaba mucho el profesor. Hacía música con el pupitre. Quien me inculcó la pasión por la interpretación fue mi madre. A ella le gustaba mucho el teatro.

Por aquel entonces, Pepi, una de mis hermanas, iba a una academia de baile y le acompañaba en algunas ocasiones. Me fui animando y vi que el baile se me daba muy bien.
-En 1948 usted recala en la compañía ‘Los Chavalillos de España’ donde conocerá a Lina Morgan con quien inicia un romance, ¿qué recuerdos guarda de ella?
-Junto a mi hermana formé un dúo de variedades y entramos a formar parte de la troupe ‘Los Chavalillos de España’. Debutamos el 12 de julio de 1948 en el Teatro Madrid. El público salía muy contento. Llenábamos todos los días. Después iniciamos una gira por España. Hubo un momento que se produjo un cambio en los espectáculos. A la compañía entraron dos bailarinas. Una de ellas era Lina Morgan. Tuvimos un romance de juventud aunque estábamos muy controlados por nuestros padres.

-Tras su debut en el cine en 1951 de la mano de Antonio Del Almo, pasaron tres años hasta que volviera a la gran pantalla. ¿Alguna vez pensó en abandonar la actuación definitivamente?
-Yo conocí a Antonio Del Almo durante un espectáculo con ‘Los Chavalillos de España’ en el Teatro de La Latina. Llevaba tres años trabajando en el teatro y se me abrieron los ojos. El cine me infundía una gran responsabilidad y me lo tomé muy en serio. Guardo muy buenos recuerdos de Antonio con quien hice mis cuatro primeras películas. Pero, al dejar el cine momentáneamente, nunca pensé en abandonar la profesión.

-El 23 de septiembre de 1960 es una fecha que no olvidará dado que estuvo clínicamente muerto durante dos horas tras salvar a una joven en un incendio…
-Aquel día iba hacia la Puerta del Sol, donde estaba Gobernación. Tenía que sellar el pasaporte porque viajaba a Roma para comenzar a rodar una película. Caminaba por la Calle Carretas cuando ví que se había desatado un incendio en uno de los locales.
Junto a un grupo de personas empecé a sujetar mantas para la gente que estaba atrapada pudiera saltar desde el edificio. Una mujer iba a saltar fuera de la manta y me tiré instintivamente para poder cogerla. Ella cayó encima de mi hombro. Me desmayé y me desperté dos horas después en el antiguo hospital General de Madrid. Yo nací dos veces. Mi recuperación fue buena pero tuve e torso escayolado durante dos meses. Recuerdo que, tras este accidente, recibí un homenaje precioso en el Teatro Madrid con amigos como Toni Leblanc o Concha Velasco.
-Si tuviera que quedarse con alguna película de las 124 en las que han participado, ¿cuál elegiría?
-Una con las que me quedaría sería 'Los Golfos' que rodé con Carlos Saura. También 'Posición Avanzada' de Pedro Lazaga y con la que obtuve el Premio Círculo de Escritores Cinematográfios o 'Un atraco de ida y vuelta' que rodé con Edward G. Robinson. Me siento muy afortunado porque he tenido la suerte de interpretar a muchos personajes a lo largo de mi carrera. He tenido muy buenos compañeros y me he intentado llevar bien con todo el mundo.

-También ha sido uno de los grandes galanes de la profesión...
-Como se dice en Madrid, he sido my resultón. Tenía buena fotogenia.
-Las nuevas generaciones no pueden olvidar su papel como Tomás en la serie 'Compañeros' donde coincidió con Concha Velasco, ¿cómo era su relación tras las cámaras?
-Ya había trabajado con Concha en películas como 'Susana'. En 'Compañeros' interpretábamos al matrimonio de Charo y Tomás. Para mí, Concha ha sido una de las grandes estrellas y la quería mucho.
-Cine, televisión o teatro, ¿dónde se encuentra más cómodo Manolo Zarzo?
-He tenido mucha suerte de rodar muchas películas. El cine me ha calado pero el teatro tiene un misterio maravilloso. Si la obra que interpretas es buena, tienes buenos compañeros y cuando sales al escenario tienes buen público, eso no se paga con dinero.

-¿Alguna vez rechazó un papel que luego se convirtió en un gran éxito?
-Rechacé una obra en el Teatro Clásico en una época de mucho trabajo. Con el paso del tiempo lo pienso y me da rabia.
-¿Se arrepiente de alguna decisión en su carrera?
-En algunos momentos de mi vida, si mi situación económica hubiera sido de otra manera, posiblemente no habría aceptado ciertos trabajos.

-Usted llegó a declarar en 2019 que aún no le había llegado su gran papel, ¿sigue esperándolo?
-He interpretado personajes que me ha dejado muy satisfecho, pero el gran papel no. Hay personajes que veo, sobre todo en cine americano, que me dan mucha envidia no haberlos podido interpretar pero aún no me pienso retirar.
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