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Vista desde el escenario de un teatro con varias filas de asientos y balcones iluminados.
CULTURA

Caos en las artes escénicas: los fondos europeos de Sánchez no llegan.

La dimisión de Fernando Cerón agrava la crisis del INAEM debido a su escasa viabilidad.

Actores y directores contratados por los teatros pertenecientes al Ministerio de Cultura, como el  Centro Dramático Nacional (CDN) o el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Músicas (INAEM) se declaran hartos y maltratados por los retrasos reiterados en los pagos de sus nóminas.

Fue en 2014 cuando el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, decidió equiparar el trabajo de los artistas con las actividades de prestación de servicios. Desde entonces, sus nóminas no se abonan mensualmente sino como facturas cuyos pagos reciben con retraso. Por eso, cada cierto tiempo estos profesionales denuncian públicamente una situación que consideran injusta, pero aseguran que hasta ahora solo han conseguido buenas palabras, promesas de búsqueda de nuevas fórmulas y mucha solidaridad.

Esta semana, la directora del 'El cuaderno de Pitágoras', Carolina África, y el actor Israel Elejalde han vuelto encender la mecha de la protesta con mensajes en las redes sociales, donde han sido secundados por muchos colegas de profesión.

“¿Sabes lo que me enamoraría de verdad a mí hoy?”, se preguntaba este lunes en Twitter Carolina África. “Que el INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música) me hubiera pagado alguna de las dos facturas por la dirección de El cuaderno de Pitágoras. Y ni un duro, señores. Eso sí, mi IVA ya me lo han cobrado”.

Cinco personas en ropa deportiva están en un escenario, una de ellas está dentro de una estructura de metal mientras las otras cuatro observan.
"El cuaderno de Pitágoras" en el Teatro Valle-Inclán. | El Cierre Digital

En las declaraciones que dio en el periódico El País la directora de  El cuaderno de Pitágoras, que se estrenó el pasado 18 de enero en la sala pequeña del Teatro Valle-Inclán de Madrid (sede del CDN), explicó cómo se encontraba su situación: "A día de hoy no he cobrado estas facturas, con la agravante de que como el año fiscal termina el 31 de diciembre yo ya he tenido que pagar el IVA por un trabajo que he realizado y no me han abonado".

“Es un problema ajeno a la dirección artística del CDN y en el Inaem siempre remiten a Hacienda”. Los actores de El cuaderno de Pitágoras se encuentran en la misma situación, sin cobrar desde hace casi dos meses. 

Para 2022, hay en juego más de 70 millones de euros  en ayudas y subvenciones para el sector cultural. Fuera del Inaem, se duda de la capacidad del equipo de Amaya de Miguel, actual directora general del Inaem, para hacer frente a este reto.

Grupo de bailarines de flamenco en el escenario realizando una coreografía con trajes tradicionales.
"Invocación" en el Teatro de la Zarzuela, Madrid. | El Cierre Digital

De Miguel no solo tendrá que afrontar este reto, también se suma el descontento de los técnicos del teatro. Y es que Inaem está sobrellevando la huelga de técnicos que arrastra desde hace tiempo, donde siguen los paros reivindicativos de los técnicos del Inaem que afectan a las obras programadas por el Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico y el Teatro de la Zarzuela.

Más de  70 funciones se han cancelado en los últimos 7 meses. Tanto estrenos internacionales como grandes montajes líricos. Especialmente dañina fue la situación que afectó al Ballet Nacional de España, que tenía programadas para diciembre 11 actuaciones del espectáculo Invocación en el Teatro de la Zarzuela, con todas las entradas vendidas. Sin embargo, la huelga de técnicos hizo que sólo tuvieran lugar 2 representaciones, con la consiguiente pérdida de taquilla. Tras siete meses de negociaciones por parte del equipo de Amaya de Miguel, el jueves 10 de febrero tuvo lugar el último paro y la situación parece todavía  lejos de solucionarse.

La tensión que se vive en el Inaem se cobró su primera víctima hace dos semanas. Fernando Cerón dimitió como Subdirector General de Teatro ante las dificultades que se encontraba para realizar su trabajo. En una carta pública de despedida escribía lo siguiente: "Hemos vivido en un momento en que la administración pública se encuentra preocupantemente precarizada en sus recursos humanos y con un modo de trabajo muy burocratizado, que hacen que el trabajo se lleve en condiciones muy adversas que imposibilitan que se afronten retos insoslayables del futuro del sector".

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