24 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

La condesa italiana de 87 años estuvo unida al Rey de España entre 1955 y 1962 y entre medias ella tuvo una hija cuya paternidad nunca quiso desvelar

Muere Olghina de Robilant, el amor prohibido de Juan Carlos I: La aristócrata de los escándalos

Juan Carlos I y Olguina de Robilant.
Juan Carlos I y Olguina de Robilant.
Olghina de Robilant ha fallecido a los 87 años en Como (Italia). La aristócrata fue uno de los personajes más populares de la jet set europea pero en España su nombre va inevitablemente unido al de Juan Carlos I con el que mantuvo un romance de idas y venidas en su juventud. En esos años, el luego monarca español vivía un romance oficial con María Gabriela de Saboya. Olghina protagonizó varios escándalos para la pacata sociedad italiana de la época y acabó siendo cronista de sociedad.

Olghina de Robilant ha fallecido a los 87 años en la localidad italiana de Como, donde vivía desde hace algún tiempo. Aunque en España su nombre es indisoluble del de Juan Carlos I, en Italia era una popular socialité que se codeaba con el mundo de la jet set, la cultura y el cine. Tan pronto se la veía con Alain Delon como con Truman Capote o Pier Paolo Passolini

Nació en Venecia el 3 de noviembre de 1934, era cuatro años mayor que el Rey Emérito, en el seno de una familia aristocrática italiana bien conectada con el último monarca transalpino, Humberto de Italia, y con toda la nobleza europea. En ese contexto conoció a Juan Carlos de Borbón, cuando aún era Juanito y los Borbones españoles vivían exiliados en Estoril, la localidad portuguesa donde encontraron su reposo la mayoría de las monarquías exiliadas. Entre Olghina y Juanito pronto surgió una atracción y mantuvieron una relación intermitente durante casi una década. 

Tanto ella como Juanito mantuvieron lo que hoy llamaríamos una relación abierta. Entre medias, el que luego sería Jefe de Estado mantuvo un noviazgo oficial con María Gabriela de Saboya, precisamente hija del exrey Humberto. Una relación que terminó porque a Franco la princesa italiana le parecía "demasiado moderna". 

Olghina de Robilant.

Olghina de Robilant contaría en 1991, en un libro, su historia de amor y pasión con el monarca español, donde daba detalles de la personalidad del entonces joven aspirante al trono. Declaraciones sorprendentes en las que describe a Juan Carlos de Borbón como un experimentado amante que "incluso ha estado con Sara Montiel". Además, aportaba un detalle sorprendente ya que, según ella, antes de anunciar su compromiso con Sofía de Grecia, Juanito quiso despedirse de Olghina en una pensión romana donde incluso le mostró el anillo de pedida. 

Entre los más de siete años que duró su relación, Olghina tuvo una hija, Paola, cuya paternidad nunca quiso revelar. Un escándalo para la pacata sociedad italiana de la época. Una hija con la que tendría después una relación complicada y que se crió con los padres de Olghina. 

A partir de los años sesenta, Robilant se hizo muy popular en Italia como cronista de sociedad en varias publicaciones. También participó como actriz de cine en alguna comedia llegando a aparecer brevemente en la mítica La dolce vita (1960) de Federico Fellini. En los primeros años 60 volvió a escandalizar y a sorprender a Italia con una fiesta de cumpleaños que, según algunos medios, acabó en una escandalosa orgía. Sin embargo, todo se redujo a algunos números de striptease.  

En 1967 Olghina se casó con el escenógrafo Antonello Agliotti con el que tendría en 1972 a su hija Valentina. Poco tiempo después del nacimiento de la niña rompieron su matrimonio. 

Cartas de amor, una hija secreta y una pelea histórica

En 1988 Olghina de Robilant reapareció en la vida del Rey Juan Carlos de la forma más inesperada. Según ha relatado Jaime Peñafiel en algunos libros, la condesa se presentó en la redacción de La Revista, publicación del Grupo Z que él dirigía. Jaime se puso en contacto con la Zarzuela y el entonces secretario general de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, decidió comprar las cartas utilizando a Jaime Peñafiel como intermediario. Nunca se ha sabido quién puso el dinero para esa operación. Manuel Prado y Colón de Carvajal, en sus memorias póstumas, Una lealtad real, afirmaba que él se encargó de esta operación. Sin embargo, otros rumores de la época, sin ninguna prueba, adjudicaban a Mario Conde el papel. 

Olghina de Robilant en 2014. 

La operación de poco sirvió ya que las cartas -Olghina había hecho copias- acabaron tanto en Interviú como en el semanario italiano Oggi. Además de incluirse en el ya citado libro de memorias de la condesa, Reina de corazones (1991). 

No sería la última vez que los nombres de Olghina de Robilant y Juan Carlos I se cruzasen.

En 2001, una mujer francesa que atendía al nombre de María José de la Ruelle presentó una demanda en los tribunales galos asegurando ser hija tanto del monarca español como de Olghina. Según su rocambolesco relato habría sido concebida durante el crucero Agamenón que la reina Federica de Grecia organizó en 1954 para promocionar al país mediterráneo e intentar que surgiera el amor entre alguna parejas reales. El asunto finalmente no prosperó y en España sólo fue seguido periodísticamente por la revista Pronto

En 2004 se celebró en España la boda entre Felipe y Letizia. Entre los invitados, el Duque de Aosta y Victor Manuel de Saboya, heredero al inexistente trono de Italia. En el transcurso del banquete real, ambos primos acabaron en una bronca que llegó a las manos, puñetazos incluidos. Según se publicó, Juan Carlos I exclamó cabreado: "¡Nunca más los invitaré!". ¿Cómo trascendió este desagradable episodio? Fue a través de un medio italiano. ¿Quién firmaba la crónica? La mismísima Olghina de Robilant, que tantos años después seguía vinculada de una forma o de otra a la casa real española. 

COMPARTIR: