19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Durante 28 años, hasta la apertura definitiva el 9 de noviembre de 1989, no se sintió libre ya que la Unión Soviética le espiaba

Treinta aniversario de la caída del Muro de Berlín: Conrad Schumann, el primer soldado que huyó de Alemania Oriental

Conrad Schumann en 1961 saltando la alambrada que dividía Berlín durante la construcción del Muro
Conrad Schumann en 1961 saltando la alambrada que dividía Berlín durante la construcción del Muro
La imagen de este soldado de la Alemania Oriental, de 19 años, dio la vuelta al mundo y se convirtió en un ídolo de la revolución y libertad durante la posguerra, incluso se hizo una estatua en su honor donde se le ve saltando unas trincheras, ya que el Muro de Berlín todavía no estaba terminado. En 1998, cuando tenía 56 años, se suicidó debido a una depresión muy fuerte que sufría desde que cayeron las alambradas que él había saltado.

Año 1961. Comienza la construcción del Muro. Alemania se había dividido en dos, tras la Segunda Guerra Mundial, la RFA (República Federal Alemana), en Occidente, y la RDA (República Democrática Alemana), bajo la órbita soviética. Las dos Alemanias se recuperaban todavía de los estragos sufridos durante la II Guerra Mundial. Ante las fuertes tensiones entre Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña y la URSS, los rusos decidieron levantar un muro para separar Berlín en dos con la construcción de una pared que envolvía la zona soviética y la separaba de la británica, francesa y estadounidense.

Durante las obras, un soldado de 19 años, perteneciente a la RDA, decidió saltar la alambrada existente y huyó hacia la parte occidental. No fue el único. Siguieron sus pasos muchos ciudadanos que cruzaron la frontera antes del que se levantara el para muchos pasó a ser conocido como 'El muro de la verguenza', y que se construyó lo más rápido posible.

Aquel militar se llamaba Conrad Schumann, cuyo salto, de no más de un metro de altura le dio la fama todo un símbolo de la opresión de los regímenes prosoviéticos y de la lucha por huir de ellos hacía lo, en teoría, más esperanzadores países occidentales.

Schumann nació el 28 de marzo de 1942, en Luetewitzh, un pueblo del Estado de Sajonia, en plena II Guerra Mundial. Vivió su infancia en los años inmediatamente posteriores al fin del nazismo y en plena posguerra cuando su país de origen atravesaba un período de incertidumbre económica, política y social. 

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Conrad Schumann con la fotografía de él saltando la alambrada del muro

Alemania era un país controlado de facto pro el bando vencedor de la contienda. Los Aliados vigilaban de ceca la marcha de Alemania post-Hitler. La Unión Soviética tomó la zona oriental, mientras que Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos se quedaron con la parte occidental. 

Mandado a custodiar el muro

Durante los años que siguieron a la intervención Aliada, la política internacional mutó hacia un mundo dividido en dos potencias hegemónicas: la Unión Soviética que había iniciado un tendencia imperialista y los bloque occidentales representados por los Estados Unidos, aunque este 'bando' era mucho más heterogéneo en la forma de sus regímenes políticos. 

La tensión llegó a tal punto durante los años cincuenta que las diferencias entre sectores se dirimían en la llamada Guerra Fría marcada por el espionaje, la carrera espacial, la carrera armamentística y, en ocasiones, en conflictos de caracter nacional que se internacionalizaban cuando las potencias soviéticas y estadounidense toman partido por distintos bandos como ocurrió en la Guerra de Corea. En 1961, los enfrentamientos entre las dos alemanias se hacían cada vez más virulentos. La Alemania Federal vivía un 'milagro económico' mientras que su 'hermana' comunista atravesaba una crisis y, cada vez más, crecían los disidentes hartos de la falta de libertades individuales en el país prosoviético. 

Durante las primeras semanas de agosto, mientras se construía el muro, el joven Conrad Schumann fue enviado a hacer guardia. Solo llevaban pocos días de obra, por lo que apenas había unas vallas de alambre y unas barricadas de madera.

El 15 de agosto, mientras pasaba por la plaza de Bernauer Strasse, Schumann se acercó a la valla y sin dudarlo, tiró al suelo su fusil, corrió para tomar el impulso necesario y saltó la cerca política que dividía el país. Cayó en Occidente, se repuso y se subió rápido en un vehículo de la policía de la República Federal de Alemania. “En tres o cuatro segundos todo terminó”, decía en una entrevista.

Vídeo donde salta Conrad Schumann

Bien es cierto que no fue el primero que salía “corriendo” de la RDA con dirección a la RFA y, por ello, en el lugar estaba el fotógrafo Peter Leibing, que trabajaba para la agencia de noticias “Conty Press” de Hamburgo. Circulaba el rumor de que a veces saltaban soldados y allí se plantó con su cámara esperando a que eso sucediera. El momento del salto lo registró Leibing y pronto se difundió como un símbolo de la libertad y un espaldarazo para la parte occidental.

Vida después del salto

Después del salto hacia Alemania Occidental, Schumann se mudó a Munich, donde trabajó durante 27 años en una fábrica de coches marca Audi. Allí conoció a su mujer Kunigunde con la que tuvo un hijo. Durante años se comunicó de forma precaria por correspondencia con su familia, ya que el aparato soviético intervenía sus comunicaciones. De hecho, intentaron engañarlo para volver al Este.

Hasta que no cayó el Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989, Conrad no se sintió libre y, al fin, pudo volver a abrazar a los suyos. Sin embargo, algunos de sus camaradas en Sajonia todavía le guardaban rencor y le reprocharon su abandono hacia la causa comunista con su salto.

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Estatua en memoria de Conrad Schumann, símbolo de la libertad

Tras la caída del Muro cayó en una espiral de depresión. El 20 de junio de 1998 Conrad se adentró en un bosque de Bavaria y se suicidó ahorcándose. No dejó ninguna nota ni mensaje. Pasadas unas horas y al ver que no volvía a casa, su esposa salió en su búsqueda y se lo encontró colgado de un árbol. Así acababa la vida del alemán que pasó a la historia de su país saltando hacia la libertad. Alemania le rindió un homenaje con una estatua en la que se le ve saltando sobre un alambre de espinas.

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