La intrahistoria de la actriz Audrey Hepburn: La elegancia belga que 'alborotó' Hollywood

La actriz Audrey Hepburn dejó un gran legado en Hollywood. No solo por su amplía filmografía, sino por ser una de las figuras femeninas más elegantes de la 'fábrica de sueños'. Fue musa del diseñador francés Givenchy, con quien además mantuvo una gran amistad hasta su fallecimiento el 24 de enero de 1993, víctima de un cáncer de colón. El pasado 4 de mayo habría cumplido 94 años. 

Nacida a finales de la década de los 'felices años veinte' en la ciudad belga de Ixelles, la actriz logró forjar un mito como una de las figuras más emblemáticas de la gran pantalla. Además, vivió la época dorada de la industria del cine y destacó por ser un personaje cautivador. Hepburn fue, según el American Film Institute, la tercera leyenda del cine. 

Audrey Hepburn era descendiente de una familia aristócrata holandesa, los Van Heemstra. La cercanía de su abuelo a la corona provocó  que Hepburn se comportara como una dama de la aristocracia. Su padre fue un banquero llamado Joseph Víctor Henry Ruston y su madre una aristócrata de origen holandés. Su nombre, con el que fue bautizada fue Edda Kathleen Van Heemstra Hepburn-Ruston.

Audrey Hepburn

Nacida en la ciudad Belga de Bruselas, Hepburn vivió en Holanda hasta los diez años. En 1939, cuando sus padres se separaron, se fue a vivir a Londres. En este momento, Hepburn iniciaría sus estudios en danza y arte dramático en la Marie Rambert School.

Audrey Hepburn en una de sus películas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Audrey viajó primero a  Holanda y posteriormente a Inglaterra, donde empezó a trabajar como modelo. La infancia de Audrey Hepburn no fue nada fácil puesto que la guerra provocó un compendio de terribles circunstancias que asolaron a su familia. Uno de sus hermanos fue llevado a un campo de concentración y otro de ellos, desapareció en campo de batalla. Además, su tío y su primo fueron fusilados. A pesar de ello, Hepburn comenzó a interpretar pequeños papeles en diferentes películas y trabajar como corista en diversos teatros. 

Sus primeros trabajos como actriz

Durante las décadas de los cincuenta y sesenta, Hepburn cautivaba a los cineastas y por ello era una de las artistas más demandada. Llegó a protagonizar algunos de los clásicos de la 'fábrica de sueños'. En 1952, el director William Wyler le ofreció protagonizar  la comedia ‘Vacaciones en Roma’, donde compartiría  cartel con el actor Gregory Peck.  Con esta película -en Hispanoamérica ‘La princesa que quería vivir’- , Audrey Hepburn obtuvo  el Oscar a la Mejor Actriz. A partir de ahí, su vida cambió y comenzó la de una verdadera historia del cine.

Audrey Hepburn en la película 'Desayuno con diamantes' (1961)

En este momento de su carrera, la actriz no paraba de rodar y de sumar grande películas a su filmografía, como Desayuno con diamantes en 1961, una de sus cintas más recordadas donde coincidió con el apuesto George Peppard,  Sola en la oscuridad en 1967,  su papel más dramático en Historia de una monja en 1959  y volviendo a la comedia en Sabrina (1954). Su gran trabajo en estas icónicas películas, llevaron a la actriz de nuevo a la nominación al Oscar por Mejor Actriz.

En el año 1958, Audrey Hepburn obtuvo el premio a  Mejor Actriz en el Festival de San Sebastián y el Bafta Británico en la misma categoría por 'Historia de una monja'. Años más tarde, la actriz recibiría por segunda vez este mismo galardón gracias a su papel en la película ‘Charada’ (1963). 

Dos matrimonios,  dos hijos y su último fiel amor

En 1954 Audrey Hepburn conoció en Hollywood al actor Mel Ferrer.  En este mismo año, el 25 de septiembre contraería matrimonio junto a él.  Seis años más tarde, nació su hijo Sean. Aunque el matrimonio duro más de una década, la pérdida de sus cinco embarazos acabaron con la relación en 1968, cuando se divorciaron.

