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Un hombre con auriculares y chaqueta de mezclilla en un estudio de radio con un letrero de fondo.
CULTURA

Carlos Padilla: La cultura es una obligación para periodistas y locutores.

El joven de 21 años, estudiante de Comunicación en la Complutense, dirige el exitoso programa 'El Taxi' en Onda Madrid.

¿Qué se le pregunta a alguien que se ha convertido en el Jesús Quintero de la generación Z? Carlos Padilla tiene 21 años y con tan corta e insultante edad presenta y dirige un programa de entrevistas en Onda MadridEl taxi, con gran repercusión en las redes. Una revolución que se basa en elementos clásicos. Ha conseguido que pase por el micrófono algunos de los nombres más granados de la actualidad patria. En un tiempo de la teoría fast food aplicada a los medios de comunicación, ha logrado que su programa se base en algo tan nuevo y tan viejo como dos personas hablando. Su forma de 'enredar' a los invitados consigue algunos titulares que destapan a los nombres más populares. Un efecto que también consigue cuando es el entrevistado. 

- ¿Cómo un estudiante de periodismo de 21 años llega hasta aquí?

- Siempre he sido un poco 'viejoven'. No sé qué pensar ante la sorpresa de la gente cuando digo mi edad. La verdad es que todo lo que me ha pasado en los últimos tiempos ha venido rodado. No vengo de una familia con tradición periodística. Cuando empecé El Cuarto Programa en la radio de la Complutense, jamás pensé que acabaría recibiendo la llamada de una radio pública y, mucho menos, que acabaría en una tertulia de televisión. Fue Ángel Rubio, el director de Onda Madrid, el que me propuso ponerme al frente del El Taxi. Ha sido una gran oportunidad que piensen en un estudiante de periodismo para este proyecto. 

- ¿No asusta enfrentarse a un proyecto así?

- Igual es que no pienso las cosas con la perspectiva de en qué van a acabar. Lo que sí implica es un compromiso que apasiona. Todas la semanas necesitas llevar a un personaje al programa. En el programa estamos el técnico y yo. Nació, como he dicho, en plena pandemia y eso ayudó. Tenía algo que me apasionaba y en lo que centrarme. 

Las escaleras de Cuatro Caminos, el niño imberbe y gente que piensa #ElTaxideOndaMadrid

- Por su programa pasa todo el mundo que es alguien en España. ¿Cómo lo consigue? 

- Perseverancia y pasión. Las dos 'Pes'. 

- ¿Se pone muchas líneas rojas para entrevistar? 

- En principio no. Evidentemente parto del respeto. Tal vez no soy mucho de preguntar por la vida personal. No al menos de una manera que moleste. Otra cosa es que surja en el transcurso de la conversación y sea algo natural. También depende mucho del personaje que esté en ese momento delante. Lo que sí procuro evitar es preguntar por actualidad. Primero, porque pretendo que la gente que tengo delante se relaje. Yo creo que si hay un truco para entrevistar, es ese. 

- Con sinceridad, ¿cuáles han sido los mejores y los peores entrevistados? 

- Si tuviera que decir uno por la atmósfera que se creó, Pepe Rodríguez de Masterchef. Es que es el típico con el que te casarías. En la entrevista que peor lo pasé fue en la de Cayetana Álvarez de Toledo. No porque ella estuviera mal, sino por el respeto que generaba su figura. Independientemente de cómo piensa, es una mujer con un peso intelectual. En ese programa se me nota que estoy muy tenso. 

- ¿Nunca ha tenido un invitado que le contestase con monosílabos?

- Sí, ha habido momentos de esos de querer estrangular al entrevistado, pero ahí toca reconducir. Cuando te enfrentas a eso tienes que sacar recursos. Es lo que nos toca. 

- ¿Sus referentes a la hora de entrevistar? 

- Muchos. No podría decir uno. En mi caso creo que intento hacer las entrevistas de la manera en que soy capaz y me siento cómodo. No sé hacerlo de otra forma. 

- Y de ahí ha pasado a las tertulias televisivas en Cuatro al día. ¿Qué tal su paseo por el tertulianismo? 

- Pues muy bien. El primer sorprendido fui yo. Primero, porque no suele haber gente de mi edad en las tertulias políticas, y segundo, porque no me considero especialmente politizado. Tengo mis ideas, pero intento analizar los temas en concreto. Me han sentado en la izquierda de la mesa pero critico en función de lo que me parece cada asunto. Lo que sí te puedo asegurar es que nunca me han dicho lo que tengo que decir ni han forzado una opinión. 

- Lo de la edad es un tema recurrente. 

- Siempre he parecido un poco 'vieojoven'. Muchos se sorprenden cuando digo que tengo 21 años, aunque nunca han minusvalorado mi opinión por eso. 

- Yo creo que lo que sorprende es encontrar a un estudiante de periodismo así. Según sus redes lee muchísimo en comparación con otras personas de su edad.

- No leo tanto. Me gusta mucho, pero también lo hago por obligación, para estar al día y, por supuesto, no concibo entrevistar a alguien que presenta un libro sin haberlo leído. Me parece una falta de respeto. Creo que si te dedicas a esto tienes que estar atento a ciertas cosas. No vengo de una casa donde hubiese una especial querencia por los libros, pero un periodista tiene que ser culto. 

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