19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Luciani fue elegido tras Pablo VI en un clima de escándalos económicos y violencia en Italia y su fallecimiento ha dado lugar a teorías conspiratorias

El Papa Francisco beatifica a Juan Pablo I, 'el Pontífice de los 33 días', cuya muerte sigue siendo un misterio

Juan Pablo I.
Juan Pablo I.
El Papa Francisco ha tomado la decisión de beatificar a uno de sus antecesores más rodeados de misterio y polémica: Juan Pablo I. El Papa Luciani protagonizó el segundo pontificado más corto de la historia: apenas 33 días en 1978. Las razones de su muerte cuando tenía 65 años siguen envueltas en misterio a pesar de que la versión oficial es que murió de un infarto. Sin embargo, los rumores sobre un asesinato por oscuros intereses siempre han estado ahí.

El Papa Francisco sigue sorprendiendo y ha anunciado que en septiembre de 2022 beatificará a uno de sus antecesores más rodeados de polémica, Juan Pablo I. El motivo que lleva a la beatificación de Juan Pablo I es su intervención desde el más allá para curar a una niña de 11 años en Buenos Aires en 2011. Aún así, le faltaría otro milagro para "ascender" de beato a santo. 

Sin embargo, este pontífice, al que algunos ven puntos en común con Bergoglio, si ha pasado por algo a la historia es por lo inusualmente corto de su papado, 33 días, y por los misterios que envuelven su muerte. 

El año 1978 fue en España el de la Constitución y el Destape. A nivel internacional fue conocido como 'el de los 3 Papas'. Tres hombres dirigieron a lo largo de esos 12 meses los destinos de Vaticano. Pablo VI moría el 6 de agosto en Castel Gandolfo, la residencia veraniega de los Pontífices. Se acababa así uno de los, hasta entonces, papados más largos: 15 años en los que había clausurado el Concilio Vaticano II, una de las grandes revoluciones en el seno de la Iglesia Católica de Roma que supuso una serie de cambios que levantaron críticas de los sectores más inmovilistas. Algo que lo emparenta con el actual Francisco I. 

Tras un rápido cónclave fue elegido sucesor el italiano Albino Luciani, de 65 años, edad que apuntaba a un pontificado largo. Sin embargo, sólo duró 33 días en el cargo desatando todo tipo de rumores sobre su final. Fue hallado muerto en su cama por una monja en la mañana del 29 de septiembre. 

Funeral Juan Pablo I.

Desde el principio el Vaticano no supo como gestionar la comunicación de su fallecimiento. Mintieron al asegurar que quien encontró el cuerpo del Pontífice fue su secretario personal y no una religiosa como acabaron reconociendo. Por otro lado, en el primer comunicado de su fallecimiento aseguraron que la causa había sido un infarto para más tarde afirmar que se trató de un problema circulatorio. Varios cardenales exigieron al Vaticano que aclarase todo sobre el suceso. Estas circunstancias fueron suficientes para que las teorías de la conspiración empezasen a fructificar. 

Lo cierto es que el contexto histórico también abonó el campo de la especulación. Ese mismo año, en Italia se había desatado la violencia política siendo el asesinato del líder democristiano Aldo Moro el acontecimiento que más impactó a la sociedad. Además, por primera vez un escándalo económico vinculado al Vaticano fue seguido por los medios de comunicación. Un asunto poco claro que tenía como protagonista al arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, líder de la conocida como Banca Vaticana. La venta de un banco menor por parte de la entidad vaticana a otro banco italiano, cuyo presidente se suicidó, hizo circular todo tipo de teorías. Una sonora escandalera que todavía viviría una segunda parte, más oscura aún, durante el pontificado de Juan Pablo II. 

Teorías sobre la muerte 

Desde el principio los rumores sobre el final del breve papado estuvieron presentes. Teorías para todos los gustos que involucraban a la mafia, a la CIA, a agentes soviéticos... La versión que más ha sobrevivido a los años es aquella que afirma que Juan Pablo I, al acceder al trono de San Pedro, conoció datos sobre la corrupción económica de la Santa Sede, con la que quería acabar, y que descubrió infiltrados masones entre el purpurado. 

En 1984 David Yallop publicó un libro, En el nombre de Dios, que ahondaba en esta teoría. El Vaticano, que normalmente da la callada por respuesta ante estas informaciones, desmintió públicamente el libro lo que supuso, paradójicamente, un buen golpe publicitario para la obra de Yallop que se convirtió en todo un éxito de ventas. 

El Papa Francisco ha decidido beatificar a Juan Pablo I.

La respuesta de Juan Pablo II fue dar facilidades al periodista británico John Cornwell para publicar un libro que rompiese con todas las leyendas en torno a la muerte de su predecesor. Desde el punto de vista católico, el resultado fue bastante sorprendente ya que aportaba como hipótesis que el Papa Luciani habría practicado algo así como un suicidio pasivo. Según el libro, se habría dejado morir. Sabedor de sus problemas circulatorios no quiso que llamaran a un médico. Según la opinión de Cornwell, la llegada al pontificado supuso para él todo un quebradero de cabeza ya que no pudo con la responsabilidad que le había tocado en suerte. 

Sin embargo, la teoría del asesinato siguió siendo muy popular. Tanto que Francis Ford Coppola. recrea el presunto homicidio de Juan Pablo I en El Padrino III (1990). En 2019 el supuesto mafioso Anthony S. Luciano Raimondi volvió a la carga con un libro en el que confesaba cómo la mafia, por encargo del responsable de la Banca Vaticana, había encargado la muerte del Pontífice. Versiones complementarias y, en ocasiones, contradictorias que siguen rodeando al segundo pontificado más breve de la historia. 

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