La historia no contada del humorista Miguel Gila en su aniversario
Famoso por sus monólogos sobre la Guerra Civil, escapó a la muerte e hizo llorar de la risa a Carmen Polo.
La comedia nacional no se puede concebir sin la figura del cómico madrileño Miguel Gila. El protagonista del famoso sketch de ‘La Guerra’ emitido durante décadas en Televisión Española ha pasado a la historia como una leyenda de la comicidad nacional y polifacético, pues en sus intervenciones podía ironizar sobre la Guerra Civil o bromear sobre las bromas del pueblo.
Además de ser una gran figura en el humor nacional, destacó como actor en películas como ‘¡Viva lo imposible!’, ‘Mi tío Jacinto’ o ‘El hombre que viajaba despacito’ así como en la pequeña pantalla donde protagonizó junto a Chus Lampreave la serie ‘¿De parte de quién?’ emitida en la primera cadena. Hoy, el pionero de los monólogos en nuestro país habría cumplido 104 años.
“La carcajada del siglo XX”
El humor de Miguel Gila, quien nació en marzo de 1919 en un humilde piso del barrio madrileño de Tetúan, era poderoso y aunque para él, “la vida era un chiste”, el drama que escondía su persona lo acompañó hasta su fallecimiento. Fue víctima de la sensación de orfandad desde su nacimiento y escapó a la muerte en su juventud cuando se alistó como soldado republicano.
El humorista compartió prisión con el poeta Miguel Hernández y aunque nunca escondió su ideología política, logró hacer reír a las dos Españas. Gila comenzó a ganar popularidad y su gracia llegó a oídos del general Franco, pues era uno de los invitados que no faltaba cada 18 de julio a la conmemoración de la sublevación en el Palacio de la Granja de San Ildefonso. Allí, Gila hacía llorar de la risa a la esposa del general Carmen Polo.
Tal fue su legado en el humor español que Jose Luis Coll, su colega de profesión, llegó a denominar a Gila como “La carcajada del siglo XX". El artista se convirtió en una leyenda del humor absurdo y en un Bon vivant, pues derrochaba el dinero sin percatarse de las consecuencias, de hecho falleció en la ruina absoluta. Su hijo Miguel, afirma que “aunque mi padre falleció en 2001, continúa vivo, pues todo el mundo le recuerda”.
La historia de un padre ausente
Gila fue capaz de humanizar sus propios dramas, los cuáles comenzaron desde su nacimiento. Fue su madre quien lo abandonó pocos días después de nacer para que sus abuelos le criaran y no llegó a conocer a su progenitor, pues falleció meses antes de que Gila naciera. A la edad de 17 años se alistó en las Juventudes republicanas y fue en la guerra donde se forjó su leyenda, pues estuvo muy cerca de la muerte.
La interpretación le salvó la vida, pues fingió su fallecimiento y se vió obligado a huir a Zaragoza donde contrajo matrimonio por primera vez, aunque pronto viajaría a la capital donde conocería a uno de los amores de su vida y padre de sus dos hijos mayores, Miguel y Carmen Gila. Fue el humorista, quien llegó a reconocer a su primogénito como hijo biológico, sin embargo, Carmen no tuvo la misma suerte.
En 1959, llegó al mundo Carmen Gila, su única hija no reconocida. El humorista se encontraba en México y a pesar de los esfuerzos de la bailaora para que conociera a la pequeña Carmen, “La consentida”, aquel encuentro nunca sucedió. Tras dejar México, el humorista decidió regresar a España en compañía de su tercera mujer, la directora de teatro Maria Dolores Cabo y su tercera hija, Malena Isabel Gila.
En una aparición en televisión, el de Madrid confesó que “Malena era su única hija”. Aquellas declaraciones ocasionaron un gran dolor a sus hijos mayores y fue Carmen quien decidió interponer la demanda de paternidad en abril de 2001. El proceso no llegó a su fin, pues Gila falleció en julio de aquel año y de hecho, Carmen no tuvo oportunidad de despedir a su progenitor, pues “no era bien recibida ni en el hospital, ni en el funeral”. Años después, la justicia le ha dado la razón, consiguió el apellido de su padre y aunque confesó que “le da mucha pena, se siente tremendamente feliz”.
Más noticias: