José Aguilar, biógrafo de las estrellas lanza 'Antología Poética'
Fue muy cercano a figuras como las de las cantantes Rocío Dúrcal o Marisol y la de la ex Miss España Amparo Muñoz.
En nuestro país el género biográfico cinematográfico no se estila tanto como en Estados Unidos, donde desde los orígenes del séptimo arte se ha venerado a las estrellas. Si en España hay un autor que destaca por revelar las vidas de nuestro cine patrio ese es José Aguilar, autor entre otros libros de Rocío Dúrcal. Volver a verte, Marisol, Carmen Sevilla o Azúcar, canela y clavo: Mis divas folclóricas.
A pesar de su pasión por los grandes de la gran pantalla también cultiva otros estilos como la poesía. Recientemente presentó en el Ateneo de Madrid su libro ‘Antología poética’ (Ed. Éride). Sin duda, estamos ante un trabajo muy diferente a los de su intensa carrera como biógrafo y ensayista. Aguilar desnuda sus intimidades en un libro que le descubre como alguien muy reflexivo al que no le importa poner sus fobias y sus filias sobre la mesa.
- Ha conocido a las estrellas más importantes del cine español, ¿qué queda de todo aquello?
- Era prácticamente un crío cuando empecé a frecuentar ese ambiente. Me siento muy afortunado por haber conocido a tantas estrellas y actores, con los que he tenido la oportunidad de compartir muchos momentos de su vida pública y personal. De todo aquello queda un legado cinematográfico excepcional, pero la verdad es que el mundo del cine ha cambiado mucho. Hay cosas que se han mejorado, pero otras, desafortunadamente, no.
- ¿Ha heredado Penélope Cruz el glamour de las estrellas de la época dorada?
- Penélope tiene una carrera impresionante y todo lo que le ha ocurrido es como si estuviésemos leyendo un cuento de hadas. Lo que le pasa en su carrera es abrumador, pero no solamente es fruto de su destino, sino de una gran capacidad de trabajo. Es una estrella mundial, además de una actriz con muchos registros y recursos interpretativos. Sin duda, es una verdadera diva de la imagen.
- Pocas veces habla usted de Belén Rueda...
- Es otra de las pocas estrellas que quedan en España en el estricto sentido de la palabra. Su evolución como actriz es importante y creo que todavía tiene más potencial. En cuanto a su imagen, es icónica y no tiene nada que envidiar a algunas estrellas de Hollywood. Solo la he visto dos veces en mi vida de manera fugaz.
- Se cumplen trece años del fallecimiento de Amparo Muñoz, una de las mujeres más bellas del mundo, cuya su vida estuvo repleta de sombras, ¿no es así?
- Amparo tuvo una vida durísima aunque tuviera el mundo a sus pies en algunos momentos de su existencia. He conocido a muy pocas personas con su sensibilidad y su capacidad para perdonar. Sus manos son las más bellas que he conocido. Siento mucho todo lo que le pasó. Sus últimos tiempos los viví muy de cerca y fueron terribles. La verdad es que la quise muchísimo y la echo mucho de menos. Solamente recuerdo sus últimas palabras: No me quiero marchar José, no me quiero marchar...”
- ¿Qué recuerdos guarda de la familia Rabal?
- Muy buenos, la verdad. Hemos hecho muchas cosas juntos y siempre les he tenido un gran cariño. Asunción Balaguer era entrañable, sensible, distinguida, una dama en toda la dimensión de la palabra con la que, además, me he reído mucho y con la que he viajado a muchos sitios. Me alegro de que Teresa Rabal haya retomado su carrera de actriz. Esa era una de las ilusiones de su madre. Lo único que siento es que Liberto no continúe, de momento, en la interpretación. Para los actores la vida es muy dura.
- Una de las grandes sagas que ha estado muy presente en su vida es la de Fernán-Gómez, ¿cómo era de puertas para adentro?
- Siempre hemos tenido mucha relación. Fernando Fernán Gómez era un monstruo de la interpretación, un gran conversador y un ser con una capacidad de reflexión fuera de la común. María Dolores Pradera era una gran dama, con un sentido del humor como pocos he visto en el mundo del espectáculo. Guardo bastantes recuerdos de ella. Su hija Helena tiene una gran memoria. El otro día estuvo recitando algunos de mis poemas en el Ateneo.
- No hemos hablado de Rocío Jurado, ni de Lola, ni de Dúrcal...
