25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

"Cuando salen defensores no se apoyan en argumentos y no son capaces de elaborar un discurso que existe y que es importante", asegura el pintor

Paco Gabaldón, pintor taurino: "Los amantes de los toros parece que estamos como avergonzados y agazapados"

El pintor Paco Gabaldón.
El pintor Paco Gabaldón.
“Con mi pintura no sólo trato de reflejar la realidad y recrearme en sus detalles, sino que intento plasmar las sensaciones que me aportan los modelos, colores, movimiento, texturas, incluso olores y temperatura. Por eso, antes de rematar una obra en el estudio, necesito vivirla “in situ”. De esta manera, cuando salgo al campo o compongo un bodegón puedo pasar tanto tiempo contemplando como tomando notas y apuntes”, así se describe Paco Gabaldón un pintor con querencia por la temática taurina.

¿Tu afición a la pintura y la tauromaquia nacieron al mismo tiempo?

Sí. Nacieron de la mano. Cuando eres niño y tienes inquietudes, siempre intentas ponerlas en práctica. Desde pequeño me interesaron el toro y el dibujo, esto último creo que como a todos los niños. No eran mis únicas inquietudes, pero pronto vi claro que nos la podía llevar a cabo porque por ejemplo no tenía actitudes para la música, pero para la pintura sí.

¿Tenías alguna referencia cuando empezaste?

Claro. Cuando empiezas algo siempre buscas referentes que se convierten a la vez en resto porque te esfuerzas en acercarte a ese modelo. Luego ya acabas desarrollando tu propio estilo porque eso es lo normal. Y, además, con el paso del tiempo y de la edad van cambiando los modelos en los que te fijas.

Cada vez hay más voces críticas con la tauromaquia. ¿Crees que dedicar gran parte de obra a esta temática te pasa factura?

Es un tema complicado porque cada vez hay más corrientes políticas en contra. El error es que la tauromaquia se ha alejado del mundo de la cultura cuando es un arte que aglutina a todas las demás. Además, en un arte genuino nuestro que hemos exportado a otros países. Nos ha acompañado desde siempre, como un elemento totémico. Además, tiene la característica de que es efímero. Tiene una serie de connotaciones plásticas difícil de encontrar en otro espectáculo.

A veces la lejanía de la cultura viene porque los defensores de la tauromaquia son gente tan obtusa como Fran Rivera. ¿No crees?

El problema de la tauromaquia es que se ha quedado anclada en otro siglo y no se ha enlazado con la modernidad. La cultura siempre ha ido de la mano de los toros, basta con entrar en el Museo del Prado. Por un lado, los taurinos parece que estamos como avergonzados y agazapados y por otro cuando salen defensores no se apoyan en argumentos y no son capaces de elaborar un discurso que existe y que es importante. No sabemos vender esos argumentos de peso que tenemos. No apelamos a la pintura, a la literatura, al cine… y todos esos artes que están vinculados históricamente al toreo.

"Mi pintor favorito es Sorolla por su manejo de la composición y el juego de colores y mi torero es José Tomás por todo lo que ha supuesto para la fiesta"

Tu trayectoria te ha llevado a realizar trabajos de cartelería. ¿Cómo ha sido la experiencia?

La cartelería no deja de ser un encargo. No es un trabajo personal y estás muy condicionado. De todas formas, yo creo que uno está siempre condicionado. No entiendo a esos artistas que dicen que el público les da igual. Cuando crear un cuadro siempre acabas pensando en la galería en la que va exponerse o en el cliente que lo ha encargado.

Dices que el retrato no es lo que más te gusta ¿Por qué?

El retrato es complicado. Primero tiene menos salidas si no es un encargo hecho exprofeso. Rara vez hago alguno por voluntad propia. Me gustan más las escenas.

¿Cuándo pintas tus escenas piensas en algún torero en particular?

No. Sí que hay influencias de unos y otros como en la plasticidad especial de Morante de la Puebla, pero al final siempre acabo creando ‘mi torero’ ideal. Uno que surge de mi imaginación y de la mezcla de mis referentes.

Si tu vieras que quedarte con un pintor y un torero ¿Quiénes serían?

El pintor lo tengo clarísimo: Sorolla. Puede sorprender porque mi obra no tiene nada que ver con la mía, ni yo suelo hacer cosas impresionistas. Sin embargo, me encanta Sorolla en todos sus estilos. La fuerza que tiene apabulla. Me gusta la composición de sus obras y el cómo juega con los colores.

En cuanto al torero lo tengo más difícil. Los toreros tienen una vida corta profesionalmente y de los actuales no se puede ver en perspectiva qué van a dar de sí. Si tengo que decir un nombre es el de José Tomás, por todo lo que ha supuesto para la fiesta, su tremendismo y su plasticidad propia.

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