Monasterio de El Escorial: Quejas por cobrarles en su tarjeta varias veces la misma entrada

El Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, uno de los monumentos más simbólicos de nuestro país, ha reabierto sus puertas tras el parón por el Covid-19, eso sí, con férreas medidas de seguridad. Entre ellas, destaca sobremanera la forma de pago. En este sentido, según la web oficial de Patrimonio Nacional, “tendrá la consideración de preferente la venta por Internet de las entradas”. Además, en la taquilla “solamente se venderá el excedente no vendido hasta completar el aforo máximo por hora”. Si los visitantes eligen comprar su entrada al complejo a través de las taquillas, deben pagar obligatoriamente con tarjeta de crédito, una forma de pago que en los últimos tiempos habría generado no pocos problemas a quienes pretendían entrar en el complejo.

Según la información a la que ha tenido acceso elcierredigital.com, el pasado lunes, varios visitantes que querían acceder al monumento tuvieron problemas con la lectura de sus tarjetas de crédito. Estas personas, con las que ha podido contactar este medio, estarían completamente “indignadas” puesto que el problema no sería de sus tarjetas de crédito, como presuntamente habrían defendido los trabajadores de Patrimonio Nacional, sino de los aparatos habilitados para su lectura.

En consecuencia, los trabajadores de las taquillas del monumento, para solucionar la problemática, habrían vuelto a pasar en varias ocasiones las tarjetas por los lectores, hasta que, finalmente, estos las reconocerían. Sin embargo, en el proceso, se habría cargado presuntamente a los visitantes, de forma errónea, varias veces el precio de la entrada a la visita: “Me pasaron la tarjeta dos veces, pero vi como había gente a la que se la pasaron hasta en cinco ocasiones”, lamenta uno de los visitantes con los que ha hablado elcierredigital.com.

El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial es uno de los monumentos más grandiosos erigidos por la Monarquía Hispánica.

Del mismo modo, la misma fuente apunta que todavía no le han devuelto el dinero: “hasta la fecha, no he recibido ni un céntimo. La entrada costaba 12 euros y yo pagué 24. Además, me pusieron pegas para entrar, pero finalmente pude hacerlo porque, después de pagar el doble de lo que costaba a la entrada, no pensaba quedarme fuera”.

Cuando los visitantes fueron conscientes del error, se dirigieron indignados a las taquillas donde mostraron su enfado ante los trabajadores de Patrimonio Nacional, la Institución que gestiona la taquilla del monasterio: “Unas 50 personas fuimos a protestar, a solicitar la anulación de la venta, puesto que, si el sistema falla, lo lógico es que se anule la venta”, afirma otro turista que visitó el Monasterio de El Escorial aquel día. Allí, según nos dicen, presenciaron la “inoperancia” del personal del complejo, que habría mostrado un “comportamiento completamente grosero, de mal gusto” con los visitantes, de acuerdo con el testimonio de algunos de ellos. “Nadie nos pudo solucionar nada, es vergonzoso”, lamentan.

Elcierredigital.com ha tratado de ponerse en contacto con Patrimonio Nacional para conocer su versión de los hechos acaecidos en este Real Sitio. Aunque esta institución no facilitó información en un principio, finalmente lo hizo. En este sentido, la entidad alega que "la incidencia ocurrida en el cobro a los visitantes se debió a problemas que tuvo la empresa autorizada en España para validar y realizar los pagos con tarjeta, que fueron solucionados durante las horas siguientes". Asimismo, añaden que "Patrimonio Nacional, al detectar la incidencia, se puso en contacto con la citada empresa y todos los cargos cobrados de más ya han sido devueltos". 

Estas incidencias muestran los problemas que existen en las instituciones encargadas de la administración del patrimonio cultural a la hora de adaptar los monumentos a la “nueva normalidad” que exige una amenaza de la entidad del COVID-19, especialmente en el ámbito tecnológico. En cualquier caso, cabe redundar en el hecho de que este complejo monumental ha implementado férreas medidas de seguridad en su interior, como demuestra el hecho de que hace apenas unas semanas la basílica del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial fuera el escenario elegido para acoger un concierto homenaje a las víctimas de la pandemia realizado por la Fundación Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM).

La nueva normalidad de El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

El complejo de El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial es uno de los conjuntos patrimoniales más reconocibles del panorama nacional. Se encuentra ubicado en la localidad homónima, San Lorenzo de El Escorial, en la Comunidad de Madrid. Este enclave, que fue residencia de la familia real española y cuya construcción data del siglo XVI, concretamente en tiempos de Felipe II, fue declarado en 1984 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y recibe al año más de medio millón de visitantes. En su construcción, que duró 23 años, participaron arquitectos de la talla de Juan de Herrera, Juan Bautista de Toledo o Juan de Mijares. La gestión de este espectacular monumento corresponde a Patrimonio Nacional.

A mediados de marzo, el Monasterio cerraba sus puertas como consecuencia de los efectos de la pandemia de coronavirus. No sería hasta el 10 de junio cuando la Oficina de Turismo de San Lorenzo de El Escorial y el Real Monasterio informarían de la reapertura del monumento. Patrimonio Nacional ha establecido un protocolo exhaustivo de prevención contra el Covid-19 en los monumentos que administra. En lo concerniente a esta política, este monasterio no es una excepción.

Entre las disposiciones más destacadas, sobresalen el establecimiento de aforos máximos o la imposibilidad de realizar visitas guiadas. Del mismo modo, el uso de mascarillas es obligatorio durante el recorrido de todas las visitas para los mayores de seis años y tanto la entrada de comida como el uso de audioguías, folletos y dispositivos electrónicos de guiado están prohibidas. Evidentemente, la distancia de seguridad ha de respetarse y se han dispuesto geles hidroalcohólicos en numerosos puntos del monumento.