Los escritores conquistan la prensa del corazón
José Luis de Vilallonga, Carmen Posadas o, el también premio Nobel, Camilo José Cela
Mario Vargas Llosa ingresó el 9 de febrero de 2023 en la Academia Francesa, conocida como la de ‘Los Inmortales’, siendo el primer escritor en lengua castellana en hacerlo. Estuvo acompañado, además de por el Rey Emérito Juan Carlos I y la Infanta Cristina, por sus hijos y su exmujer Patricia Llosa, que se durmió durante el discurso. El Premio Nobel está en el punto de mira de toda prensa no sólo por la trascendencia de este acto sino por la batalla mediática que mantiene con la que ha sido su pareja durante, al menos, ocho años: Isabel Preysler.
Vargas Llosa dedicó un ensayo, La civilización del espectáculo, ni más ni menos que a criticar la banalización de la industria cultural y a criticar el mundo del corazón, con dardos incluidos a la revista ¡Hola!. Como en una venganza poética el autor de La ciudad y los perros acabó protagonizando la portada de la revista del saludo en mayo de 2015 cuando se confirmó su relación con Preysler, ‘la reina de corazones’. El 28 de diciembre de 2022 la propia Isabel confirmaba la ruptura en su revista de confianza y empezó así una guerra mediática, sin precedentes en la vida de Isabel que siempre había visto como ella controlaba el relato y nunca sus ex desmentían sus posicionamientos.
Ahora, entre la expareja se ha instalado una guerra de versiones que parece no tener fin: Isabel anunció en la revista del saludo el fin de la pareja por los “celos infundados” del escritor, Vargas Llosa lo desmintió y Martín Bianchi en El País (periódico en el publica Mario) rescató un cuento del peruano (Los vientos) en los que supuestamente atacaba a Isabel y a Tamara Falcó, Isabel luego usó a ABC para filtrar una carta que le envío Patricia Llosa… Una guerra mediática sin cuartel que hace de Mario un protagonista constante de la prensa del corazón, algo que no le gusta nada.
Literatura y prensa rosa, aunque juegan con elementos comunes (relatos alargados en el tiempo, preponderancia de sentimientos, acumulación de acontecimientos por entregas…) parecen no mirarse a la cara. Sin embargo, algunos escritores se han visto convertidos en protagonista de este tipo de prensa, a veces de forma involuntaria. Mario Vargas Llosa no fue el primero.
Otro Nobel en el ¡Hola!
En 1991 Camilo José Cela, premio Nobel de Literatura en 1989, ocupó una ventana de portada en ¡Hola! que poco tenía que ver con sus glorias en la escritura. Agosto de 1991. Cela sorprendió a propios y extraños al elegir la Marbella hortera de Jesús Gil para pasar su veraneo. A toda la prensa no se le pasó por alto que su inusitado interés por pasar agosto en el lugar con más famosos y paparazzis por metro cuadrado coincidiera con el momento álgido de su romance con Marina Castaño.
La joven gallega, a la que el escritor sacaba 31 años, había convertido al autor de La Colmena en pasto de la prensa del corazón. Su relación se había hecho pública en 1988, unos meses antes de que se le concediera el Premio Nobel de Literatura. El 10 de marzo de 1991 la pareja se casaba por lo civil, en régimen de separación de bienes. Marina había conseguido el divorcio de su anterior matrimonio el mes anterior y Cela en diciembre de 1990. El enlace tuvo lugar en la más estricta intimidad, en la finca que el escritor poseía en Guadalajara. Fue una boda sin fotógrafos, en un domingo apacible, con sol y nubes. Parecía tratarse de una película americana.
Por eso, ese mes de agosto, la pareja era una de las más codiciadas del papel couché. En una de las muchas fiestas que se celebraran en la ciudad de la Costa del Sol, en este caso en el hotel Coral Beach, Marina y Camilo coinciden con Jesús Mariñas, entonces articulista de referencia del mundo rosa. “Cela se dirigió a mí y me anunció: ‘Preparate que te voy a dar un regalo. Sin mediar palabra se lanzó a por Mariñas”, recordaba en su momento a Elcierredigital.com Bernardo Paz, el autor de la recordada imagen.
“En un principio las fotos pasaron desapercibidas, pero después de salir en ¡Hola! se hicieron más populares y llegaron a entregarme el accésit el premio de periodismo gráfico. Fue el año que ganó el primer premio las imágenes del atentado en el que perdió las piernas Irene Villa”, rememoraba Bernardo Paz.