- Sin duda, son tres grandes mujeres a las que echamos mucho de menos. Los que hemos tenido la suerte de conocerlas sabemos que, además de grandes artistas, eran grandes seres humanos que pasaron por la vida compartiendo toda su esencia. Son irrepetibles.
- Pocos saben que ha tenido una gran relación de amistad con el productor cinematográfico Luis Sanz, descubridor, entre otras, de Rocío Dúrcal. ¿Qué le decía cuando era joven?
- Luis era un hombre que sabía mucho del mundo del espectáculo, un productor y mánager como pocos ha habido en España. Siento no haberle hecho caso en muchas cosas, pero cuando somos jóvenes queremos hacer todo a nuestra manera. Cuando te quería, te reñía mucho, pero casi siempre tenía razón.
- ¿Qué ocurrió con su gran fortuna?
- No me gusta hablar de esas cosas, discúlpeme, pero si Luis levantase la cabeza le daría algo. Todos sus recuerdos no sé dónde terminarían... entre ellos, las memorias que escribimos juntos a partir de sus borradores encuadernados en azul.
- Usted habla de estrellas, de películas, pero su vida también parece una novela...
- Es cierto que he sido un privilegiado en algunas cosas, pero no se crea, tampoco han sido solo días de vino y rosas. En todas las vidas hay momentos malos. Para mí, la desaparición prematura de mis padres ha sido realmente dura porque no he podido disfrutarles. Cuando eres muy joven te parece que siempre van a estar, pero un día, cuando menos te lo esperas, desaparecen y te dejan un profundo vacío....
- Su madre era Tonia Vázquez una conocida escritora y pintora por la que siente auténtica devoción, ¿qué rasgos destacaría de ella?
- Era una madre única, una pintora y escritora estupenda y, sobre todo, una mujer muy adelantada a las de de su generación. Era una feminista que rompía moldes, sin embargo, también era amante de las tradiciones. Tenía unas creencias y una escala de valores muy clara, que intentaba llevar a su vida cotidiana.
- Sin duda, ha dejado un gran legado artístico...
- La verdad es que ha dejado un gran patrimonio cultural inédito, que irá progresivamente saliendo a la luz. Ha dejado muchos libros, cuadros, y dibujos que están en proceso de catalogación. Espero que pronto los pueda disfrutar el público.
- A lo largo de su vasta carrera y debido a los contactos que sigue teniendo con la jet set de nuestro país, José Aguilar se ha codeado con algunos de los nombres más importantes de la prensa del corazón. ¿Cómo es una cena con Gunila o el conde Rudy, en definitiva, con la Marbella glamurosa...?
- Hace tiempo que no les veo. Pero lo he pasado muy bien con ellos en el Marbella Club. Son una gente muy divertida, con la que puedes vivir situaciones bastante surrealistas. Son la esencia de un mundo que ya no existe.
- ¿Conoce a Carmen Lomana?
- Sí, pero muy poco, incluso antes de que tuviera una dimensión pública. Ella era muy amiga de Lita Trujillo y fue quien me la presentó en la Biblioteca Nacional, en la presentación de uno de mis libros, hace muchos años. Es una mujer dinámica, inteligente y con un gran estilo. Oscar Wilde decía: La peor fiesta es a la que no te invitan”. Oscar Wilde es uno de los escritores más importantes de la literatura, pero también uno de los que más ha sufrido. Su ingenio marcó una época, pero me quedo con sus obras de teatro y con El retrato de Dorian Gray, que es apasionante.
- ¿Se arrepiente de no haber tenido hijos?
- Sí. No sé si ahora ya es muy tarde, pero creo que me equivoqué en eso, como en tantas otras cosas. Me gustan mucho los niños y creo que no hubiese sido un mal padre. Tampoco he tenido las parejas adecuadas para eso.
- ¿Qué proyectos tiene entre manos?
- Bueno, tengo un libro que he de terminar pronto, así como algunos proyectos de televisión. Ya veremos, en estas profesiones nunca sabes lo que va a pasar. De repente, surge algo y lo cambia todo. El acontecimiento es fundamental ya que no se puede saber lo que va a pasar.
- Siempre nos quedará París...
- Claro, París es una de las ciudades donde es necesario volver siempre que puedas. Me encanta pasear por sus calles, ir a exposiciones, perderme en sus pequeñas tiendas y respirar su esencia. Es una ciudad para vivir, si es posible, alguna etapa de tu vida. Aunque he pasado más tiempo en Inglaterra, no puedo remediar mi pasión por París.
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