La serie 'El Marqués' es la nueva apuesta de la productora Unicorn Content y Mediaset y contará para su reparto con actores como el andaluz Paco Tous
El crimen de los Galindos llega a la TV: El misterio que marcó el último verano del franquismo

Fue el crimen que marcó el último verano del Franquismo. Sucedió el 22 de julio de 1975 en el cortijo de los Galindos, una finca localizada en el término municipal de Paradas (Sevilla) propiedad de Gonzalo Fernández de Córdova y Topete, marqués de Valparaíso y de Grañina, y su esposa, Mercedes Delgado Durán, quien era la dueña de las tierras. Aquel caluroso y seco día de julio, se halló en aquel cortijo el cuerpo de una mujer asesinada, dos cuerpos carbonizados y dos víctimas que habían sido disparadas. Un suceso que en la actualidad continúa siendo objeto de conspiraciones.
Es por ello que, en última instancia, Unicorn Content y Mediaset España han apostado por llevar este crimen a la pequeña pantalla mediante la serie El Marqués. El proyecto cuenta con seis capítulos de 70 minutos cada uno, que ya han empezado a rodarse en la localidad sevillana de Carmona. Por ahora, tan solo se ha confirmado la incorporación del actor andaluz Paco Tous, quien protagonizará este proyecto, aunque desde la productora han afirmado que "sorprenderán nuevos fichajes".
El crimen de la Transición
Corrían las 3 de la tarde del 22 de julio de 1975 cuando se declaró un incendio en el cobertizo del cortijo. El calor era brutal. Ese día hizo 49 grados y los peones de la finca corrieron a Paredes para avisar a la Guardia Civil. Cuando los agentes de la Benemérita llegaron, los braceros ya estaban intentando extinguir el fuego del que se desprendía un olor a gasóleo.
En el camino que llevaba a la casa del capataz se descubrió un reguero de sangre que llevaba hasta una habitación, en la que encontraron el cadáver de Juana Martín Macías, de 53 años, esposa del capataz. Su cabeza estaba machacada y presentaba heridas compatibles con el uso de un pajarito, una herramienta de hierro utilizada habitualmente en el campo. Más tarde, cuando el fuego se extinguió, se descubrieron dos cuerpos carbonizados. Eran los del tractorista José González Giménez, de 27 años, y su mujer, Asunción Peralta Montera, de 34 años, que estaba embarazada de seis meses. Un poco apartado encontraron el cuerpo del peón Ramón Padilla González, de 40 años. Le habían disparado por la espalda.

Las cinco víctimas del 'Crimen de los Galindo'.
Tres días después se descubriría el cuerpo de una quinta víctima, a la que finalmente acusaron de los asesinatos, Manuel Zapata, de 53 años y exlegionario. Desde el principio las investigaciones estuvieron repletas de errores. De hecho, antes de que la Policía y el juez se personasen en el macabro escenario, un equipo de Televisión Española, que por primera vez hacía la competencia a la prensa de sucesos, llegaba al lugar de los hechos.
Involuntariamente se alteró la escena del crimen y se borraron rastros en el momento de grabar. Por primera vez un suceso ocupaba horas en un informativo. También el mítico periódico El Caso dedicó portadas y páginas al crimen, aumentando sus ventas. Para aportar más caos al asunto, el juez correspondiente, el de Marchena, no acudió porque la plaza estaba sin ocupar. En su defecto le tocaba al de Carmona, pero tardó 24 horas en presentarse porque estaba de vacaciones en Écija. Eran otros tiempos y los protocolos establecidos en caso de crimen prácticamente respondían a la improvisación.
Teorías conspiranoicas
Todas las vías de investigación parecían acabar en nada. En un principio se especuló con la implicación del dueño de la finca, el marqués de Grañina, Gonzalo Fernández de Córdoba y Topete, que se había hecho con el cortijo en 1969. Pasó dos noches en el cortijo después de que ocurrieran los crímenes, cuando habitualmente no lo hacía. Además, también se defendió la hipótesis de lo que se llamaba la 'teoría del trigo negro’, que sostenía que el marqués y Antonio Gutiérrez, el administrador, especulaban con una parte del trigo sin hacerlo constar en el Servicio Nacional de Distribución Agraria como marcaba la legalidad en ese momento.
Harto de los rumores, fue el propio marqués quien contó a la Guardia Civil la versión conocida como ‘teoría de los legionarios’ y que fue muy popular durante años. Según esta versión, el aristócrata permitió pernoctar en su finca a nueve legionarios que volvían a Ceuta después de participar en el desfile del día del Alzamiento Nacional, 18 de julio, en Madrid. La Guardia Civil localizó a ocho de los legionarios en Ceuta y al noveno en Barcelona y demostraron que el día que se cometieron los crímenes ya no estaban en la finca.
Sin embargo, las investigaciones dieron al traste con todas las teoría, triunfando oficialmente la del crimen pasional. El tractorista habría asesinado a los capataces porque hace años había sido prometido de la hija de estos. Según esta teoría, los mató y después hizo lo mismo con su mujer. El peón Ramón Padilla habría sido una víctima colateral. Finalmente, José se habría suicidado lanzándose a las llamas. Una forma curiosa y dolorosa de acabar con su vida. Esta teoría se mantuvo como oficial durante ocho años.

