'Las reinas del Destape': Nadiuska, éxito y caída de un mito erótico
La alemana protagonizó una boda para obtener nuestra nacionalidad en 1974, pero su vida estuvo marcada por Damián Rabal
Todo lo que rodea a Nadiuska siempre ha estado rodeado de un halo de misterio poco claro. De una belleza que recordaba a Sofía Loren, la actriz enmarañó sus orígenes con ayuda de su representante, Damián Rabal y puede que llagara a confundiar la realidad con la fantasía publicitaria. De nombre real Roswicha Bertasha Smid Honczar nació el 19 de enero de 1952 en Schirierling (Alemania). De ascendencia rusa por parte de padre y polaca por parte de madre, pasó su infancia y adolescencia a caballo entre Polonia, Rusia y Alemania. Estudió ballet antes de trabajar como maquilladora y bailarina.
Entre las muchas versiones que la propia Nadiuska contó en varias entrevistas en los setenta de su vida hay algunos puntos que sí se repiten: sus padres tuvieron varios hijos que murieron y ella es la única superviviente, tras la separación de su progenitores ella se fue a la Unión Soviética con su padre con el vivió entre los 11 y los 13 (en alguna ocasión llegó a contar que su padre formaba parte de la nomenclatura soviética) y a esa edad vuelve con su madre y ésta la mete en un convento del que sale para casarse con 15 años con un hombre israelí, un naviero treinta años mayor. "Era una persona que me entendió perfectamente.[...]Me respetó mucho y le sigo admirando profundamente. Esta es la etapa más triste de mi vida, de mi joven vida por supuesto. Porque no es corriente tener dos niños que se mueran con muy poca edad", contaba en una entrevista a Pancho Bautista (Carne de cine, 1975).
Tras el divorcio de este primer matrimoinio, en 1971 viajó de vacaciones a España y decidió fijar su residencia en Cataluña, participando en Sitges en el negocio de una discoteca. Poco después le propusieron rodar Timanfaya (1972), su debut como actriz, que fue dirigido por José Antonio de la Loma. Ese año entró en su vida Damián Rabal. Fue él quien organizó una boda por interés con Fernando Montalbán, oligofrénico que no descubrió que su mujer era famosa hasta años después. El único día que vio a su esposa fue el mismo de la ceremonia. En 1977 la revista Diez Minutos descubrió el engaño y entrevistó al marido de la estrella que intentó ponerse en contacto con ella. En 1981 el matrimonio fue anulado eclesiásticamente.
"A esta boda, en alto secreto, tan solo acudieron ella, el infeliz oligofrénico que incluso más tarde pude comprobar que fue exento del Servicio Militar Obligatorio por sus características de deficiente intelectual, el manager Damián Rabal como padrino, y una sastra de cine llamada Rosa García como madrina (...) Al indigente le dieron una propina de tres mil pesetas y lo soltaron donde lo recogieron, en un campo de escombros y basuras donde se ganaba la vida buscando hierro y metales", contaba el escritor Fernando Gracia en su libro Lo que se ocultó de Nadiuska.
Años más tarde la propia actriz negaría que Montalbán fuese un oligofrénico como aseguraron los medios al descubrirse la boda. Por otro, en TV3, Nadiuska llegó a afirmar que la decisión de la boda fue tomada por su representante.
Los hombres en la vida de Nadiuska
Más allá de sus matrimonios y de Damián Rabal, Nadiuska no se destacó por protagonizar en las revistas del corazón grandes romances. En sus inicios, durante el rodaje de Timanfaya, su debut en la pantalla, los medios destacaron sus enfrentamiento con la actriz estadounidense Patty Shepard, popular en ese momento por sus participaciones en el cine español sobre todo en cintas de terror. Según confesaría la propia Nadiuska, la americana no sólo tenía celos artísticos sino también porque estaba convencida de que ella estaba interesada en Manuel de Blas, el actor casado con Patty.
En 1975 Nadiuska sorprendió a la alta sociedad española al entrar del brazo de Fernando Falcó, Marqués de Cubas, en el Casino de Madrid en un desfile de modas de Miguel Marinero. Falcó era en ese momento califcado como un playboy oficial por sus relaciones, más o menos publicitarias, con mujeres como Ira de Furstenberg o la princesa Soraya de Irán. Cuando se produjo su aparición con Nadiuska, Falcó acaparaba todas las miradas de la prensa rosa por su supuesta cercanía a Christina Onassis, la heredera del famoso armador griego, aunque relamente él hizo de 'carabina' entre la millonaria y su hermano Carlos Falcó.
Más allá de éstos romances, siempre ha existido la idea de que Nadiuska estuvo en el punto de mira de hombres muy poderosos que la deseaban. Varios autores, como Andrew Morton o Rebeca Quintans, la incluyen en la interminable lista de amantes del Rey Emérito. Por otro lado, durante años se coló el mote de 'Nadiusko' a un político de izquierdas. El cachondeo se basaba en el interés que la actriz había despertado en este líder de la España de los 70 y 80.
