'Las reinas del destape' (VIII): Ágata Lys, la historia de la 'Marilyn de Valladolid'
La noticia de su fallecimiento en 2021 en Benalmádena saltó a los medios más de un mes después de producirse
El 12 de noviembre de 2021 fallecía de forma discreta la actriz Ágata Lys. Aunque fue una de las estrellas más populares del cine español a mediados de los ochenta, su fallecimiento no apareció en los medios de comunicación hasta más de un mes después, el 23 de diciembre.
La noticia pilló por sorpresa a todo el mundo puesto por la edad de la artista, quien tenía 67 años y por otro lado, llevaba más de diez años retirada del mundo del espectáculo. La actriz había enviado un mensaje un par de días antes de su fallecimiento a un amigo. Un mensaje, que según ha podido saber Elcierredigital.com, tenía cierto aire de despedida, ya que ella hablaba de testar y de dejar cosas a este amigo.
Ágata vivía en Benalmádena desde 2007 en una casa que había adquirido muchos antes y a la que se escapaba siempre que podía. En la localidad malagueña vivió junto al gran amor de su vida, el arquitecto vasco Fernando Soto Zubiaur, diez años menor que ella, al que conoció en Bilbao cuando acudió a la ciudad vasca para representar una obra de teatro.
Aunque no se libró de protagonizar algunos rumores que la vinculaban con nombres importantes, Ágata Lys siempre se destacó por su discreción. Además, al contrario que otras coetáneas como Nadiuska y su oscuro final, la vallisoletana se caracterizó por saber invertir su dinero y tener un cierto nivel de control sobre su carrera. Una trayectoria marcada por un éxito que, en ocasiones, amenazó con devorar a la actriz.
Una Marilyn nacida en Valladolid
Margarita García San Segundo nació en Valladolid el 3 de diciembre de 1953 y, siendo una adolescente, acudió al teatro en su ciudad natal y vio un Don Juan Tenorio con Armando Calvo. En ese momento se despertó su vocación, y Margarita, que iba para licenciada en Filosofía y Letras, carrera que empezó, peleó porque la dejaran viajar a Madrid para estudiar Arte Dramático.
En la capital, Margarita dio paso a Ágata Lys, una rubicunda hembra de formas definidas que acabaría encumbrada como una Marilyn castellana. Dio sus primeros pasos en el primitivo Un, dos, tres de Chicho Ibáñez Serrador y pronto el cine le abrió sus puertas con papeles secundarios en cintas Un, dos, tres, dispara otra vez, Ella o Los fríos senderos del crimen.
Con el paso del tiempo secundó a estrellas de la época como Manolo Escobar en Me has hecho perder el juicio (1973) o Carmen Sevilla en Sex o no sex (1974). Con esta última rodó varias películas, en las que siempre interpretaba papeles de chica joven ambiciosa que causaba problemas a la madura de buen ver. "Si en la película me tienen que poner los cuernos, que sea con Ágata", afirmaba la Sevilla.
En 1975 muere Franco y llega el destape. Ágata no fue la primera pero sí una de las más populares en esos años. De carácter estoico y mentalidad muy castellana, tenía muy claro cómo quería que fueran las cosas y que la popularidad en base al erotismo solo tenía que ser una etapa. Una fama que llegó a pesarle como una losa, sobre todo a raíz del taquillazo de José Antonio de la Loma La nueva Marilyn (1976). Un film sobre las veleidades de una sex-symbol que hizo que su comparación con la rubia americana se convirtiese en un tópico recurrente.
A partir de ahí llegaron papeles en títulos como Sexy, amor y fantasía, Fango, Las camareras o Deseo. En esos años siempre aparecía en la lista de las actrices más deseadas, pero también de las mejor pagadas e, incluso, ocupó los comentarios de la prensa por sus enfrentamientos con otras estrellas. Paul Naschy aseguró que en El huerto del francés (1977) acabó a tortas con María José Cantudo y durante el rodaje de Deseo carnal (1977) se las tuvo tiesas con Marujita Díaz.
Una nueva Ágata Lys
Lys se agotó de esperar una oportunidad para dar el salto a un cine distinto que cambiara su imagen. "No cuentes de verdad como soy. La gente solo quiere saber que soy la rubia que dice tontadas a punta pala", aseguraba a un periodista. Tal vez, por esta reiteración en los papeles abandonó el cine para dar el salto a la revista musical (con el espectáculo Ágata con locura junto al pionero del transformismo Ángel Pavlovsky) y a grabar varios discos.
Volvió al cine en 1984, cuando le llegó su gran oportunidad en Los santos inocentes de Mario Camus. Esta película sobre la novela de Miguel Delibes cambió su carrera. En el Festival de San Sebastián de ese año los críticos hablaron de una nueva Ágata Lys y la prensa del corazón comentó mucho su encuentro con Elizabeth Taylor.
A partir de entonces comenzó otra etapa en su carrera artística. Hizo mucho teatro y especialmente comentada fue su intervención en el megalómano musical La reina de Egipto, un ambicioso proyecto de Moncho Alpuente y su papel de Porcia en El mercader de Venecia. En cine rodó con cineastas como Carlos Saura en Taxi o Fernando León de Aranoa en Familia. Además, también trabajó en una producción internacional, El regreso de los mosqueteros con, entre otros, Richard Chamberlain.
Tras su intervención en Amar en tiempos revueltos en 2007 se retiró del mundo del espectáculo en su casa de Benalmádena y no volvió a conceder entrevistas ni a aparecer en actos públicos. Por este motivo, su muerte con tan solo 67 años sorprendió a todos.
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