La actriz Fiorella Faltoyano debuta como escritora: Me siento como una intrusa
La malagueña de 72 años presenta su libro El ojo de la cerradura y una serie con Antonio Resines.
Decir que Fiorella Faltoyano es una de las mujeres más distinguidas de nuestro cine que ha sabido elegir sus papeles con sumo cuidado para alejarse del denominado cine de destape, es quedarse corto. La intérprete malagueña tiene una vasta trayectoria desde que a los 17 años dejara su Málaga natal por Madrid. Una ciudad de peligros.
O así pensaba su abuela, que solía esperarla en el balcón cuando su nieta se retrasaba más de quince minutos en su vuelta del Teatro Eslava a casa. Aquel templo de la interpretación reconvertido en discoteca era propiedad de Luis Escobar, VII marqués de las Marismas del Guadalquivir y uno de los de los escritores y actores más genuinos de su época.
Él la descubrió en el Teatro-Escuela ARA cuando fue a estrenar El amor es un potro desbocado (era director y dramaturgo) y le ofreció una oportunidad. Pero la abuela, de misa diaria y crucifijo en mano, se pensaba que aquella profesión escogida por la joven era una de aquellas del viejo mundo donde la ropa escaseaba más que en las películas de Tarzán.
Pero cuando la abuela acudió a verla en La bella de Texas (la versión cinematográfica se tituló La corte de faraón), el prejuicio quedó en un pasado pretérito y pluscuamperfecto. ¡Le había dado su bendición! Ha llovido mucho, pero Fiorella continúa reinventándose porque acaba de publicar su primer libro de ficción, El ojo de la cerradura. Historias inquietantes, en el que a través de dieciséis relatos describe las vidas de personas anónimas envueltas en situaciones de soledad, miedo y amor en las que a veces, no todo es lo que parece.
“Tenía escritos cuatro o cinco relatos y durante la pandemia me propuse escribir más e hilvanar todas las historias sin muchas esperanzas. Al final junté quince relatos. Durante la promoción de La cocinera de Castamar acudí a Pasapalabra y se me ocurrió decir que había escrito un libro de relatos y que necesitaba editor. A la semana me llamaron y así surgió todo”, admite Fiorella a Elcierredigital.com.
En este nuevo reto se siente como “una intrusa”, pero su hábil prosa es lo suficientemente grácil como para que apruebe en septiembre, octubre, noviembre… Su íntimo amigo José Sacristán (84) presentará el libro en la SGAE el próximo 14 de marzo.
Es el momento de hacer algunos flashbacks. Su vida da para ellos. “Cuando echo la mirada atrás estoy muy contenta y agradecida porque he hecho de todo, cine, teatro, televisión… Son más de cincuenta años de trabajo y,salvo algunos parones tremendos que duraron más de lo previsto con cuarenta y pico años y algunos momentos en los que quieres tirarlo todo por la borda, nunca he tenido angustia ni amargura. Siempre me digo qué suerte he tenido. He sido puta, reina, he recogido arroz, he tenido mejores o peores guiones, pero me he divertido muchísimo y ¡vivir de esta profesión es un premio!, asegura Fiorella desde su confortable hogar madrileño que comparte con el director y crítico cinematográfico Fernando Méndez-Leite (77).
"Luis Escobar. ¡Qué genio!"
"Luis Escobar era un intelectual en toda regla, un señor fantástico, culto e inteligente. Me leí sus crónicas sociales que son extraordinarias. Lamentablemente mucha de la gente que le recuerda solo tiene en cuenta su faceta como intérprete, sobre todo, por el marqués de Leguineche -coleccionista de vellos púbicos en la berlanguiana trilogía Nacional-, pero no saben que era un director espectacular, dirigió el teatro Español y fue un escritor formidable".
Y llegaron Paco Rabal, José Bódalo, Sancho Gracia, Rafael Alonso, María Luisa Ponte, Alberto Closas…
"Me siento tremendamente afortunada por haber trabajado con estas personas y personajes que son irrepetibles porque en la actualidad no hay esta categoría. Trabajé prácticamente con todos. Tenían una gran bondad y talento en lo personal y lo profesional. Pocas veces me he llevado un chasco, aunque haberlos, los hubo".
- Su marido, José Luis Tafur, y José María Gónzalez-Sinde fueron los productores de la primera película de un joven llamado José Luis Garci, ¿Lo tenía todo claro para protagonizar 'Asignatura pendiente' (1977)?