La caída de una estrella
La propia Nadiuska achacaba el inicio de todos sus males a un nombre propio: Damián Rabal. El mismo que organizó su boda con un desconocido para poder obtener la nacionalidad española. Hermano del gran Paco Rabal, Damián era el representante de actores más influyente del país. A su escudería pertenecían nombres como Concha Velasco, Ana Belén, su propio hermano o Josele Román. Nadiuska inició una relación sentimental con él y éste la lanzó al estrellato. Su espectacular físico, su belleza que recordaba a Sofía Loren y su desinhibición la convirtieron en la reina del destape. Su acento extranjero no fue un problema para que obtuviera papeles protagonistas gracias al doblaje.
La actriz alemana llegó a acusar a Damián de su caída. Rompieron su relación extramatrimonial, él estaba casado, en 1979, justo cuando su carrera empezaba a despuntar en el extranjero. Según la versión de la actriz, Damián castigó su alejamiento con el veto. Hizo valer su influencia en el cine español para que nadie la contratara.
Con la llegada del PSOE al poder y la aprobación de la controvertida Ley Miró, el Cine S (clasificación de los años 70 en la que se tenían que incluir todas las películas que, por una razón u otra, pudieran herir la sensibilidad de los espectadores)llegó a su fin arrastrado por la legalización de las salas X que por fin podían emitir cine pornográfico como en otros países europeos. Esto hizo que el cine del destape decayese. Algunas de sus protagonistas ya habían dado el salto a otro tipo de producciones y pudieron seguir con su carrera. Otra, como Nadiuska, no recibieron ofertas de ningún tipo y las que recibía eran de producciones de baja calidad como La loca historia de los tres mosqueteros con Martes y Trece cuando aún eran un trío o La de Troya en el Palmar que pasaba por el tamiz del humor negro los sucesos en El Palmar de Troya.
Tuvo la oportunidad de recuperar su popularidad con dos trabajos. Por un lado, debutó como vedette de revista en 1986 a las órdenes de Matías Colsada, el gran hacedor del mundo de las vedettes, pero su participación duró poco ante los lamentos y enfados del empresario. Por otro lado, ese año intervino en la recordada serie de televisión Tristeza de amor, junto a Alfredo Landa.
Su vida lejos del cine
Se dedicó a invertir a partir de entonces en diversos negocios como las joyas, las puertas blindada o la producción y distribución de películas de vídeo, pero ninguna de estas aventuras funcionó como ella esperba. Lo que más llamó la atención a las revistas fue su conversión al catolicismo que incluyo le hizo ser protagonista de algún programa religioso en la televisión pública donde explicaba que había visto la luz para sorpresa de muchos que pensaban que esto era lo más llamativo para la otrora sex symbol. Fue el 24 de diciembre de 1983 se convirtió al catolicismo. El motivo, tal y como contó porque su padre sufrió tres infartos y durante tres meses la actriz rezó a Dios por la recuperación de su padre y ésto consiguió ya que según ella "había quedado con la mentalidad de un niño de tres años y después de pedir a Dios volvió a razonar como un hombre adulto aunque no con la rapidez de antes".
Alejada del cine, las revistas del corazón encontraron en Nadiuska todo un filón. A través de ellas la actriz contaba sus inversiones ruinosas en empresas cosméticas, sus fallidas relaciones y su conversión al catolicismo, sin que eso la ayudase a mejorar su pronunciación en castellano. En todas sus entrevistas hablaba de que sus amigos la habían abandonado y que no recordaba con agrado sus cintas de corte erótico.
En los noventa, los programas nostálgicos en las nuevas televisiones privadas y autonómicas contaron con su presencia. Ya entonces se hacía evidente que la actriz no estaba en su mejor momento. Sus intervenciones televisivas le sirvieron para volver al cine. Rodó así Brácula. Condemor II (1997) junto a Chiquito de la Calzada y Las dudas de Judas y María Magdalena (1998) a las órdenes de Belén Anguas.
En 1999 se publicaron unas imágenes de la artista deambulando por las calles de Madrid con un chándal y con un aspecto demacrado. La diva del destape aseguraba estar siendo perseguida por un hombre muy poderoso. Poco después concedió una exclusiva en Lecturas y visitó el programa de su amiga Concha Velasco Tiempo al tiempo en TVE para contar lo que le estaba sucediendo. Fueron sus últimas intervenciones en medios.
Durante años se le perdió la pista. Ahora vive atendida por las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús en Cienpozuelos (Madrid). Aquí llegó tras un periplo por varias instituciones mentales alternado con periodos de dormir en la calle. Aunque se dejaba ver por el pueblo antes de la pandemia, nadie sabe con certeza cuál es el diagnóstico de una actriz que fue una de las más populares del país y vivió rodeada de fama y adulación. Ironías de la vida, cuando empezó a taparse, es cuando realmente se quedó desnuda frente al mundo.
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