24 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Juan Antonio Bardem rodó en el verano de 1957, y durante 20 días, en la provincia parte de la primera película española que fue nominada a un Oscar

Historias de cine: Cuando Carmen Polo de Franco se dejó caer por el rodaje en Albacete de 'La venganza' de Bardem

Carmen Polo y Juan Antonio Bardem.
Carmen Polo y Juan Antonio Bardem.
Juan Antonio Bardem rodó en el verano de 1957, y durante 20 días, en la provincia, parte de la primera película española que optó a los Oscar. Carmen Polo de Franco se trasladó a Albacete para asistir a la boda del marqués de Paúl, circunstancia que aprovechó para interesarse por la película del director madrileño. La capital y Minaya fueron los escenarios escogidos en tierras albacetenses para la grabación de buena parte de la cinta, un trabajo muy accidentado.

El periodista José Fidel López recoge en www.cuentosdecine.es la visita a la ciudad manchega en 1957 de la todo poderosa esposa de Francisco Franco, Carmen Polo. En esos momentos, Albacete era el escenario del rodaje de una película que acabaría siendo nominada a un Oscar de Hollywood. 

Albacete ha sido tierra escasamente pródiga en rodajes cinematográficos, y entre ellos, La Venganza, de Juan Antonio Bardem, película de cuyo estreno por las salas cinematográficas españolas se cumplieron 60 años en 2019. Y, ¿porqué Bardem optó por La Mancha para el rodaje en 1957 -y producida en 1958- de esta cinta? Obvio: la película era un drama rural que requería de paisajes áridos, llanos, radicales, y los responsables de la producción los encontraron en estas tierras cervantinas.

El elenco, un puñado de los mejores intérpretes del momento, desde Carmen Sevilla a Raf Vallone, pasando por Jorge Mistral, José Prada, Manuel Alexandre, Louis Segnier... Además, fue la primera cinta española nominada al Oscar como Mejor Película de Habla No Inglesa, y en Cannes se llevó el Premio de la Crítica Internacional, todo ello en 1958.

La historia cuenta cuando Juan -interpretado por Jorge Mistral- regresa al pueblo tras estar encarcelado 10 años por un asesinato que no cometió. A su vuelta, junto con su hermana Andrea -que encarnó Carmen Sevilla- deciden vengarse de quien consideran que es el culpable de la desdicha familiar, y que no es otro que Luis El Torcido -Raf Vallone-; así, los hermanos se incorporan a una cuadrilla de segadores en busca de jornales por los campos de Castilla y cuyo jefe es su adversario.

La prensa local recogió el rodaje. 

La película se estrenó en la sala Rialto de Madrid el 16 de febrero de 1959, y se rodó en diversas localidades: Minaya y Albacete, en la provincia; Manzanares, Membrilla y Alhambra, en Ciudad Real; Mota del Cuervo y Las Pedroñeras, en Cuenca; El Toboso, en Toledo; Sabiote, en Jaén y, Loeches y Torrelodones, en Madrid.

Según recuerda María Jesús Garcés Sánchez, en su interesante trabajo Panorama del cine español, años 50, la película "sufrió hasta la prohibición de su título original -Los segadores-, la traslación temporal de la acción -de la actualidad del momento a los años 30- y la amputación de diversas secuencias y diálogos, quedó privada de un modo prácticamente total de su sentido político (...) A los censores no les gustaba Los segadores, no fuera a sulfurar a los catalanes". Tampoco le convencía al régimen que la acción se desarrollara en aquellos años 50, "y la trasladaron a 1935, antes de la denominada cruzada, cuando todos los males eran posibles".

Es curioso que le pusieran La venganza cuando precisamente la película trataba de abogar por la reconciliación nacional. Hacía 20 años que la Guerra Civil había acabado, y los derrotados, como el propio director, Juan Antonio Bardem, «pretendían ofrecer una solución democrática y pacífica al problema español», explica Garcés Sánchez.

Un acontecimiento en la ciudad

Pero al margen de las cuestiones políticas y administrativas, lo cierto es que el rodaje de La Venganza fue todo un acontecimiento en aquel Albacete de los años 50. Por unos días, la capital albacetense se sintió algo más importante ante la destacada presencia de estrellas de la cinematografía, y no sólo nacional. Y es que cuando los albacetenses supieron de la presencia de Carmen Sevilla, Raf Vallone y Jorge Mistral en el Gran Hotel, se dieron cita de forma multitudinaria ante sus puertas para poder ver en vivo y en directo a tres de los actores que en ese momento triunfaban en el cine español. Cientos de admiradores se agolpaban ante el citado establecimiento hotelero. 

Jorge Mistral y Carmen Sevilla en un fotograma del filme. 

Quizá su estancia en el establecimiento albacetense fue lo más glamuroso a lo que se enfrentó ese elenco del cine español del momento -el rodaje fue un suplicio para toda la troupe Bardem-, aparte de una visita 'excelentísima'. Y nos explicamos. 

Días después del fallecimiento de Juan Antonio Bardem, el 30 de octubre de 2002, quien fuera su ayudante de dirección en varias de sus películas -amén de amigo y primer biógrafo-, Luciano González Egido, recordó algunas anécdotas de la grabación del film en un artículo publicado en El País. "Durante el rodaje de La venganza, cayó por Albacete, donde teníamos el cuartel general por aquellos días, Carmen Polo, la mujer del dictador -Francisco Franco-, y se la presentaron a Bardem, haciéndole los correspondientes elogios a su cine. La primera dama no recordaba ninguna de sus películas, salvo Murió hace quince años -de Rafael Gil-, que 'ésa sí que era buena'...". 

Buena memoria la de González Egido, porque "La Collares" aprovechó su presencia en la ciudad para acercarse a ese gran equipo que rodaba en un verano asfixiante en tierras albacetenses. ¿Y qué razón fue la que trajo hasta esta capital de provincias a la generalísima? Pues una boda, y no cualquiera, un enlace de altura, un acontecimiento que nos lo devuelve en forma de recorte, la prensa de entonces, la diaria y la del corazón. ABC, La Vanguardia y hasta la revista Hola recogieron en sus páginas el casamiento del marqués de Paúl, es decir, Carlos Gutiérrez-Maturana-Larios y Príes, y Julia Altuna Mendizábal, "de familia malagueña", según las crónicas sociales del momento.

Carmen Polo de Franco no vino sola a Albacete, sino que acudió junto a sus hijos, los marqueses de VillaverdeCristóbal Martínez-Bordiu y Carmen Franco Polo, y fue recibida en el Palacio de los Llanos, of course, por la marquesa viuda de LariosPilar Príes Gross. Al acontecimiento asistieron, como no podía ser de otra manera, un buen número de personalidades y autoridades, desde el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento en la provincia, Santiago Guillén Moreno, al teniente general Eduardo González Gallarza -entonces, jefe de la Región Aérea del Estrecho tras haber ejercido como ministro del Aire-, y hasta el obispo de la Diócesis de AlbaceteArturo Tavera y Araoz, que "bendijo" la unión en la popular finca albacetense que, por cierto, el dictador Franco conoció a la perfección, porque a la misma acudió a cazar -como posteriormente hizo el rey emérito Don Juan Carlos- con cierta frecuencia. Pero eso es otra historia.

Sin duda, Carmen Polo ofrecería su particular crónica al generalísimo de su encuentro con Juan Antonio Bardem y del rodaje de una película que tantos quebraderos de cabeza dio al régimen y a Bardem para camuflar el objetivo de su cinta. Por cierto, que según recoge el libro Las películas que vio Franco, de José María Caparrós Magí Crusells, el dictador vio en El Pardo entre 1946 y 1975, en su particular cine y en pases privados para la familia y entorno, más de 2.000 películas, muchas de ellas censuradas, y algunas cuestionadas y recortadas, entre ellas, La Venganza.

El rodaje

Pero volvamos al rodaje, uno de los más complicados del cine español, con su particular capítulo de sucesos incluido. A saber, un mecánico electricista de 47 años edad, natural de Córdoba pero destinado por su empresa en la localidad vasca de Barakaldo, viajó aprovechando la presencia en tierras manchegas de Carmen Sevilla para mandarle un mensaje con cierto tono siniestro: «Serás para mí o para nadie», le espetó en un escrito.

Distintos carteles de la película. 

La actriz, lógicamente asustada, denunció el caso ante la Guardia Civil, y el admirador despechado fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción correspondiente, metido en un tren con destino a tierras vascas. Y en Minaya, uno de los escenarios del rodaje, también fue todo un acontecimiento, ya que muchos de sus vecinos tomaron parte, desde Cosme Antonio Toño 'Mome'. Buena parte de las cuadrillas de segadores eran de la zona, así como los niños, incluido Manuel Villar del Saz, Manolo El Galguete.

Durante la grabación propiamente dicha de La Venganza se sucedieron las incidencias, provocadas en buena medida por las altas temperaturas originadas por un sol de justicia en una llanura, la manchega, que sirvió de set para Bardem durante más de 70 días de exteriores.

El equipo era propio de una superproducción, 48 obreros y 23 técnicos. Para el traslado de esa enorme plantilla se utilizaron dos autobuses, y para la maquinaria y el material preciso, tres camiones y una furgoneta. En cada espacio elegido como set se montaban tres tiendas de campaña, una para los actores, otra para cámara y accesorios, y otra para una cantina de campaña, donde el calor llevó al personal a consumir cerveza y Pepsi-Cola en grandes cantidades. Pero además, esas lonas se convertían a mediodía para todo el personal en su comedor. Bueno, para todo el personal no, los actores solían trasladarse al hotel de referencia.

Reseña de la visita de Carmen Polo al rodaje en Albacete. 

Lógicamente, esas pequeñas ciudades cinematográficas levantadas en medio de la llanura manchega, entre trigales inmensos en pleno paisaje cegador iluminado por un sol incansable despertaban la curiosidad de los vecinos de las localidades cercanas a las bases de localización, que fueron tres, básicamente: Manzanares, Albacete, y Mota del Cuervo

 

En Albacete, la filmación se desarrolló desde el 8 al 27 de julio, como narra con todo lujo de detalles el Diario de Rodaje de Luciano González Egido, aunque a la ciudad ese tremendo equipo llegó el 7 de julio. El alojamiento, en el Gran Hotel, en cuyo cine, por cierto, y en pases privados, se visionaban algunas de las tomas a la hora de la cena.

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