25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Varios expertos afirman que no se sostiene la teoría de que fue un notario judío el que señaló a los nazis el escondite de la joven holandesa

Disputa entre historiadores por cómo fue supuestamente delatada Ana Frank

Ana Frank.
Ana Frank.
El pasado lunes parecía que se había descubierto uno de los mayores misterios de la Segunda Guerra Mundial: quién delató a Ana Frank. La pregunta ha sobrevolado a historiadores e investigadores durante casi ocho décadas. Hasta tal punto, que se ha convertido en el puntal sobre el que se han erigido una infinidad de ensayos y novelas históricas. Sin embargo, desde que un estudio garantizó que fue Arnold van den Bergh, los historiadores no han parado de criticar esta teoría que no les convence.

Un equipo de investigadores internacionales entre los que destaca el exinvestigador del FBI Vince Pankoke, tras seis años de rastrear archivos y hablar con familiares de testigos, confirmó el nombre y los apellidos del culpable, un destacado notario judío de Ámsterdam, Arnold van den Bergh. Según Pankoke, este ciudadano fue el responsable de haber revelado a los nazis el paradero de Ana Frank, como parte de un trato a cambio de garantizar la seguridad de su familia

A esta teoría, que se obtuvo como resultado de una investigación que aún está en fase inicial, no han tardado en surgirle críticas. Varios historiadores han expresado su escepticismo sobre esta historia, que fue publicada a partir de la investigación en un libro escrito por Rosemary Sullivan.

La obra apunta que Van den Bergh murió de cáncer de garganta en 1950, y que habría conducido a la Gestapo al paradero de la familia Frank un 4 de agosto de 1944. Asimismo, en el libro se explica que el notario sabía del lugar exacto donde se escondían por su calidad de miembro del consejo judío en Ámsterdam, órgano administrativo que le daba acceso a una lista donde se detallaban los lugares en los que se escondían los judíos.

No obstante, estos datos publicados no son suficientes, entre otros, para el historiador holandés David Barnouw, autor de ¿Quién traicionó a Ana Frank?  (2003). Barnouw asegura que ya consideró la posibilidad de que Van den Bergh fuera el culpable pero la descartó porque solo había una prueba. Una nota anónima que apuntaba al notario y que el padre de la joven, Otto Frank, recibió tras la Segunda Guerra Mundial.

Por otra parte, se ha criticado que la investigación se haya mantenido bajo el más estricto secreto hasta que sus conclusiones fueron emitidas en el programa '60 minutos' del pasado domingo. En sus palabras, eso ha impedido que el libro sea revisado por expertos en la materia.

Descubren quién delató a Ana Frank a los nazis

Ana Frank.

Por su parte, Emile Schrijver, director del Jewish Cultural Quarter de Ámsterdam, está convencido de que “la evidencia es demasiado escasa” como para asegurar esta conclusión. “Es una acusación muy grave que se ha hecho valiéndose de muchas suposiciones. La realidad es que no se basa más que en un pequeño papel”.

Ronal Leopold, director de la Casa de Ana Frank, opina lo mismo que Schrijver. Aunque no niega que la información aportada por Pankoke es muy valiosa, pero sostiene que debe investigarse más a fondo y que, al menos por el momento, “no hay absolutamente ninguna base para llegar a una conclusión”. “Quedan muchas piezas del rompecabezas. Las listas que habría con el cabildo judío, la nota, el propio notario... todo debe investigarse para fortalecer la credibilidad de esta teoría”, explica.

Asimismo, la investigadora del Instituto NIOD para Estudios de Guerra, Holocausto y Genocidio, Laurien Vastenhout, no está tampoco de acuerdo, pues plantea la siguiente duda en cuanto a la lista mencionada: “¿Por qué las personas escondidas proporcionarían sus direcciones al consejo? No tiene ningún sentido. El libro está lleno de errores. Han acusado sin tener una evidencia real. Acusar a un judío de esta forma es como empezar de nuevo”.

Además, el investigador del Instituto Alemán de Ámsterdam Hanco Jürgens opina que “parece mucho más probable que el arresto fuera una coincidencia. Después de todo, cinco meses antes dos empleados habían sido arrestados por el comercio clandestino de cupones. Por lo tanto, podría ser igualmente un control regular que resultó con el descubrimiento del escondite. Pero esta teoría también se basa en suposiciones”.

Sin embargo, el exinvestigador del FBI sostiene que su equipo ha llegado a esta conclusión tras analizar una treintena de teorías más y la defiende a capa y espada ante las críticas que han surgido. “Estamos seguros al 85 – 90% de que fue él, es la teoría más plausible y tenemos evidencias de que así fue”, explicó el martes Pankoke.

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