- La historia que Garci y Sinde habían escrito era muy buena, lo que más me gustó del proyecto era el guion. No me cuestioné si Garci dirigiría bien o mal porque era el momento ideal para entrar en el cine con mayúsculas ya que venía de hacer mucho teatro en televisión. Hice un acto de fe y…(sonríe).
- Se convirtió en su musa y cinco años después ganó el Óscar por 'Volver a empezar'.
- Al año siguiente rodamos Solos en la madrugada y en 1994, Canción de cuna.
- Suele ir a contracorriente, ¿qué rasgos destacaría de su estilo?
- Siempre ha ido a su bola. Es muy peculiar. Tiene un mundo muy personal. Siempre ha hecho lo que ha querido con más o menos suerte, sin pensar en el público, algo curioso porque es un director popular. Él tiene su mundo muy personal. Un director que en 1976 rueda Asignatura pendiente, que es la crónica sentimental de un momento concreto de la vida española, fue arriesgado. ¿Y qué me dices de Canción de cuna? ¿Cómo narices se atreve a hacer algo así en los noventa?. Ya te dije, ha ido a su bola.
- ¿Cuál diría que fue el peor momento de su carrera?
- Cuando a los cuarenta y tantos años dejó de sonar el teléfono y decidí montar una tienda con una socia. Me lo pasé bien.
- ¿Cómo ve la fama hoy en día?
- Es efímera, rápida, quebradiza y endeble. No le doy mucho valor porque no está basada en una trayectoria mejor o peor, larga o corta, sino en los flashes y los me gusta. Cuando empecé, lo que te permitía llegar a la gente era la televisión, que te hacía realmente muy popular. También había lo que la gente entendía como grandes actores, con una carrera importante que se ganaban el respeto del público en los teatros.
- ¿Qué es lo más surrealista que ha vivido en lo profesional?
- Hice una campaña de publicidad para Ariel durante ocho años. Tras dos o tres años me picó la curiosidad y le pregunté al cliente porqué pensaron en mí para ser la imagen. Y me dijeron que habían pedido a la agencia un perfil de alguien que fuera joven pero no muy joven; moderna pero no muy moderna; guapa pero no muy guapa; conocida pero no extremadamente popular; que cayera bien a hombres y mujeres... Y les contesté: “Vamos, una medianía” (carcajadas). Las agencias de publicidad buscaban con unos baremos. Pensaban que con esa personalidad venderían. Ahora es todo tan absurdo, no es cuestión de ser buen o mal actor, depende de los ‘me gusta’, de enseñar en Instagram…
- Suran Sarandon me comentó hace varios años que los productores hacen castings en función de los seguidores que tienen los intérpretes. No me imagino yo a la Sarandon…
- Nunca des nada por sentado. Hace un par de meses me llamó mi representante porque un director bastante conocido quería verme. Mi representante, Elvira, les dijo que me enviaran el guion y se quedaron un poco de aquella manera porque les parecía raro. Lo leí, la película ni me gustaba ni me dejaba de gustar, el personaje podía ser gracioso, el director y le dije a Elvira que sí. Le contestaron que fuera dos días después a hacer una prueba y Elvira, que me conoce muy bien, les dijo: “Fiorella no hace pruebas. Si queréis verla como actriz tenéis todo el material con solo darle un clic al ordenador”.
- ¿Y qué pasó?
- La chica del casting le comentó a Elvira que le perdonara, pero que no sabía mucho de actores mayores de cuarenta. Me cogí un rebote… La llamé por teléfono y le dije: “Mira, comprendo que tú no sepas de ningún actor de más cuarenta, pero entonces no te puedes dedicar al casting más que para Al salir de clase”.
- Las nuevas tecnologías potencian el olvido.
- ¡Pero si hay gente que no sabe ni quién es Julia Gutiérrez Caba!. Es brutal. Pero lo más grave de esto es hay actores de cuarenta años, a la par que directores y guionistas, que no saben quién es. Es tremendo. Has de tener un poco de cultura. Yo sabía quién era Rafael Durán y no estaba en mi mundo ni trabajé con él.
- En breve te veremos en…
- En abril se estrenará en Movistar+ la serie Sentimos las molestias, que también está protagonizada por Antonio Resines y Miguel Rellán, y a ver si hacemos la segunda parte de La cocinera de Castamar porque me preguntaron si estaba disponible para hacerla.
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