Amarna Miller se querella contra el Ministerio de Igualdad por odio

La exactriz de cine para adultos y actual creadora de contenido feminista Amarna Miller  ha emprendido  acciones legales  contra el Ministerio de Igualdad. Y es que la escritora ha impuesto una denuncia contra Irene Montero, Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, y  Ángela Rodríguez 'Pam', secretaria de Estado de Igualdad, por “denigrarla, ensuciar su imagen y dañar su reputación”.

La influencer acusa a las implicadas de cometer un delito de odio, como reveló durante su entrevista en La fábrica de Rufián, un programa presentado por Gabriel Rufián en 8tvCat. Como explicó Amarna, las tres mujeres a las que acusa financiaron con dinero público y aprobaron una  exposición contra la explotación sexual  con motivo del Día contra la Trata de Mujeres y Niños en la que se expresaba que Miller hace “un flaco favor al feminismo”.

🚨 EXCLUSIVA d'@AmarnaMiller a @LaFabricaRufian de @gabrielrufian

🗣 "Estic emprenent mesures legals contra el Ministeri d'Igualtat" pic.twitter.com/LdbPEnv6jG

— 8tv.cat (@8tvcat) January 8, 2023

La exposición tuvo lugar en enero de este año en la estación de Atocha y se tituló Mercado Canalla: reflexiones sobre la prostitución y la pornografía en construcción de las masculinidades. En ella se señalaba a  Amarna Miller por “defender la violación y la pedofilia”, como manifestaba en la entrevista.

Miller ha presentado una denuncia ante el Tribunal Supremo (TS) en la que acusa a Montero, Rosell y Pam  de haber cometido varios delitos: uno de odio y otro de injurias y calumnias, tal y como ha avanzado Caso Abierto, el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica. Su querella también se dirige contra la directora y la diseñadora de la exposición y un alto cargo de Adif, que permitió que se instalara la obra en sus instalaciones.

La activista explicó que sus seguidores la alertaron a través de las redes sociales para que acudiera a la exposición. La obra se componía de varias estaciones artísticas. Amarna destaca que "en el suelo había un rollo de papel con trozos de entrevistas y afirmaciones. Estaba mi nombre, decían que estoy a favor de la pedofilia y la violación y que hago un flaco favor al feminismo”. También añadió que la instalación contaba con maniquíes con extractos de textos pegados, fotografías y multitud de citas y entrevistas. Entre ellas, algunas de sus declaraciones y sus propias iniciales aparecían varias veces.

En varias pancartas se leían afirmaciones contra Miller tales como “Amarna no tiene sororidad, usa el feminismo para defender algo que no debe defender y pisotea el colectivo (…). No sabe lo que es la ética feminista y defiende la pedofilia y la violación”. 

También asegura que algunos paneles con textos contra la pornografía se vinculaban a ella, señalando sus iniciales en declaraciones como “lo que dice A.M se lo han inculcado de pequeña y ve normal traspasarlo. Trabaja en ello y le conviene defenderlo. Amarna pretende que cambiemos nuestra visión sobre el porno solo por cómo le va a ella de bien”.

Amarna Miller considera que todas estas acusaciones fundamentan un delito de odio “por razones de género e ideología” además de que “el mensaje lanzado criminaliza el feminismo libertario o pro-derechos, que defiende la despenalización de la prostitución y las trabajadoras sexuales”. Por todo ello, solicita que se interrogue a todos los denunciados y pide una indemnización de 280.000 € por los daños y perjuicios.

Su perspectiva de la prostitución

Amarna Miller (Madrid, 1990) ha sido una figura muy presente en los debates sociales feministas de los últimos tiempos. Y es que su perspectiva sobre la industria de la pornografía y sus experiencias personales en el ámbito han protagonizado multitud de conversaciones sobre la legitimación del porno.

Miller es licenciada en Bellas Artes y activista. Pronto se inició en YouTube y durante su vida ha viajado alrededor del mundo, viviendo incluso en una furgoneta en Estados Unidos. También ha rodado una película convencional, Contigo no, bicho. Sin embargo, fue su trabajo como actriz de cine para adultos el que le catapultó a la fama.

Se inició en el porno con 19 años, como afirma en una entrevista para El País, no por necesidad, sino porque siempre había fantaseado con la idea de dedicarse a algo relacionado con el trabajo sexual. Años después decidió alejarse de la industria, cerrando un capítulo en su vida del que no se arrepiente, pero del que, admite, fue complicado salir.

“Haberme dedicado al porno me ha perjudicado mucho. A nivel emocional ya me lastra. Aguantar en el negocio y salir emocionalmente entera es muy complicado. A los ojos de la sociedad, aquello que tiene que ver con la sexualidad parece atractivo, pero a la vez es algo malo que no sabemos gestionar mentalmente. A mí me ha compensado. No quiero ser victimista. Estoy orgullosa de haber sido trabajadora sexual, por eso no me he cambiado el nombre: sigo siendo Amarna Miller, el nombre que utilicé cuando entré en el porno”, explicaba a El País.

Comenzó así a defender un activismo feminista que no criminaliza la pornografía. La ahora escritora e influencer considera firmemente que “hay mujeres y hombres que disfrutan del paso por la industria de la pornografía”. Además explica que, bajo su experiencia, en la industria del porno no se producen abusos sexuales, ni “trata de blancas”.

“Siento que muchas argumentaciones abolicionistas están en contra de la prostitución y del trabajo sexual porque se plantean estas realidades como cuestiones excluyentes; si existen víctimas de trata, ya no existen mujeres que se dedican a la prostitución porque así lo han decidido, etc.”, manifiesta la autora para El Nacional.cat.

La industria de la pornografía ha estado, sin embargo, en el punto de mira durante los últimos años por numerosos casos de abusos y explotaciones, sobre todo a mujeres. Así, la definida por muchos criminal multimillonaria industria recoge multitud de denuncias que pasan por la publicación de contenido ilegal a vídeos que muestran abusos reales.

Destaca elcado de MindGeek, una compañía privada que opera para webs de pornografía como PornHub, que se encuentra entre las más visitadas a nivel mundial. En los últimos años, ha sido protagonista de multitud de escándalos fruto de investigaciones llevadas a cabo por medios como el Sunday Times o The New York Times. En ellas se concluía que la web alojaba contenido ilegal, incluyendo vídeos de abuso sexual a menores. Además de grabaciones llevadas a cabo bajo fraude, intimidación y amenazas.