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Dos personas actuando en un escenario con humo y luces de colores.
CULTURA

Ángel Rojas se despide en El Corral de la Morería: Retirarse es muy difícil

El artista madrileño cumple su promesa a Blanca del Rey, despidiéndose en un lugar mágico.

A principios de año Ángel Rojas anunció a través de redes sociales su gira 'El último baile', con la que pone fin a su carrera en los escenarios. La gira comenzó el 21 marzo en el Teatro del Bosque de su Móstoles natal y culminará el próximo 29 de abril en el Corral de la Morería.

Ángel Rojas nació en Móstoles en 1974 y es bailarín, bailaor y uno de los directores artísticos de flamenco y danza española con mayor prestigio, con más de 30 obras creadas. Ha recibido numerosos premios por su trayectoria profesional, entre los que destacan el premio de Cultura 2007 de la Comunidad de Madrid, el premio Villa de Madrid al mejor intérprete de danza, o el premio AP de la danza, entre otros.

De sus numerosos éxitos como profesional destaca la creación y dirección del Festival Flamenco Madrid, así como su dirección del primer teatro dedicado al flamenco del mundo,  Teatro Flamenco Madrid. Además, como intérprete ha demostrado gran versatilidad y ha trabajado con grandes figuras de la escena, como Antonio Canales, Víctor Ullate, José Antonio o Carmen Cortés.

Es reconocido internacionalmente por haber impartido clases magistrales y conferencias por países como Francia, Suecia, Finlandia, Brasil, Chile, Argentina, México, Canadá, EEUU, Japón o China, en los que ha compartido su arte y cultura, además de su dedicación por el flamenco y la danza española.

Rojas también dirige la escuela de danza Ciudad de Móstoles y es aquí, en la misma ciudad donde reside, donde ha puesto en marcha su Ángel Rojas Flamenco Dance Project, con el que lleva a cabo giras con cada una de sus diferentes producciones.

Hombre con los brazos extendidos y expresión intensa en un escenario con humo.
Ángel Rojas actuando. | El Cierre Digital

Elcierredigital.com se ha puesto en contacto con Ángel Rojas, quien ha declarado que "cerrar una etapa tan emocional y emotiva como intérprete es duro y complejo, pero también hay que ser maduro y consciente, y sobre todo muy coherente con lo que uno es y lo que uno quiere ser, y por eso quiero hacerlo de esta manera tan bonita, emotiva y consciente".

- ¿Qué sabor le deja esta etapa profesional que ha durado 35 años de su vida?

- Un sabor maravilloso. He tenido una carrera que jamás hubiera podido imaginar. Yo era un chico soñador de un barrio de la ciudad de Móstoles y he conseguido todos los propósitos que me he ido proponiendo, con muchísimo trabajo, esfuerzo y también siguiendo mis intuiciones y las enseñanzas, por supuesto, de mi maestro.

Creo que la faceta bailarín y bailaor la he llevado a su máxima expresión en mi persona y la acabo muy satisfecho y feliz. Feliz de concluirla, y feliz de concluirla cuando físicamente todavía estoy bien y a un nivel de experiencia de élite, para poder prestar ese servicio desde la cultura y desde el escenario al público.

- ¿Cómo decidió que este sería su último año en los escenarios?

- Es una decisión que no nace de un día para otro. El retirarse es un momento vital y el mío claramente llegó cuando entraba al estudio y  le pedía al cuerpo más, trabajaba más y me daba menos. Llega un momento en el que tienes que ser consciente de cómo superar esa situación. Por otro lado, en 2014 emprendí una carrera como director artístico y como gestor cultural. Eso me ha llevado a aprender sobre mi profesión y ser útil creando festivales de renombre para la ciudad de Madrid, direcciones artísticas a nivel internacional y ser una pieza dentro del engranaje de la profesión.

