20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El artista estadounidense ha trabajado en aclamadas películas a pesar de haber tenido una vida un tanto complicada

El triunfal regreso del actor Shia Labeouf, que reconquista el éxito con la película "Honey Boy"

Shia Labeouf, actor reconocido y que se ha hecho a sí mismo.
Shia Labeouf, actor reconocido y que se ha hecho a sí mismo.
Hay quien tiene la infinita suerte de llegar a tener éxito en Hollywood, la mayoría de estos afortunados, tarde o temprano, acaba cayendo en el olvido o trabajando a un nivel inferior. Sin embargo, existen algunos actores y actrices que consiguen volver al nivel en el que una vez estuvieron o incluso mejorarlo.

Ejemplos de este tipo no abundan, pero hemos visto casos como el de Matthew McConauhey allá por 2014 o Robert Pattinson muy recientemente. El primero lo hizo con una gran racha: “Mud”, “El Lobo de Wall Street”, “True Detective” e “Interstellar”. El segundo salió saturado de la saga “Crepúsculo” y pasó los siguientes diez  años realizando cine independiente, cada vez de mayor valor.

Shia Labeouf es un actor al que siempre le seguiré la pista, mi fidelidad viene de verle desde pequeño realizando películas Disney -“Los Hoyos”-, pasando a trabajar con Spielberg en “Transformers” o “Indiana Jones”. “Mi familia era pobre, por eso me convertí en actor, empecé a buscarme la vida a los diez años”, ha recordado siempre. Labeuf siempre ha tenido una habilidad especial, consigue crear un vínculo con la audiencia como pocos, logra tu empatía rápidamente con los personajes que interpreta.

No cuesta creer que Labeouf se encontrase siendo movido por los grandes estudios de un proyecto a otro, sin ningún sentido. En un camino acompañado de drogas y algún arresto, en algún momento del trayecto se detuvo y salió de las grandes películas. Durante el camino también hizo buenas amistades como con Will Smith en el rodaje de “Yo, Robot” o Keanu Reeves en “Constantine”. “Oigo muchos historias terribles de niños criados en Hollywood, pero a mí siempre ha sido lo que me ha salvado, lo que me ha sacado de mis malos hábitos”. Quiso hacer la transición de aquel “chaval de Transformers que quiere intentar ser un actor de verdad" bajo focos más humildes. En algunos, intentando descubrir sus límites como en "Corazones de acero".

No cuesta creer que Labeouf se encontrase siendo movido por los grandes estudios de un proyecto a otro, sin ningún sentido. En un camino acompañado de drogas y algún arresto, en algún momento del trayecto se detuvo y salió de las grandes películas. Durante el camino también hizo buenas amistades como con Will Smith en el rodaje de “Yo, Robot” o Keanu Reeves en “Constantine”. “Oigo muchos historias terribles de niños criados en Hollywood, pero a mí siempre ha sido lo que me ha salvado, lo que me ha sacado de mis malos hábitos”. Quiso hacer la transición de aquel “chaval de Transformers que quiere intentar ser un actor de verdad" bajo focos más humildes. En algunos, intentando descubrir sus límites como en "Corazones de acero".

Hay que decir que en los inicios de esta nueva etapa, el actor llegó a trabajar con lo mejor de lo mejor: Oliver Stone -‘Wall Street’-, Robert Redford... En ‘Lawless’ compartió rodaje con Gary Oldman, Tom Hardy o Jessica Chastain. También luchó para entrar en el polémico proyecto "Ninphomaniac" del director europero Lars Von Trier. “Cuando compartes escena con los grandes, las inseguridades se van como una ola porque o te pones a su altura o te comen”.

El verdadero cambio viene con “American Honey” (2016), “Borj vs McEnroe” (muy infravalorada) (2018), “Peanutt Butter Falcon” (2019) y ahora, con la que parece su culminación "Honey Boy" (2019). Todos estos proyectos han tenido gran éxito en festivales.

Sin embargo en “Honey Boy”, el filme del que quiero hablar, ha triunfado en el Festival de Sundance. El trailer y  también la historia detrás del filme me emocionan.  

Se trata de la historia de Otis, un niño de 12 años que descubre desde muy joven la fama de Hollywood. Su padre es un antiguo payaso de rodeo con diversos problemas, ahora sin trabajo, que decide convertirse en su guardián. Cuando Otis no está divirtiendo a un selecto público, pasa el rato con él en hoteles de poca monta situados en las afueras de las ciudades a las que acude a grabar. 

Por supuesto está basada en la vida del actor del que estamos hablando, no es casualidad que sea el guionista (lo escribió en rehabilitación, a modo de terapia para hacer las paces con su pasado). Y para añadir interés y catarsis emocional, Shia interpreta a la figura de su padre en la película.

Inmerso en dar clases de teatro en el barrio más marginal de Los Ángeles, asegura estar más centrado que nunca. Algo muy bueno porque necesitamos seguir viendo su trabajo.

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