Marlaska condecora a Manolita Chen, auténtica reina de las Ferias
La medalla de la Guardia Civil a Manuela Saborido desata críticas y revela a la verdadera artista Manolita Chen.
La Guardia Civil ha tomado la decisión de otorgar la Cruz de Plata del cuerpo a Manuela Saborido Muñoz, más conocida por su nombre artístico, Manolita Chen, una destacada figura en la comunidad LGTBI. Un hecho que, tal y como ha podido saber elcierredigital.com, "no ha sentado muy bien" y "ha provocado enfado" entre algunos sectores de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Este reconocimiento se produce a pesar de que, según el portal Vozpópuli, la artista fue condenada a tres años de prisión por su implicación en un delito de tráfico de sustancias estupefacientes. Con esta distinción, la artista ingresa en la histórica Orden del Mérito de la Guardia Civil, que coincide con la próxima festividad de Nuestra Señora de la Virgen del Pilar, celebrada el 12 de octubre.
Esta propuesta de reconocimiento proviene de Leonardo Marcos, director general de la Guardia Civil desde el pasado 17 de junio. La noticia, que ha generado cierto revuelo en el cuerpo, fue publicada el pasado 19 de septiembre en el Boletín Oficial de la Guardia Civil y lleva la firma del ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska.
El icono LGTBI
Manuela Saborido Muñoz, cuyo nombre artístico fue Manolita Chen, nació en el municipio gaditano de Arcos de la Frontera en 1943. Creció en el seno de una familia en la que abundaban las circunstancias difíciles. Su padre falleció a causa del alcoholismo cuando ella era una niña, dejando a su madre al cuidado de once hijos. Desde temprana edad, Manolita se identificó como mujer, lo que generó rechazo por parte de su familia y entorno. Para sobrevivir, comenzó a trabajar a los seis años limpiando casas a cambio de comida y a los once como aprendiz de zapatera.
A lo largo de su vida, Manolita Chen se enfrentó a numerosos desafíos y adversidades. Tras dirigir la taberna familiar, que se convirtió en un lugar destacado en su comunidad, se vio obligada a emigrar a Barcelona debido al cierre del negocio. En Barcelona, desempeñó diversos trabajos, desde albañil hasta repartidora de periódicos, mientras luchaba contra la pobreza y la discriminación que había experimentado en su juventud.
Manolita Chen destacó no solo como artista y vedette, actuando en escenarios de todo el mundo, sino también como activista de los derechos LGTB. Se convirtió en la primera persona en España en obtener un DNI con su identidad de género correcta, lo que marcó un hito importante en la lucha por la igualdad. Además, se involucró en las primeras manifestaciones por los derechos LGTB en España durante la transición española.
Su incursión en la copla la llevó a ser contratada por Paco España y a actuar en numerosos teatros españoles. Su fama trascendió fronteras, presentándose en escenarios internacionales en París, Roma, Berlín, San Francisco y Las Vegas, y colaborando con artistas de renombre como Lola Flores y Juanito Valderrama. A pesar de su éxito, se enfrentó la aplicación de la Ley de vagos y maleantes en tres ocasiones. Sin embargo, su legado no se limitó a los escenarios, ya que en marzo de 1985, se convirtió en la primera madre adoptiva transexual en España.
Manolita Chen se convirtió en un ícono de la comunidad LGTB y un ejemplo de resiliencia, culminando su legado con la creación de una fundación para apoyar causas sociales y de igualdad de derechos.
La historia de la verdadera Manolita Chen
Si bien la figura de Manolita Chen ha regresado a la palestra mediática a raíz de Manuela Saborido Muñoz, muy pocos sabrán que Manolita Chen ya fue un rostro revolucionario en la industria artística a finales de los años cuarenta. Manuela Fernández, más conocida como Manolita Chen, fundó junto a su marido, Cheng Tse-Ping, el más famoso de los teatros portátiles que recorrieron España desde finales de los años cuarenta hasta bien entrados los ochenta.
Por su carpa ambulante, que incluía toda clase de géneros (circo, revista, copla, humoristas, imitadores) pasaron artistas como Marifé de Triana, Juanito Valderrama, Rafael Farina, las Paquiras, los hermanos Calatrava, El Fary, Bigote Arrocet, Arévalo, Fernando Esteso y Andrés Pajares, entre otros.
Manuela Fernández empezó su carrera como bailarina del Circo Price en los años 40, allí conoció a Cheng Tse-Ping, que realizaba números de ilusionismo. La leyenda, falsa, cuenta que acabó con su esposa en un número de lanzamiento de cuchillos que salió mal. Nada de eso ocurrió, pero sí es cierto que Pepe Chen, como le llamaban algunos, se quedó viudo y rehízo su vida sentimental con Manuela Fernández.
Juntos decidieron independizarse y montar su propia compañía de teatro portátil. Nace así el Teatro Chino de Manolita Chen. Números de magia, de revista, humoristas o folklóricas componían la oferta del Teatro Chino que recorría todas las ferias de España. Los pueblos y las ciudades de tamaño medio eran los lugares donde Manolita Chen asentaba los reales. Se llegaban a realizar hasta cuatro y cinco funciones diarias y el espectáculo se hizo célebre entre los artistas por la nóminas que se cobraran trabajando para Manolita Chen. Eran muchas horas de trabajo pero económicamente compensaba.
El teatro vivió la evolución del país desde la postguerra al desarrollismo económico y Manolita Chen se fue convirtiendo en uno de los mitos de la cultura popular española.
Con la llegada de los setenta Manolita Chen se retiró de la escena. Según algunas versiones, decidió ser sólo empresaria después de una operación que le provocó la parálisis de parte del rostro. Los cambios políticos que vivía el país también tenían su reflejo en el Teatro Chino y a los números habituales se le sumaron algunos de desnudos ante el empuje de la moda del destape. Ya en la Transición, Manolita y su marido apostaron por lanzarse al teatro con Satán Azul, un musical de Alonso Santiesteban que contaba con el morbo del protagonismo de su esposa, Marisa Medina, entonces presentadora estrella de TVE y que se presentaba como vedette y se sumaba a la moda del destape. Sin embargo, la inversión resultó todo un fracaso y supuso muchas pérdidas económicas.
Por otra parte, el público cada vez era más escaso y las nuevas formas de entretenimiento se convertían en una seria competencia. Además, en la prensa la figura de la hoy condecorada Manolita empezó a confundirse con la de otra Manolita Chen, una artista transexual nacida en Arcos de la Frontera (Cádiz), que utilizaba el nombre de la mítica artística para sus actuaciones.
Las dos 'Manolitas' se enfrentaron en los tribunales por el uso del nombre artístico en un juicio que fue muy seguido por la prensa de la época. En 1986 el Teatro Chino acabó echando el cierre después de más de 35 años recorriendo el país. Chen Tse-Ping falleció una década después y su compañera, Manolita Fernández Pérez, falleció en una residencia el 8 de enero de 2017.
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