El Cierre Digital 52 años sin Coco Chanel, la mujer que revolucionó la moda
La creadora falleció el 10 de enero de 1971 a los 87 años en una de las suites del Hotel Ritz de Paris.
La historia de la moda no se puede concebir sin algunas personalidades que marcaron la industria de la alta costura. Una de ellas es la diseñadora francesa Gabrielle Chanel o más conocida como Coco Chanel. La creadora ha pasado a la posteridad como uno de los rostros más influyentes del siglo XX. En completa soledad, la creadora del little black dress falleció a los 87 años el 10 de enero de 1971, en una de las suites del exclusivo Hotel Ritz de París.
Su persona ha inspirado series, películas, documentales, exposiciones e incluso literatura y su legado ha cambiado el mundo de la moda. La firma a la que dio forma es sinónimo de lujo y su leyenda se forjó en un mundo bajo el dominio masculino. Aunque su figura ha sido estudiada al detalle por diversos historiadores, son muchos los aspectos de su vida que a día de hoy continúan siendo desconocidos
Dura infancia
Si bien los últimos años de la diseñadora francesa estuvieron marcados por un imperio en el que el lujo era el máximo exponente, su origen distaba mucho de los ambientes exclusivos en los que se desenvolvía. La creadora nació en el seno de una familia humilde y de hecho, llegaron a pasar penurias. A la edad de dos años su madre falleció víctima de la miseria y de los diversos embarazos que mermaron su salud.
El posterior abandono de su padre y el ingreso en un internado religioso marcaron la personalidad de Chanel: Fría, solitaria y desconfiada. Su interés por el mundo de la moda comenzó durante su estancia en la institución educativa ya que allí desempeñaba tareas como costura, bordado y planchado.
Los amores de su vida
Tras pasar varios años en el internado Chanel obtuvo trabajo junto a una costurera donde comenzó a relacionarse en mayor profundidad con la moda. Además, compaginaba las labores de costura con su trabajo como cantante en un cabaret y fue allí donde conoció al primer amor de su vida: el millonario Etienne Balsan. El magnate fue el artífice del apelativo con el que entre el mundillo conocerían a la diseñadora.
Balsan logró sacar a Chanel de la vida nocturna y la llevó a vivir a su residencia, el castillo de Royallieu, donde recibió clases de protocolo y estilo. Aquella joven que trabajaba como campesina empezaba a ser conocida entre los selectos círculos de la alta sociedad parisina como una de las mujeres más elegantes de la capital francesa. Su personalidad cautivaba a los caballeros aunque, como ella sostenía, "no necesitaba a los hombres" aunque tuvo varios amantes. Eso sí, siempre de alta alcurnia.
De la realeza, el duque de Westminster y el Príncipe de Gales, Eduardo VIII. Aunque quizás su relación más polémica fue con el barón Hans Gunther von Dincklage, un oficial y hombre de propaganda del Tercer Reich en París. Aquel romance dañó su reputación como diseñadora por su ideología antisemita. De entre todos los affaires amorosos solo uno logró conquistar a Coco. El inglés Arthur Capel o, como ella lo llamaba, “Boy Capel”, quien se convirtió en el amor de su vida y quien le animó a que abriera su primera tienda en París.
El imperio de Coco
En 1918 la ciudad de la luz acogió la apertura de la primera tienda de Chanel en el número 21 de la parisina Rue Cambon. Las calles de Paris se llenaron de señoritas con sombreros y pantalones. De hecho, fue una de las primeras mujeres que hizo frente al “machismo en la moda” y se atrevió a lucir pantalones de lino.
Actualmente la firma es una de las más prestigiosas y exclusivas a nivel mundial. El legado de Chanel se compone de diversas distintivas que instauró la joven diseñadora quien dejó claro que ella tenía un estilo propio, rebelde y provocador. Las perlas, el mítico vestido negro, el zapato bicolor, el bolso 2.55 o LBD, los trajes tweed, la camelia o el perfume Chanel nº5. Sus creaciones han conquistado a rostros como Marilyn Monroe, Grace Kelly, Penélope Cruz, Carlota Casiraghi, Nicole Kidman o Jackie Kennedy.
Tras su fallecimiento en 1971, la firma debía de mantenerse a flote y desde la cúpula contrataron al joven diseñador Karl Lagerfeld, quien continuó con su legado al frente de la maison. Ahora, la que fuera la mano derecha del alemán, Virginie Viard, dirige el imperio que inició la diseñadora francesa quien afirmaba que "no hago la moda, yo soy la moda".
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