29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

La decoración a cargo de Luis Galliussi no tendrá nada que ver con el lugar donde políticos, como Suárez y Fraga, se reunían en secreto a negociar

Vuelve el histórico Commodore pero sin 'Mayte' ni sus premios: El restaurante donde se escribió parte de la Transición

Espacio Commodore.
Espacio Commodore.
Mayte Commodore fue uno de los los restaurantes fundamentales de la sociedad madrileña durante décadas. Ahora bajo el nombre de Espacio Commodore, sin referencias a su fundadora y que dio nombre a los populares premios de tauromaquia y teatro, reabre sus puertas en el número cinco de la madrileña plaza de la República Argentina.

Si ha habido un local mítico en la noche madrileña durante décadas ése ha sido Mayte Commodore. Este restaurante se convirtió en el favorito del who is who? madrileño. A él acudían toda la canallesca periodística, desde Jesús María Amilibia hasta Tico Medina o Carlos Ferrando, porque sabían que allí era fácil encontrar una noticia. Lo mismo podía ser Charlton Heston intentando meter mano a Carmen Sevilla que la Duquesa de Alba dejándose galantear por un importante actor o un reportero heredero de Umbral

Ahora sus puertas reabrirán bajo el nombre Espacio Commodore, en el número cinco de la madrileña plaza de la República Argentina. El decorador argentino Luis Galliussi se ha encargado de poner la puesta a punto de este histórico local en un proyecto que supone su vuelta a España seis años después de su polémica con el dueño de las bodegas Marqués de Zurrieta que acabó en los tribunales.

Luis Galliussi. 

El local vuelve con la vocación de convertirse de nuevo en epicentro de eso que llaman el 'Todo Madrid', como lo fue el mítico Mayte Commodore. Un local, eso sí, que ya no tendrá nada que vez con los Premios Mayte que la histórica restauradora creó para reconocer la mejor faena de cada Feria de San Isidro y la mejor labor escénica en el ámbito teatral. 

Testigo privilegiado de la Transición 

Mayte era María Teresa Aguado Castillo, una mujer fuera de lo común en la España que le tocó vivir. Nacida en Santander en 1934, emigró a Suiza. A su vuelta a España decidió poner en marcha el restaurante Mayte Commodore en 1967. Mujer de talante discreto, cultivó cierto aire de discreción y misterio a su alrededor. 

En una de sus escasas entrevistas confesaría que "ser empresaria era una cosa que llamaba la atención" y eso le aportaba más leyenda a su figura. Mayte fue testigo de los cambios que se sucedieron en la sociedad y la política española desde los años del desarrollismo hasta su muerte en 1990. 

En plena Transición, su local fue el lugar de reunión de los políticos que venían del franquismo y aquellos que estaban en la oposición más o menos tolerada. Especialmente recordado fue el encuentro entre Adolfo Suárez y Manuel Fraga a cuenta de la legalización de algunos partidos políticos, en especial del Partido Comunista. Un asunto que acabó sin que ambos llegaran a un acuerdo. 

María Teresa Del Carmen Aguado Castillo 'Mayte'/ RTVE

Mayte Commodore fue para muchos algo así como el Congreso "no oficial" de fundación de Alianza Popular. Los primeros avatares y enfrentamientos del principal partido de la derecha española tuvieron este restaurante como mudo escenario. 

Más allá de los políticos, las grandes aficiones de Mayte eran los toros y el teatro. Los grandes autores dramáticos españoles eran sus amigos. Incluso Antonio Gala le prologó un recetario. Fruto de estas pasiones surgieron los Premios Mayte para toreros y gente del teatro. Estas entregas se convirtieron en citas sociales obligatorias. 

A lo largo de los años fueron galardonados toreros como Julio Aparicio, César Rincón o Espartaco. Entre la gente del teatro destacan nombres como Naty Mistral, Nuria Espert, Antonio Buero Vallejo o Fernando Fernán Gómez

En 1990, a la muerte de Mayte, se hizo cargo de la Fundación que siguió otorgando los premios Luis, el hijo de la restauradora. En 2007, en honor a los orígenes de Mayte se creó el Premio Mayte Santander para aquellas obras y profesionales de las artes escénicas que hubieran pasado durante ese año por las tablas santanderinas. Entre los premiados destacan nombres como Josep María Pou, Blanca Portillo o Vicky Peña. Una categoría añadida a unos premios que se convirtieron en unos clásicos de la cultura española. 

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