
María José Rodríguez, afamada orfebre: “La joyería artesanal no se valora en España”
Las joyas de esta gallega, diseñadora de la firma Coté Taboada, se exponen en la IX Muestra de Orfebrería Contemporánea
Una selección de las mejores piezas de la marca de joyas Coté Taboada está siendo expuesta en la IX Muestra de Orfebrería Contemporánea. Su diseñadora, María José Rodríguez Taboada (Lugo, 1956), se codeará una vez más con otros grandes orfebres de la esfera nacional e internacional. María José Rodríguez ha conversado con elcierredigital.com sobre su marca y las exposiciones.
La IX Muestra de Orfebrería Contemporánea está siendo organizada por la Asociación de Orfebrería y Joyería Contemporáneas (AdOC) y el Museo Nacional de Artes Decorativas. La edición comenzó el 5 de febrero y termina este 23 de marzo. Se encuentra dentro del Madrid Design Festival. El objetivo de la muestra es “difundir y promocionar el diseño de orfebrería y joyería contemporáneas a nivel internacional”.
Diseñadores de distintas partes del planeta exponen sus diseños, algunos de ellos inéditos, en una amplia variedad de salas. Las joyas de Coté Taboada podrán observarse en el Museo del Romanticismo y en el Museo de las Artes Decorativas.

También hay diseños de la marca en la exposición Coleccionismo privado en el Museo Cerralbo, en el que 21 artistas compartirán espacio con la colección del XVII marqués de Cerralbo.
Otros espacios que han acogido estas obras de arte son el Museo Lázaro Galdiano, el Museo de San Isidro o el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
Coté Taboada es la marca de joyas artesanales de la diseñadora María José Rodríguez Taboada. Dentro de su colección se puede encontrar brazaletes, pendientes, anillos y collares. Los materiales suelen ser plata y diversas piedras preciosas. También hay otras piezas como chupeteros, gemelos y broches; incluso próximamente una línea de ‘zapatitos’.
La mente creativa detrás de Coté Taboada, María José Rodríguez Taboada, ha conversado con elcierredigital.com sobre la exposición y sobre su marca.
- ¿Qué significa para usted el haber formado parte de IX Muestra de Orfebrería Contemporánea?
- Es un honor, y no es la primera vez, llevo ya con ellos cuatro ediciones. Es una muestra muy interesante, porque participamos 21 personas de diferentes países del mundo. Yo no he estudiado Joyería, he empezado hace unos años. En la Muestra hay de todo, hay profesionales y personas como yo.
- ¿Qué tiene de especial esta edición con respecto a las anteriores en las que ha participado?
- Cada vez los museos de Madrid capital se abren más a este tipo de exposiciones. De joyería en España no hay muchas exposiciones. Patrimonio Nacional debe tener bastantes joyas, pero no las exponen. Esta es una iniciativa muy buena de la asociación AdOC, la Asociación de Orfebrería y Joyería Contemporáneas.
- ¿Hay algún criterio para colocar las piezas en una sala y no en otra?
- El criterio lo lleva la asociación, yo creo que dependiendo de las joyas, van a unos determinados museos. No sé el protocolo que sigue la asociación. El Museo de Artes Decorativas es la central, donde estamos todos los participantes.
Los participantes con varias piezas pueden exponer en el Museo del Romanticismo, como es mi caso este año, y en el Lázaro Galdiano, Cerralbo, etc. Hay 11 museos, este año creo que ha aumentado el número de museos, y yo creo que cada año irá aumentando. Es un espectáculo ir a ver un museo que te apetece y de paso ves una exposición de joyas.
- ¿Qué pieza es su favorita de las que tiene expuestas?
- Todas son mis favoritas, son creaciones que les tengo cariño a todas. Quizás la que más me guste es la que se expone en el Museo Cerralbo, que se llama Calas. Es un broche que parece que está en una isla, y salen unas flores del norte. Además es móvil, si te lo pones se mueve un poquito, como algunas piezas que se hacían en el siglo XVIII.

- ¿Cómo empezó en el mundo de la joyería?
- Llevo casi 10 años. A mí me gustaba el diseño, de hecho tenía un amigo que estaba en un taller de joyería. Yo le decía: “Mira me gustaría que me hicieses esta joya de esta forma”.
Tengo una amiga que hacía collares que no pesasen, tenían que ser de semillas. Yo empecé haciendo collares, lo que pasa es que me apetecía que no fueran simplemente la piedra o la semilla, algo tenía que hacer yo.
Entonces empecé con una diseñadora argentina que se llama Claudia Tijman, que sigue en activo. Llegué un día a su taller y le comenté, “oye Claudia, que quiero hacer joyas, pero quiero intercalar piezas o hacer cierres”. Y ahí empezó todo, ya casi no hago collares.
No empecé joven, pero es una cosa que me satisface y que me mantiene joven. A mí el arte siempre me ha gustado, en mi casa había muchos libros de arte. Mi padre era muy aficionado a la pintura.
- ¿Qué técnicas de antigua joyería utiliza en sus piezas?
- Son técnicas que se hacen artesanales, como la de la cera perdida o alguna técnica japonesa. Básicamente es todo a mano, aparte de que no utilizo moldes, las piezas son únicas, no hay repeticiones. Ahora el diseño de joyas es casi todo por ordenador.
Me encantan las piedras, mezclar metal con piedras, que es lo que más me inspira. Yo me rodeo de piedrecitas, de piedras preciosas y semipreciosas. Me baso en la piedra, lo que me aporta la piedra.
- ¿Cuándo va a salir el proyecto de ‘zapatitos’?
- Eso es del mono que tengo de pintura, las zapatillas de niños pequeños las pinto y las personalizo y me desahogo. También pinto platos de porcelana, pero eso son cosas para mí.
- ¿Cómo ve el futuro de la orfebrería artesanal?
- El futuro artesanal no lo veo bien. La gente está empezando, muy lentamente, a pensar en la tradición. Lo artesanal es más caro que lo otro, porque producir cosas en serie es muchísimo más barato.
La mentalidad en España todavía no está preparada para eso. Hay otros países que sí lo valoran muchísimo más, pero en España falta un pelín de empuje.
- ¿Cuál es el próximo evento en el que podremos ver joyería Coté Taboada?
- Yo participo todos los años con Manos Unidas en un rastrillo que se hace en el Hotel Wellington, después de Semana Santa. Y ahí estaré, porque me gusta participar con ellos, por los proyectos que llevan a cabo en África.
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