29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Helena Roseblantt realiza una revisión crítica del concepto de “liberal”, el de la propia ideología desde el siglo XIX y sus tendencias actuales

La historia olvidada del liberalismo: Crítica y evolución de la doctrina política más relevante de la historia

El siglo XX sin duda estuvo marcado por la lucha entre diferentes ideologías antagónicas. El liberalismo parecía haberse impuesto en el siglo XIX en buena parte de occidente, pero su crisis llevó al surgimiento enfrentamiento con el fascismo y comunismo, a los que también se impuso, pero con un coste, la apropiación del concepto como una ideología estadounidense centrada en la libertad del individuo que ha polarizado este ideario rico y diverso

Esta “apropiación” de la riqueza del liberalismo por parte de movimientos neoconservadores es un motor muy importante para hacernos comprender que significa, que hay detrás de esta doctrina. Helena Rosenblatt, profesora de la Universidad de Nueva York, lo hace con una obra muy rica en su planteamiento y arriesgada en su objetivo de mostrar el continuo debate político y la pluralidad alrededor del concepto “liberal” hoy muy canibalizado por la revolución conservadora iniciada en los años ochenta que en la actualidad sigue en auge especialmente en Estados Unidos.

En sus poco más de 300 páginas, Helena Rosenblatt hace un repaso crítico del liberlaismo

El planteamiento de La historia olvidada del liberalismo editado por Cátedra parte de un análisis crítico del origen del liberalismo para mostrar precisamente la enorme riqueza y valores que emanan de él. En este análisis, y es la primera gran originalidad de la autora, no parte de las revoluciones que finiquitaron el Antiguo Régimen en diferentes países y escenarios desde finales del siglo XVIII y el XIX sino en el mundo romano.

Desde luego que la oligárquica República Romana o el posterior Imperio está muy lejos de los principios del liberalismo, pero ya en algunos discursos de Cicerón está el concepto de liberal, asociado a ser libre y generoso. Desde allí esta noción evolucionó como lo fueron las doctrinas éticas, políticas y religiosas de los siglos venideros, desde cristianismo en la edad media, la llegada del renacimiento o los cambios que trajo el protestantismo en los albores de la Edad Moderna. Todo ello desembocó en las ideas revolucionarias de tantos pensadores de la época ilustrada que a su vez sirvieron de base para el nacimiento del liberalismo como doctrina de pensamiento político.

La génesis del liberalismo

En este aspecto, y a pesar de sus orígenes, Rosenblatt centra en sus orígenes en la Revolución Francesa y no en la tradición política anglosajona. Es cierto que la guerra civil y Revolución Inglesa del siglo XVII creó un antecedente claro de lo que consideramos ahora un régimen político libre, pero es en el continente donde se dieron los pasos fundamentales en la construcción del liberalismo.

La Revolución Francesa fue el génesis, pero la construcción fue paulatina, en la que, por ejemplo, en España se dieron pasos fundamentales en el largo y difícil siglo XIX como señala la autora.

Las aportaciones de Benjamin Constant son fundamentales para entender el pensamiento liberal

Pero en este análisis se habla fundamentalmente de ideas y aportaciones de figuras claves como Alexis de Tocqueville o Benjamin Constant entre muchos otros, que nos remiten a como su concepción liberal es muy diferente a lo que defienden muchos actualmente. No solo se trata de anteponer la libertad del individuo ante todo, sino que además de estos derechos sobre la libertad individual, política y económica hay obligaciones con la sociedad de la que formamos parte. Volver a esta “historia olvidada del liberalismo” es fundamental para no perder su esencia. En definitiva, un repaso completo y muy enriquecedor, rico en documentación y fuentes que además es de lectura amena a pesar de la profundidad de sus planteamientos.

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