Como anécdota, la actriz malagueña Marisol quien rodó la película 'Cabriola' con Ferrer recordó que fue Audrey quien le enseñó a maquillarse e incluso le concertó una cita con su peluquero personal. Pepa Flores la definió como una "tía cercana y sensible".

Audrey Hepburn junto a Mel Ferrer. 

Al año siguiente, en enero de 1969, Hepburn volvía a contraer matrimonio. Esta vez junto al psiquiatra italiano, Andrea Dotti, con el que tuvo otro hijo llamado Luca Andrea el 8 de febrero de 1970. Un matrimonio que no duró mucho tiempo, debido a las infidelidades en la vida conyugal, lo que terminaría en divorcio en 1976. 

Audrey Hepburn junto a  Andrea Dotti.

Durante estos años la actriz permaneció alejada del cine para poder ocuparse de sus hijos. Finalmente, Audrey regresó al cine para protagonizar la historia final de Robin Hood en ‘Robin y Marian’ de 1976, una película dirigida por Richard Lester.

A pesar de haber dedicado gran parte de su vida a la gran pantalla, la actriz sentía que necesitaba encontrar su lugar en el mundo, por lo que decidió refugiarse en una casa de campo, apartada del ruido de la ciudad. En Tolochenaz, una comuna suiza de medio millar de habitantes, compró una propiedad de treinta años de antigüedad, donde residiría hasta su fallecimiento.

Audrey Hepburn junto a Bob Wolders. 

A pesar de haber decidido apartarse del cine, Hepburn visitaba los sets de grabación, donde conoció a su último gran amor: el actor Bob Wolders. Para Audrey, el holandés fue su “único fiel amor”. Según declaró en varias ocasiones a la prensa, Wolders le hizo “vivir de nuevo”, “no todo había terminado para mí”. Además, la actriz continuó participando en nuevas películas como ‘Lazos de Sangre’ rodada en Nueva York en 1979,  junto a Omar Sharif y Ben Gazzara.

Embajadora de UNICEF

Además de actriz, Audrey estuvo muy comprometida con las causas sociales hacia las personas sin hogar o los niños más necesitados. En 1988 fue nombrada Embajadora de  UNICEF, donde pasaría sus últimos años de vida.

Audrey Hepburn. UNICEF.

Entre otras cosas, la actriz viajó a países como Sudán, El Salvador, Guatemala, Honduras y Vietnam donde trabajó por mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Durante su último viaje a Sudán, la intérprete belga tuvo que regresar debido a las complicaciones de salud derivadas del cáncer de colón que padecía. 

El 24 de enero de 1993, acompañada por los que habían sido los cinco hombres de su vida: sus dos hijos Sean y Luca, sus ex maridos y su última pareja, Bob Wolders, asistieron a su funeral, el cual se celebró en el pequeño pueblo de Suiza donde había decidido vivir.

Icono de la elegancia

La actriz siempre destacó por su gran estilo, llegando a cambiar el gusto dentro del mundo del cine.  A pesar de competir con estrellas como Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor, la sencillez de Audrey, a la vez que su fuerte personalidad a la hora de vestir, hizo que la actriz nunca pasara desapercibida.

Entre otras cosas, la actriz rompió con las reglas de ese momento: se negaba a usas hombreras, no quería rellenar su busto con ningún tipo de relleno y para asombro de muchos, siempre llevaba calzado plano, un hecho muy innovador para aquella época.

Fue musa del diseñador francés Hubert de Givenchy, con quien desarrolló una estrecha amistad. Para ella, el modisto firmó algunas de sus grandes creaciones como el 'Little black dress' que la actriz belga luce mientras se come un croissant frente a la tienda de joyas Tiffany´s de Nueva York. 

Audrey Hepburn en portada en Vogue.

Fotógrafos de renombre en el mundo de la moda como Richard Avedon y Cecil Beaton no perdieron la oportunidad de poder convertirla en su misa. Por otro lado, las icónicas revistas  Vogue y de Harper’s Bazaar luchaban por sacar en sus portadas la imagen de Audrey.