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Un torero vestido de traje tradicional rosa y dorado sostiene una capa roja mientras esquiva a un toro en una plaza de toros.
CULTURA

23ª Feria de San Isidro: Defraudó por toros y toreros la corrida de Victorino Martín

Paco Ureña y Borja Jiménez no se sobrepusieron ante unos mansos y desclasados toros.

La corrida de Victorino Martín es la más esperada de todos los seriales isidriles. El “paleto” de Galapagar construyó su leyenda en perfecta comunión con un público que sentía devoción por un ganadero al que se le entendía todo: lo que decía y lo que hacía. Él explicaba que gustaba del toro, sobre todo encastado, de “los toros que pedían el DNI a los toreros”, lo que nos gratificaba, pues acudíamos gustosos a sus corridas debido a la gran personalidad de los cardenos, y a las particularidades que ofrecían, las cuales hacían posible que se les recordara uno a uno a medida que pasaban los días.

En la corrida de esta feria, tan distinguida por las grandes entradas pero ayuna de grandes triunfos, no ha sido así porque ha sido deslucida. No del todo, porque estos toros siempre ofrecen matices, pero, en realidad, digamos que han sido muy pobres esos matices. No ha sido una corrida brava en general, salvo alguna honrosa excepción, y tampoco ha sido una corrida que destacara por su entrega, también con alguna excepción.

Corrida sin entrega de toreros ni toros

Abrió la tarde un animal imponente por delante, veleto, rematado, largo de cuello. No humilló en el capote de Paco Ureña y echaba las manos por delante. Se dejó en el caballo y corneó al final el peto con genio. Ya apuntaba lo que después vendría desde el principio. Cortó en banderillas. 

El burel mostraba mal estilo en la muleta, sacaba la cara por arriba. Toques fuertes de Ureña, lo que descompone más a estos toros, que los exigen muy suaves. Cada vez más orientado el victorino, sabía lo que se dejaba atrás y reponía hacia el torero. Por poco no le echó mano. Ese querer cogerle se lo hizo dos veces, y amagó más. Imposible por el pitón izquierdo. Valiente Ureña, un toro listo y áspero, con sentido y poder. Un regalito.

Un galán el segundo, 590 kilos de toro, con pitones, veleto y con cuajo y remate. Bueno en el capote, metía bien la cara y con gusto lo toreó a la verónica Borja Jiménez. Buena pelea en el caballo, apretó en el peto humillado.

Un torero vestido con un traje de luces verde y dorado realiza una faena con un capote rojo frente a un toro en una plaza de toros, mientras el público observa desde las gradas.
Borja Jiménez en Las Ventas. | El Cierre Digital

Comenzó el sevillano la faena por abajo y lo llevaba hacia delante, el toro era un torrente embistiendo. Con la diestra, tremendo el toro por su codicia, quería morder la muleta, valiente y decidido el torero y muy bravo y encastado el astado. Mucha emoción, nada fácil el victorino, muy exigente. Al natural, se quedaba corto. Serie final con la diestra. Faena a menos.

Veleto casi cornipaso el tercero, con cuajo y remate, largo de cuello y muy bello y aplaudido de salida. Era el segundo de Ureña. Humilló pero se quedaba corto en el capote. Se dejó en el caballo y esperaba en banderillas. 

Comenzó con la muleta por abajo, le tocó varías veces la tela y se descompuso. Al natural, iba pero daba la impresión de que no le llevaba metido en el engaño. Costaba estar y se le quedó corto, momento de apuro. Serie con la derecha, tres y el de pecho, mejor. Otra igual, corta pero en función del toro. Reponía. Con entrega Paco Ureña, muy exigente el animal, nada fácil estar ante él.

Amplio de sienes, serio y muy rematado el cuarto. Desigual en el capote de Borja Jiménez, en algunas verónicas tomaba el capote por abajo y en otras echó las manos por delante. Se dejó en el caballo y fue complicado en banderillas, esperaba.

Inició la faena por abajo y el animal perdía las manos. Le costaba desplazarse humillado, muletazos con la derecha de poco remate. Pases sin ligar, estaba pero no se sentía a gusto Borja Jiménez. Un toro que iba y venía sin entrega y sin clase, salía del muletazo con la cara alta.

Reunido y con menos cara que sus hermanos el quinto. Paco Ureña lo toreó a la verónica y del encierro fue el que mejor tomó el capote. Mal picado, una puyazo caído, la carioca en una segunda vara y entró al caballo por tercera vez.

Un torero vestido de traje de luces rosa y dorado enfrenta a un toro en una plaza de toros con espectadores al fondo.
Paco Ureña en Las Ventas. | El Cierre Digital

Pases en redondo sin más de Ureña, tendencia del animal a derrotar. Se lo sacó a los medios y el astado la tomó bien por abajo, iba largo. Un espejismo porque el toro volvió a las suyas, a salir con la cara por arriba desentendido. El torero estaba haciendo el esfuerzo sin respuesta del victorino. Faena larga de poco lucimiento, muy mal rematada con la espada.

Bonito el sexto, que hizo la salida más corriente de los toros de esta ganadería, humillaba pero se quedaba corto y Borja Jiménez se lo sacó hasta el tercio lanceando por la cara por uno y otro pitón. Bravo en el caballo y muy castigado en varas. 

Muy vivo en banderillas. Humillaba en la muleta pero había que llevarle hasta el final. Faena muy desordenada, no era fácil el astado pero Borja Jiménez se vio superado.

FICHA DEL FESTEJO.- 6 toros de Victorino Martín, cinqueños todos. Desiguales de cuajo y hechuras pero serios y con pitones. Con genio e imposible el 1°; bravo y encastado el 2°; exigente el 3°; sin entrega y desclasado el 4°; desrazado y deslucido el 5°; pedía más mando el 6°. Pesos: 547, 590, 539, 580, 583 y 526 kilos.

Paco Ureña, de rosa y oro. Dos pinchazos, estocada y ocho descabellos (Silencio tras dos avisos); estocada (Vuelta tras petición minoritaria tras aviso); media atravesada, casi entera atravesada, muy caída atravesa y descabello (Silencio).

Borja Jiménez, de verde hoja y oro. Pinchazo hondo, media desprendida y seis descabellos (Silencio tras aviso); estocada caída y descabello (Silencio); pinchazo y media estocada (Silencio).

Sobresaliente: Álvaro de la Calle, gris perla y oro.

Plaza de Toros de Las Ventas. Corrida de la Prensa. Casi lleno. Presidió la corrida desde el Palco Real Su Majestad Felipe VI.

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