
Muere Manolo Lozano, integrante de una de las sagas más poderosas de la Tauromaquia
El empresario taurino fallece a los 94 años y aupó a figuras como Palomo Linares con el mítico concurso 'La Oportunidad'
El empresario taurino Manuel Lozano Martín (Alameda de La Sagra, 1930) ha fallecido a los 94 años de edad a causa de una neumonía. El ex torero toledano pertenecía a Los Lozano, una de las sagas más influyentes del mundo del toro. Aunque llegó a vestirse de luces, siempre fue considerado el ‘verso suelto’ del clan y un férreo defensor del conocido como toreo gitano.
Pero, ¿cuál es la historia de Manolo Lozano?
Manolo Lozano, el ‘bohemio’ de los Lozano: Una saga histórica del toreo
Manolo Lozano llegó al mundo un caluroso 17 de agosto de 1930 en el municipio toledano de Alameda de la sagra. Desde su nacimiento, su destino estaba marcado pues pertenecía a los Lozano, uno de los clanes más reconocidos en el mundo del toro. Aunque, Manolo Lozano siempre fue un ‘verso suelto’ y un hombre ‘muy bohemio’.
Fue el mayor de los cinco hermanos Lozano. Tras la llegada de Manolo, sus padres dieron la bienvenida a José Luis, Conchita, Eduardo y Pablo. Este último era el padre del hoy empresario taurino Fernando Lozano cuya hija, la periodista Isabel Lozano, dio el salto al papel cuché tras mantener un romance con el torero Juan Ortega. Actualmente, Fernando está al frente de la Ganadería Alcurrucén.

Dicen que Manolo se crio por libre, bajo el influjo de su abuelo y sus tías hasta que ingresó en el Colegio Los Maristas. Posteriormente, dejó su tierra natal y decidió estudiar veterinaria en Madrid. Cuentan que, durante su etapa como estudiante, Manolo recalaba en alguno de los lugares más emblemáticos de la capital como El Rastro. Allí solía comprar fotografías de diestros como Francisco Vega de los Reyes, conocido como ‘Gitanillo de Triana’.
Los Lozano y ‘La Oportunidad’
Manolo Lozano no solo pertenecía a una de las sagas más célebres del ámbito taurino, sino que estuvo detrás de los comienzos de muchos jóvenes que quisieron triunfar como toreros. Con la llegada de la década de los sesenta, los Lozano estuvieron detrás de uno de los acontecimientos más recordados del mundo del toro: ‘La Oportunidad’.
Este concurso taurino atrajo a miles de jóvenes aspirantes a toreros conocidos como ‘maletillas’ hasta ‘La Chata’, hoy Plaza de toros de Vistalegre (Carabanchel), y la cual era propiedad de los Dominguín. En ‘La oportunidad’, aquellos jóvenes tenían la oportunidad de mostrar su talento.
Uno de ellos fue el diestro Sebastián Palomo Linares, quien hizo historia en el mundo del toro ese instaló en la casa que los Lozano tenían en Alameda de la Sagra.
Torero por casualidad
La vida de Manolo Lozano estuvo marcada por la Tauromaquia. Llegó a conocer a Manolete en Borox (Toledo). Debutó con picadores el 25 de julio de 1958 en Aranjuez e incluso llegó a vestirse de luces en octubre de 1970. Sin embargo, aquella 'hazaña' se produjo “de manera anecdótica”, como él mismo recordaba.

Lozano se convirtió en torero a los 40 años de edad por casualidad en la Plaza de toros de Tánger (Marruecos) que él mismo gestionaba y de la que era empresario Manuel Díez ‘El Cordobés’.
La historia es tan insólita como su vida pues 'El Cordobés' le dio la alternativa, toreó con picardía tras una noche de bromas y alcohol, cortó cuatro orejas y un rabo, y se retiró ese mismo día. Nunca más se vistió de luces.
Apoderado de grandes figuras y un defensor del toreo gitano
Sin embargo, el legado más profundo de Manolo Lozano quedó como apoderado. Dirigió las carreras de figuras como Ortega Cano, El Juli, Morante de la Puebla, El Soro o Roberto Domínguez.
El empresario toledano presumió de “haber llevado a la alternativa a quince toreros”. Lozano también bromeaba con que “todos le habían costado una fortuna". También trabajó con José Fuentes, Curro Girón, Manili o Pepe Luis Vargas. Lozano no dudaba en mostrar su admiración hacia Morante de la Puebla y, de igual manera, se declaraba un férreo defensor del toreo gitano.

Como empresario, llevó corridas a rincones de España y América. A su vez, adquirió y gestionó plazas como la de Segovia o Baza (Granada). Fue defensor apasionado de la plaza de toros de Barcelona y de la familia Balañá, una de las sagas 'reinantes' del ámbito del toro en la Ciudad Condal. De hecho, Manolo Lozano tenía un gran cariño al empresario Pedro Balañá, el patriarca de este clan y de quien "aprendió muchísimo".
En 2023 decidió recoger sus vivencias en 'Manuel Lozano, historia viva del toreo' (Ediciones Temple, 2023) y un año después, el toledano volvió al foco en un acontecimiento muy especial. Lozano recibió un sentido homenaje en su pueblo natal, donde el alcalde colocó una placa en la casa donde nació.
Hoy, la muerte de Manolo Lozano ha teñido de luto el mundo del toro. Se va una figura irrepetible del toreo, uno de esos hombres que vivió la fiesta taurina con respeto, intensidad, y libertad. Descanse en Paz.
Más noticias: