29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

El matador árabe tomó la alternativa en 1999 en Benalmádena (Málaga) e hizo más de 100 paseíllos durante toda su carrera profesional

“El Palestino” Said Kazak Manzor, primer torero árabe: "Yo le daba color a los carteles"

El Palestino durante una faena.
El Palestino durante una faena.
Said nació el 12 de junio de 1956 en Haifa y se educó en Damasco hasta que vino a continuar sus estudios en tierras hispanas en los años 70. Una vez aquí, se inició en el aprendizaje del toreo de la mano de Carlos Miranda y Manolo Escudero, debutando con picadores en Ibiza el 28 de septiembre de 1983 y tomando la alternativa el 15 de agosto de 1999 en Benalmádena (Málaga), con David Saleri como padrino y de testigo, José María Soler.

Said tiene el honor de ser el primer torero árabe de la historia en tomar la alternativa, habiendo realizado durante su carrera profesional más de 100 paseíllos por España y México.

Hombre culto donde los haya, es licenciado en Ciencias Químicas, en Filosofía y Letras y a su vez, empresario, tarea de la que ha vivido durante muchos años porque de los toros, como él confiesa, le hubiera sido imposible hacerlo.

- Maestro, ¿quién es Said Kazak?

- Un persona sencilla, amigo de sus amigos, que vive una vida tranquila intentando llevarse bien con todo el mundo porque al fin y al cabo estamos en esta vida cuatro días. Nací en Tierra Santa, he vivido en Damasco, en Estados Unidos, en Méjico, en Canadá, aunque la mayor parte de mi vida la he pasado en España, más de cuarenta años… Esto me hizo cambiar no solo de territorio, sino de cultura y hasta de manera de ser y pensar.

- ¿Un palestino en el mundo del toreo?, ¿cómo fue ese comienzo? Porque por aquellas tierras... de toros poco, ¿no?

- Es evidente que en Oriente no hay toros, pero con catorce o quince años yo veía en los medios de comunicación muchas cosas sobre Manuel Benítez “El Cordobés” -curiosamente no de otros grandes de la época como Puerta, Camino o el Viti- y películas de una guapísima Sara Montiel, y me dije “Pero qué hago yo aquí…” (Sonríe). El mundo del toro me atrajo desde el principio, me llamaba la atención la personalidad del torero, el peligro…

- Una vez en España, ¿cómo llega al mundo del toro?

- Siempre quise venir a España a estudiar y cuando lo conseguí -en contra de los deseos de mi padre, por cierto- conocí a un filólogo en la Facultad de Filosofía y Letras que me inició y me orientó para entrar en este mundo, me llevó a Las Ventas a diferentes corridas. Luego conocí al rejoneador Manuel Baena que tenía una finca en Colmenar Viejo con ganado y ahí empecé a torear alguna becerra…También participé en capeas con vacas en las que, al no tener yo ni idea, siempre terminaba cobrando y acababa dando pena porque era “carne de cañón” y entre Baena y Marcelo González me iban enseñando (sonríe). Ahí se me despierta la afición.

Said Kazak, el Palestino.

- Tuvo que vivir una aventura mexicana para poder sumar los festejos correspondientes que le exigían para poder doctorarse, ¿cómo fue esa experiencia?

- La verdad es que hasta que debute con caballos en 1983, había toreado poco. Luego, para tomar la alternativa me exigieron 25 novilladas picadas y como aquí era complicado, me tuve ir a México para completarlas. Allí toreé unas 15 aproximadamente. Fue una experiencia muy positiva en la que me dediqué solo al toro, entrenando, aprendiendo, conociendo… Una cosa que me chocó de allí fue, por ejemplo, que tienen más respeto al torero, lo tienen “endiosado”.

- Vaya comienzo, el día de la alternativa tuvo una fuerte cogida, ¿qué se siente en un momento como ese?

- La verdad es que fue un día curioso porque yo llevaba casi dos años pidiendo la alternativa, pero la cosa no salía. Y un día me llamó un empresario y me dijo que se había caído un torero del cartel en Benalmádena y que si quería tomarla allí en dos semanas. Me pilló en frío, pero dije que sí porque no sabía cuándo tendría otra oportunidad. Fue un día muy bonito, pero no estaba mentalizado para la alternativa, estaba nervioso, con miedo al fracaso, aun así hice todo lo que pude y acabe con una cogida fea que me tuvo un año apartado del toro, pero no me afectó a la moral no te creas, teniendo afición nada te para.

Una de las faenas de El Palestino.

- Ha tenido cogidas fuertes, ¿cómo se puede volver a poner delante de un animal que te ha llevado a las puertas de la muerte?

- Partimos desde la base de que todo el mundo no vale para torero…quizá sea un tema de carácter, no sé… en el toreo hay que usar la cabeza, no vale solo con ser valiente. Cuando sientes la cogida, lo primero que piensas es en el porqué… no piensas en la muerte, sabes que estás herido, pero no es la muerte lo que más te preocupa. De hecho, a mí un toro me rompió el talón de Aquiles, pero lo maté… aunque después estuve siete meses de rehabilitación.

- ¿Cuál ha sido su relación con el miedo?

- Algunas veces sí lo he tenido, pero he tenido más por la responsabilidad de quedar bien con uno mismo y con el público. El mayor miedo lo tienes ante lo desconocido, no sabes cómo será el toro, no sabes cómo se va a comportar. los toros son como los hombres, los hay probones, mentirosos… hasta que no lo tienes en frente no sabes lo que te vas a encontrar, ese es el miedo, no el dolor.

- ¿Qué se siente cuanto ves que vienen hacia ti quinientos kilos de toro?

- Confianza en ti mismo y en que lo vas a controlar. Hay que confiar en lo aprendido, en la experiencia y cuando sacas la muleta ya sabes que lo paras, que lo sacas del eje de su embestida.

- En alguna ocasión habrá sentido: "de ésta no salgo".

- Normalmente no, pero sí puedes llegar a sentirlo cuando ves que el comportamiento del toro es malísimo, entonces estás deseando que todo termine cuanto antes y que pase la tarde en paz… Hay toros que traen mucho peligro, porque ves que se queda corto, que no te obedece… Yo recuerdo uno en concreto, en mi época de novillero, que me hizo sufrir mucho en la Torre de Esteban y es que mi apoderado, “El Faraón” Pantoja Cortés, tenía tendencia a ponerme corridas fuertes (sonríe).

- ¿Qué se siente cuando se está en el callejón y se percibe ese murmullo “ensordecedor” de la plaza…?

- Un sentimiento agradable, me inspira ganas de agradar, de quedar bien con ese público. Para nada es un sentimiento negativo u hostil. Sientes ganas de conquistar a ese público.

- Cuando se está en medio del ruedo desde donde se oye todo, ¿qué se siente cuando algún impresentable le pide que se juegue la vida?

- Es una persona, no es el público. No sé porque lo hará… quizá porque tenga poca afición o lleve alguna copa de más. El buen aficionado se da cuenta de las condiciones del toro y aprecia lo que hace el torero, el ignorante quiere que el torero haga siempre lo mismo, independientemente del toro que te toque.

- Tiene en su haber algo que pocos toreros han conseguido. El día 15 de junio de 2019, en la corrida de la Cultura en la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid, con un lleno absoluto, se presentó el pasodoble 'Torero Said Kazak el Palestino' compuesto por el prestigioso músico Miguel Martín Fernández, ¿cómo le hace sentirse esto?

- Eso me hizo una grandísima ilusión, te hace olvidar todo lo malo que has pasado en tu carrera. Jamás de niño pude pensar que un compositor español compusiera un pasodoble para mí y eso es algo que quedará para siempre. Siento una gran satisfacción por ello.

- ¿Cuál fue su mayor virtud como matador?

- Intentar hacer un toreo clásico, como me inculcaron, entre otros, el maestro Escudero. Torear derecho… si no se hace así no se transmite, no se hace arte. Sacar pecho, meter riñones y si te lo permite el toro, torearlo en redondo.

- ¿Tienes algún referente?

- Nadie en concreto, me gusta un poco de cada uno.

- ¿El peor día de su carrera?

- (Después de meditar mucho…) El día de mi alternativa, pensé que iba a ser otra cosa. Pensaba que iba a tener éxito, que iba a cortar orejas… y me cogió el toro. En el toreo nunca se puede llevar ninguna faena premeditada.

- ¿El mejor día?

- Ha habido varias, pero quizá una tarde en México, en la que un embajador me sacó a hombros… (sonríe)

- ¿Recuerda el primer toro y que sintió?

- Hace tanto que me cuesta recordar, pero creo que fue un novillo con los pitones muy abiertos, un eralito en la finca de Manuel Baena. Me salió bien, la verdad, para ser la primera vez que me vestía de corto (sonríe). Luego no puedo olvidar mi primera novillada con picadores en la que me hicieron salir primero por considerarme el “petardo” y al final corté orejas y di vuelta al ruedo (ríe).

- Y ¿el último?

- No me acuerdo la verdad, aunque nunca piensas que va a ser la última. Además yo nunca me despedí, solo fui dejando de torear para dedicarme a mi vida profesional…Sería en 2006 aproximadamente.

- De no haber sido palestino, ¿su carrera habría sido la misma?

- Me perjudicó y me benefició. Hay gente que valoró que no proviniese del mundo del toro y que no tuviera “padrinos” y, por otra parte, había otros que no concebían cómo un árabe podía sentir el toreo como un hispano. Recuerdo que al principio, cuando te cogía un toro, me decían, “quién te manda meterte en esto… ¿te piensas que todo el monte es orégano?”. En cualquier caso, siempre daba “color” al cartel.

José Ignacio Herce, a la izquierda, con El Palestino.

- Pese a estar retirado no para, no es difícil verle en tentaderos casi todas las semanas.

- Yo sigo entrenando porque en el toreo aún me queda por hacer ya que, según dicen, todavía sigo en forma… lo que no sé es hasta cuándo (sonríe) y además tengo un proyecto que, a lo mejor, pronto me hace volver a torear.

- ¿Qué le ha quedado por hacer?

- Torear en plazas muy importantes, en grandes ferias.

- Y vamos a la situación actual ¿qué cree que va a pasar con las ganaderías, los toreros… la Fiesta?

- Esto tiene que cambiar, como se dice “no hay mal que cien años dure…”  Creo que el año próximo todo volverá a la normalidad, estaremos todos vacunados y cuando esto ocurra, como hay poco ganado en el campo, volverán los festejos, subirán los precios … ahora estamos toreando novillos, utreros, etc., porque hay precios bajos. Además, el gobierno deberá apoyar la Fiesta porque una cosa es que tengamos un gobierno que no esté a favor y otra que esté en contra. La Fiesta está arraigada en la sociedad y esto no puede desaparecer porque además es la imagen de España en el mundo entero.

- ¿Cómo cree que se está enfrentando el mundo del toro ante esa situación? 

- Creo que hay poca unión en el mundo del toro. Aquí hay diferentes sectores, figuras, ganaderos, subalternos y cada uno mira a los suyo, no hay verdadera unión.

Said no es un torero al uso, es un hombre lleno de vivencias tanto dentro como fuera del toro. Ha sido seguido por la prensa, la radio e incluso por la televisión y aún tiene mucho que decir. De hecho, pronto dará a conocer interesantísimos proyectos que no puedo desvelar. Y bien que lo siento.

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