La instantánea auguró la que sería la relación del Premio Nobel con la prensa en su última década de vida. Su unión con Castaño, sus desplantes y bravuconadas lo convirtieron en carne de canutazo y todavía se le recuerda huyendo de las cámaras de Caiga quién caiga del brazo de su segunda esposa.
José Luis de Vilallonga
José Luis de Villlonga fue todo un personaje del siglo XX. Nacido en Barcelona en 1920 y fallecido en Mallorca en 2007, Vilallonga era Grande de España, monárquico seguidor de don Juan, el padre de Juan Carlos, y militante socialista. Entre 1950 y 1977 vivió exiliado en París donde trabajó como escritor, periodista y actor de cine, rodando en películas míticas como Desayuno con diamantes (1961) junto a Audry Hepburn o Giuletta de los espíritus (1965) a las órdenes de Federico Fellini.
En los 80 y 90, el escritor formaba parte de la corte de Mallorca que rodeaba a Juan Carlos y fue unos de los protectores del romance entre el monarca y Marta Gayà. El propio Vilallonga contaría en sus memorias cómo esa amistad le posibilitó ser el biógrafo del Rey. Según el escritor, Juan Carlos había empezado a trabajar en sus recuerdos con Miguel de Grecia, historiador y primo de la Reina Sofía. Sin embargo, la intervención de Marta Gayà hizo que el escogido para ser el biógrafo oficial del soberano español fuera el aristócrata.
Esto le dio aún más popularidad y entró en el mercado de las exclusivas. Tras separarse de su tercera mujer, Syvliane Stella vivió un muy publicitado romance con María Vidaurreta, ex de Jorge Vestrynge, y luego se unió en matrimonio con la también escritora Begoña Aranguren. Su historia nació cuando ella le solicitó una entrevista para su programa Epílogo que se basaba en entrevistar a personajes para su emisión una vez hubieran fallecido. Se casaron en 1999.
Una unión que acabó en un mediático divorcio y tanto él como ella paseron por revistas y platós sus desavenencias. Begoña llegó a publicar un libro (Diamante falso) donde reflejaba sus años junto al peculiar escritor.
José Luis de Vilallonga pasó sus últimos años de nuevo junto a Sylianne Stella, aunque nunca se divorció de Aranguren que siempre se descrito como su viuda.
Carmen Posadas
En 1985 Carmen Posadas se hizo célebre por la publicación del libro de entrevistas Escena improbable, en la que pedía a varias personalidades de la vida pública española que imaginaban una velada con personajes históricos. Entre los entrevistados figuraba el que iba a ser su segundo marido Mariano Rubio, entonces gobernador del Banco de España.
Su relación les convirtió en protagonistas de la prensa del corazón. Mariano ya había roto su matrimonio con Isabel Azcárate y ella venía de ser un nombre cercano a José María Ruiz Mateos en ese momento en guerra con el gobierno socialista por la expropiación de Rumasa.
En 1988 se casaron en Viena y durante años se les vinculó con la llamada beautiful people junto contras parejas mediáticas como Isabel Preysler y Miguel Boyer, Alberto Cortina y Marta Chávarri y José Federico de Carvajal y Helena Boyra.
En una entrevista reciente con el Elcierredigital.com, Carmen Posadas repasaba los años en los que su vida fue pasto de la prensa del corazón. "Cuando te ponen una etiqueta es muy difícil quitártela. Salirse del famoseo es más fácil de lo que parece. Consiste en no dar cuartos al pregonero. Cuando ves esas famosas diciendo que el seguimiento de la prensa es horrible y que son muy desdichadas, pues no hay más que pensar que ellas mismas alimentan ese tipo de fama", explicaba la escritora.
Sobre la beatiful peope asegura que "fue algo creado, algo inventado por los medios y la gente. Una etiqueta con la que nos marcaron a gente que no teníamos nada que ver". "A mí me metían en un saco de mujeres con las que no tenía nada que ver. Mi marido, Mariano Rubio, decía que no entendía lo de beatiful porque los hombres del grupo eran todos muy feos", remataba.
En 1998, Carmen ganó el Premio Planeta con la novela Pequeñas infamias y desde entonces consiguió alejarse su imagen de 'señora del ¡Hola!' y hoy es de las escritoras española más populares.
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