Lady Di, la princesa del pueblo que dejó una huella imborrable, cumpliría 63 años
La que fuera princesa de Gales será recordada por enfrentarse y poner en jaque a la Monarquía británica, la más poderosa
Este lunes 1 de julio, se celebra el que sería el 63 cumpleaños de Diana Frances Spencer, Princesa de Gales, conocida mundialmente como Lady Di. A sus 36 años, el 31 de agosto de 1997 el mundo recibía la triste noticia de la muerte de la "princesa del pueblo", en un accidente de tráfico en París. Uno de los grandes iconos del siglo XX fallecía en aquel accidente junto a su pareja en aquel momento, el millonario egipcio Doddi Al-Fayed, después de divorciarse del entonces Príncipe Carlos de Inglaterra –actual rey de Reino Unido– en agosto de 1996.
El último cumpleaños que Diana celebró con vida fue dos meses antes del trágico accidente y lo hizo en una gala de caridad en su honor, por el centenario de la galería Tate de Londres.
La fama de Diana Frances Spencer, es incuestionable entre los británicos. Con toda probabilidad, sea considerada como el personaje más popular de la historia reciente de Reino Unido. Su muerte causó una ola de dolor y luto a nivel mundial, evidenciando el profundo impacto que había tenido en millones de personas. Su funeral fue seguido por millones de personas de todo el mundo, y se convirtió en un testimonio del afecto y respeto que ella había ganado.
Trayectoria personal
Diana Frances Spencer, más conocida como Lady Di, nació el 1 de julio de 1961, en Sandringham (Norfolk), lugar que le vio nacer y donde creció. Fue la tercera hija del matrimonio de John Spencer y Frances Ruth Roche, que además tuvieron un varón, el más joven de todos los hermanos, Carlos. Constituían una familia incipiente dentro de la aristocracia británica.
Con una infancia marcada por la separación de sus padres y una educación tradicional que la llevó a distintos internados y finalmente a una escuela de acabado en Suiza. En 1981, su vida cambió drásticamente cuando con 20 años se casó con el Príncipe Carlos, convirtiéndose en la Princesa de Gales.
Lady Di transmitía una imagen de frescura, buen gusto y elegancia. La vida social de Diana era conocida por todos. Las relaciones con los Borbón, los encuentros con Reagan, el inolvidable baile con John Travolta y su compromiso con causas humanitarias como la lucha contra el SIDA. Era el rostro de la renovación en la Casa Real y el pueblo la adoraba,... pero es oro todo lo que reluce.
Su matrimonio con el Príncipe Carlos empezó bien, con quien llegó a tener dos hijos, Guillermo y Enrique. Duró 15 años, pero pronto se deterioró debido a las incompatibilidades y las infidelidades mutuas. La princesa del pueblo tuvo su presunto primer amante a los 24 años, fue su guardaespaldas Barry Mannakee, quien tras ser descubierto, expulsado del palacio y murió en un accidente de tráfico nueve meses después. Mientras ella mantenía su primer supuesto affaire, su marido Carlos estaba con la que a día de hoy sigue siendo su mujer y además es reina consorte de Reino Unido, Camilla Parker Bowles.
Después de este, tuvo más posibles amantes: Su profesor de equitación, James Hewitt; un vendedor de obras de arte, Oliver Hoare; y el jugador de la selección inglesa de rugby, Will Carling.
En 1996, Diana y Carlos pusieron fin a un matrimonio de 15 años, y poco después de divorciarse, Lady Di sorprendió a propios y extraños comenzando una relación amorosa con el acaudalado Dodi Al-Fayed, hijo del propietario de los almacenes Harrod's, Mohammed Al-Fayed. Pese a la ruptura con Carlos, su imagen se mantuvo intacta y seguía codeándose públicamente con figuras de la talla de Hillary Clinton.
Un trágico final envuelto en teorías de la conspiración
Como si de una epopeya griega se tratara, el 31 de agosto de 1997, Diana y su pareja, Doddi Al-Fayed, perecieron en un accidente de tráfico en París. El siniestro conmocionó al mundo entero.
Las teorías de la conspiración copaban las portadas de la prensa del corazón, alentadas por las declaraciones de Mohammed Al-Fayed, quien acusó a los servicios secretos británicos de un presunto homicidio. La actitud de los Windsor, que encabezados por Isabel negaron darle a Lady Di un funeral de Estado, fue duramente criticada por los ciudadanos británicos.
La presión fue tan grande que la Familia Real tuvo que ceder. Su entierro en la Abadía de Westminster, como toda su trayectoria vital, fue todo un acontecimiento, con la participación de artistas como Elton John. 2500 millones de personas lo siguieron. Diana de Gales fallecía así dejando una huella imborrable en la historia de la monarquía británica. De esta manera, los británicos quedaban huérfanos del indomable carácter del que Lady Di hizo gala al enfrentarse a la Monarquía más poderosa del mundo.
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