29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Las emblemáticas salas de proyección son reemplazadas por supermercados, tiendas de ropa, hoteles, o simplemente quedan abandonadas

Vuelve la polémica: Una cadena de supermercados se queda con el antiguo Cine Avenida de Madrid

Los antiguos cines Avenida.
Los antiguos cines Avenida.
El cierre de la tienda H&M ubicada en el número 37 de la Gran Vía, un edificio que antes albergaba el Cine Avenida y la sala de fiestas Pasapoga, ha hecho resurgir la polémica sobre el uso comercial que se le da a espacios destinados inicialmente a la cultura. De hecho, en los últimos años han sido muchas las salas abocadas a cerrar sus puertas para dar paso a negocios como supermercados u hoteles.

La pandemia ha precipitado una cascada de cierres de los buques insignia de la moda en ubicaciones privilegiadas de Madrid. El sector textil no se ha salvado de la crisis provocada por la Covid-19 y sus consecuencias. Las ventas cayeron un 40% en 2020 y, en los primeros tres meses de 2021, el desplome ha crecido hasta el 47%, según datos de la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos de la Comunidad de Madrid.

La última en bajar la persiana ha sido H&M, la firma sueca cerrará casi 30 tiendas en España, incluyendo las más importantes de la capital y entre las que se encuentra la situada en el número 37 de la Gran Vía, ubicación que antaño acogió el Cine Avenida y la sala de fiestas Pasapoga. El Cine Avenida, según ha podido saber elcierredigital.com, se lo ha quedado una cadena de supermercados.

Precisamente el de las salas de cine ha sido otro de los sectores que se ha visto más duramente golpeado por la crisis. De hecho, en el último año hemos asistido al cierre de entre el 70% y el 75% de las salas de exhibición en España, que experimentan un descenso de los espectadores y de la recaudación que también ronda ese mismo porcentaje. Ahora, el cierre del número 37 de la Gran Vía, rescata de nuevo la polémica sobre el uso comercial que se le ha dado a los grandes salones cinematográficos de la capital, con la consecuente pérdida de riqueza cultural que ello supone.

Fue, en su momento, el caso del Cine Avenida. En febrero de 2007, el pleno municipal del Ayuntamiento de Madrid, con la mayoría absoluta del PP y el voto en contra de PSOE e IU, autorizó a los dueños del cine y la sala de fiestas a convertir el local en centro comercial. La empresa propietaria aseguró entonces que el cierre de la sala no sería inmediato, sino que llegaría en "uno, dos o tres años". Pero fue tan solo unos meses después cuando el Avenida apagaba sus pantallas para convertirse en una tienda de ropa. En el año 2009, tras las pertinentes reformas, abría sus puertas el mismo H&M que ahora también se ha visto obligado a echar el cierre, por lo que hoy vuelve a surgir la duda sobre el destino que le espera al edificio que albergó los lujosos teatro-cine y sala de fiestas.

El Pasapoga, por su parte, llevaba cerrado desde 2004, precisamente el año en que el gobierno municipal de Alberto Ruiz-Gallardón aceptó desproteger el uso de los cines históricos con una modificación del Plan General. Este fue el descorche que dio lugar a que la mayoría de ellos hayan ido cerrando en cascada hasta día de hoy.

Los supermercados sustituyen a la gran pantalla 

En los últimos años, Madrid ha presenciado la desaparición de varias salas de proyección, salas de conciertos y teatros, en su mayoría sustituidos por locales comerciales que poco a poco han ido ocupando los espacios otrora destinados a la cultura.

Es el caso, por ejemplo, de los Cines Lido, en el barrio madrileño de Tetuán, concretamente en la calle Bravo Murillo. La marca de supermercados Aldi ocupa ahora el espacio que antes llenaba el patio de butacas. También cerraron en favor de otro Aldi los populares Cines Roxy, en el distrito de Chamberí, y la Sala Canciller, templo del heavy madrileño durante años, en el número 15 de la calle Alcalde López Casero.

El Teatro Martín después y antes de su cierre. 

El Teatro Martín, un local de la calle de Santa Brígida, en Chueca, acabó siendo clausurado a principios de siglo y la estampa del que fue un gran triunfo artístico hoy se muestra abandonado bajo un bloque de apartamentos. Incluso el famoso Real Cinema de la plaza Isabel II, también conocido como Ópera, cerró para dejar paso a la construcción de un hotel de la cadena Matutes.

El Teatro Kamikaze de Madrid, un proyecto nacido de la mano del prestigioso director teatral Miguel del Arco, el actor Israel Elejalde y los productores Jordi Buxó y Aitor Tejada, engrosa esta larguísima lista desde enero de este año, cuando cerró sus puertas de forma definitiva.

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