Estas dos cosas son las que me han hecho decidirme a dejar los escenarios. Este año cumplo 50, y al final es como un impasse en el que dices 35 años ya son suficientes. Tu cuerpo, alma, espíritu y tu necesidad creativa y también de aprendizaje tienen que ir por otro lado y tienen que seguir creciendo y evolucionando. Empieza un mundo realmente apasionante hacia el verdadero servicio público. Yo tengo vocación de servicio público hacia mi profesión, mi país, la cultura... y este es el momento de devolver el servicio que me han prestado. Yo he llegado a estas cuotas de éxito porque he tenido infraestructuras y posibilidades.

Evidentemente, cerrar una etapa tan emocional y emotiva como intérprete es duro y complejo, pero también hay que ser maduro y consciente. Y, sobre todo, muy coherente con lo que uno es y lo que uno quiere ser.

- Hablando de emociones, ¿qué significa para usted que 'El último baile' comenzara en el teatro de su Móstoles natal y termine en un teatro emblemático como el Corral de la Morería?

- Es el último sueño cumplido, hay pocos artistas que pertenezcan a un teatro, que pertenezcan a un espacio. Yo tengo esa suerte, soy mostoleño, nací aquí, y este es mi lugar, este es el lugar donde yo he desarrollado mi carrera, donde inauguré el Teatro del Bosque hecho por Mariscal. He visto crecer el potencial cultural que tiene mi ciudad y yo he contribuido a todo eso de alguna manera.

He desarrollado mi carrera y creado espectáculos que han girado por todo el mundo y creo que podría haber pedido otro gran teatro de la capital y posiblemente me lo hubieran dado, pero no era una cuestión de grandilocuencias, ni de éxito, ni siquiera de banalidades, era cuestión de ser realista y ser honesto y coherente con lo que uno es.

Tres personas en un escenario oscuro, una mujer sentada a la izquierda, un hombre bailando en el centro y otra persona tocando la guitarra a la derecha.
Ángel Rojas actuando. | El Cierre Digital

Tenía que terminar en mi ciudad, en la que prácticamente empecé. Y es un orgullo ser de una ciudad, tener un público y tener una audiencia que continúa viéndote en los buenos y en los malos momentos. Por otro lado, el Corral de la Morería es una promesa que me hice a mí mismo y se la hice a Blanca del Rey. Yo le dije a doña Blanca, directora artística del Corral de la Morería y una leyenda de este país, que la última vez que yo bailase iba a ser sobre el escenario del Corral.

Insisto, podría haber cogido otro coliseo más grande o elocuente, pero para mí tenía que ser así. Y como cada uno elige su camino, el inicio y el final, y si la vida te lo puede regalar, y en mi caso me lo ha regalado, pues es todo un orgullo. Es otro sueño cumplido para mí.

- Ahora que se ha bajado de los escenarios, ¿qué proyectos tiene en mente?

- Tengo diversos proyectos, en los que llevo trabajando durante tiempo. Se basan todos en la ciudad de Móstoles, que es una ciudad grande y tiene cuatro teatros. Y mucho trabajo por hacer con la danza, que va a ser el centro de mi proyección a partir de ahora.

El proyecto docente de danza, de escuela en el municipio, lo puse en marcha hace quince años, y el año que viene queremos que suba escalones. Hay muchos proyectos de gestión que se están poniendo en marcha ahora, que tienen que ver con lo institucional. Creo que harían falta muchos más artistas gestionando en los despachos. Creo que tenemos una visión mucho más completa y realista.

A partir de ahora voy a estar dedicado a la creación, pero sobre todo a la dirección y a la gestión de proyectos artísticos, tanto para mi ciudad como para el resto de la comunidad, o ámbito nacional o incluso internacional. Por lo tanto, hay muchos proyectos de diferente índole en los que estamos inmersos y en los que ya llevamos trabajando mucho tiempo. Llevamos una década combinando las dos y este es el momento de cerrar la artística del escenario.

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