Leo Bassi: El bufón debe estar fuera del mercado, no en las convenciones.
El cómico italiano celebra sus 70 años con un espectáculo en la sala Mirador de Madrid hasta el 27 de marzo.
Leo Bassi, el cómico italiano, cumple setenta años y lo celebra con un espectáculo en la sala Mirador de Madrid que se puede ver en la capital hasta el próximo 27 de marzo. Sobre sus proyectos, el paso del tiempo y la provocación en el humor ha charlado con Elcierredigital.com.
- ¿Por qué dice que no se imaginaba llegando a los 70?
- Mi generación ha vivido muy intensamente. Fui adolescente en los 60 y he visto a muchos compañeros morir: droga, sida, la velocidad… Estoy muy sorprendido de haber sobrevivido y, además, llegando a esta edad con ganas de hacer cosas. Estoy orgulloso de haberlo logrado. Todavía noto el miedo y las tensiones del estreno, por ejemplo.
- Lleva desde los siete años en el mundo del espectáculo. Supongo que no fue una elección suya dedicarse a esto. ¿Dónde queda la vocación?
- Es cierto. Mis padres y mis abuelos se dedicaban al circo y al espectáculo. Yo nací sin dudas al respecto. No se contemplaba que no me dedicara a ello. Es una buena pregunta la suya sobre la vocación porque, en ese sentido, estaba determinada mi vida. Hubo un momento que llegué a odiar el mundo del circo. Durante un breve periodo, pensé en ser astrónomo. Mi familia me miraba como si fuera la oveja negra. "Si vas al colegio estarás encerrado entre cuatro paredes", me decía mi abuelo. Siempre he estado viviendo al aire libre por la familia en la que nací y desde ahí me he inventado yo.
- Vivimos en un momento en el que todo genera polémica. ¿Se lo están poniendo demasiado difícil o demasiado fácil?
- Hace unos años era muy activo en Twitter, pero yo mismo me he sentido como un hámster en su rueda. Se organizan importantes polémicas. Parece que el mundo se va a venir abajo, pero en dos días pasamos a otra cosa. Hay una cultura de polémica constante que enseguida se olvida. Es frenético y poco sano. Al principio las redes sociales me interesaban más.
- ¿Le molesta que le definan como un provocador?
- Antes me daba igual, sabía lo que quería hacer. Inventar un nuevo lenguaje para el mundo del clown. Quería romper la convencionalidad del payaso simpático que no ofende a nadie. Ahora, sí, me reafirmo en eso.
- Hace dos años se puso en la piel de Benito Mussolini. ¿El fascismo vuelve a estar presente?
- El fascismo, las guerras... todo vuelve. Hace dos años ya se veía. Por eso pensé que quién mejor para contar qué es el fascismo que el propio Mussolini. Ahora me lo están pidiendo en todos los sitios. En marzo del año pasado me abrí una cuenta en Tik Tok y me han visto 8 millones de visitas vestido de Mussolini. Sin embargo, me denunciaron por contenido de odio. No entendían que era una parodia.
- ¿En qué se basa su espectáculo para celebrar su cumpleaños?
- Es algo nuevo. Va sobre qué significa tener 70 años hoy en día. Hago de visionario del próximo siglo. Después de la Iglesia Patológica que monté en Lavapiés me gustaría crear un lugar de dólmenes, un santuario neolítico, para volver a la magia, que se está perdiendo.
- ¿Cuál es el papel del bufón hoy en día?
- Fuera del mercado, no entrar en las convenciones. Y eso no es fácil. Los del stand up comedy se han hecho del sistema, por ejemplo. El sistema recompone a todos y te manipula. Pero yo noto que la gente está harta de las banalidades y hay un gran vacío político y espiritual. Un ejemplo es lo que está pasando en Ucrania. No hay pensamiento crítico. No se buscan las contradicciones de lo que nos cuentan.
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