Una de las escenas del crimen.
En 1981 algo comenzó a cambiar en la historia del crimen de los Galindos. Por un lado, se hizo pública la existencia de una carta que había recibido en su momento el alcalde de Paradas, José González. En ella un sicario anónimo se declaraba culpable de los asesinatos. Había recibido el encargo de asesinar sólo a Zapata y percibió 10.000 pesetas por ello. El resto de crímenes fueron colaterales. Nadie supo explicar por qué esa carta había permanecido seis años oculta.
Un nuevo juez, el cuarto, Heriberto Asensio Cantisán, decidió reabrir el caso oficialmente, tras repasar los 1.400 folios del Sumario 20/1975, encargando una nueva investigación al policía José Antonio Vidal, que, a su vez, encargó al forense Luis Frontela una nueva autopsia. Frontela consiguió que exhumaran los cinco cuerpos en enero de 1983. Un informe suyo aseguró que al menos dos personas debieron participar en el crimen.
A pesar de las especulaciones, las investigaciones no llegaron a buen puerto y en mayo de 1989 se cerró oficialmente la investigación. El crimen prescribió en julio de 1995. Veinte años más tarde, el techo de la sala del Juzgado de Marchena donde se custodiaba, entre otros, el sumario de 1.400 folios del caso se hundió. En el traslado de estos documentos a un Juzgado de Sevilla desapareció el sumario, sin que nadie haya sabido qué fue él. Un enigma dentro de un misterio.
Las acusaciones del hijo de los marqueses de Grañina
El crimen de los Galindos: Toda la verdad, un libro firmado por Juan Mateo Fernández de Córdova, tercer hijo de los ya fallecidos marqueses de Grañina, propietarios del cortijo de Los Galindos, reveló los secretos del crimen, mediante conversaciones mantenidas entre el autor y su madre, Mercedes Delgado, esposa del marqués.
El autor echaba la culpa del crimen a tres personas y el motivo habría sido tapar un fraude económico en la cooperativa Coduva, en la que participaba esta finca olivarera de Paradas. El autor material de los asesinatos sería un profesional contratado para amedrentar a Manuel Zapata, capataz de la finca, que había descubierto el desfalco y pensaba contárselo al padre de Mercedes Delgado, esposa del marqués y dueña de las tierras. Pero el supuesto "susto" acabó en cinco muertes, un final que nadie esperaba.
El autor asegura que su padre visitó el lugar de los hechos al día siguiente de producirse los asesinatos, es decir, el 23 de julio de 1975. Una de las revelaciones más importantes del libro es lo que le confiesa su madre, Mercedes Delgado, el día de la muerte del marqués, su padre, que aseguraba conocer todos los hechos acaecidos aquella noche e incluso haber ordenado alguno de ellos.