28 de marzo de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

Primer festejo de toros de 2019 en la Monumental madrileña con gran afluencia de público

Domingo de Ramos en Las Ventas: Faltó raza, faltó alma en la corrida de Victorino Martín

/ Plaza 1

Plaza de Las Ventas. Corrida del Domingo de Ramos. Excelente entrada, casi tres cuartos. Toros de VICTORINO MARTÍN, serios, bien presentados, con cuajo y romana, salvo tercero, sin trapío. A destacar el encastado primero y el noble pero flojo quinto. En general faltos de fuerza y raza. Pitados en el arrastre.  FERNANDO ROBLEÑO. Espadazo caído perdiendo la muleta (silencio). Estocada caída (saludos). OCTAVIO CHACÓN. Tres pinchazos y estocada trasera tendida. Aviso. (silencio). Estocada trasera y descabello (palmas). PEPE MORAL. Metisaca en los bajos y estocada delantera y contraria (pitos). Cuatro pinchazos. Aviso. Seis descabellos (bronca).

Tenía ganas la gente de toros. Las Ventas registró una  de las mejores entradas en un Domingo de Ramos de los últimos tiempos. Y es que Victorino Martín, ese otrora legendario hierro, sigue atrayendo al aficionado y al público, quizás a la espera de un milagro donde volver a ver la casta y la bravura. Sin embargo, como ya es costumbre en la peligrosa deriva que esta ganadería está tomando, nada de ello ocurrió. Quizás el primero de la tarde, fuerte y encastado, nos trajo a la memoria aquellos toros gazapones, de mirada incierta , que pedían el carnet de torero al que se pusiera por delante. Pero el puyazo trasero del picador Javier González no ayudó en nada a la lidia de Fernando Robleño. Después de un soberbio par de banderillas de Jesús Romero que fue obligado a desmonterarse, el toro embistió con la cara muy alta y el madrileño, lejos de someterlo por abajo y torearlo después, se dejó vencer por la acometida peligrosa del animal. Un Robleño bajo de espíritu que sin embargo supo ver el buen pitón izquierdo del noble cuarto, de nombre “Verdadero”, ofreciendo al natural los mejores pases de la tarde, aunque muy escasos y aislados, dado el poco gas del Victorino, al que le sobró un puyazo.

Robleño en su primer toro

El capote de Octavio Chacón es oficio y torería. Recibió muy seguro al segundo de la tarde, sacándolo muy toreado a los medios donde quizá faltó una media que rematase la buena ejecución y que hubiese puesto a la plaza en pie. ¡Ay la cabeza…! Terció en quites con Moral, con no demasiada enjundia, destacando dos verónicas y una bellísima media del gaditano cargando la suerte. Con un toro parado y desrazado, el coletudo tuvo que poner todo de su parte, sacando algún pase meritorio aunque alargó la faena innecesariamente, recibiendo un aviso.

Faena periférica de Chacón y decepcionante imagen de Moral

Chacón resultó herido en la mano al entrar a matar y tuvo que correr turno para ser atendido en la enfermería. El quinto , que hizo de sexto, tuvo un comportamiento magnífico en el caballo, tomado dos varas muy largas y emocionantes, incluso derribando al picador Santiago Pérez en un tercio que puso al público venteño en pie. Sin embargo el toro sangró abundantemente y llegó prácticamente sin fuerza a la  muleta. Una verdadera pena pues el animal atesoraba clase en abundancia. Chacón estuvo muy periférico toda la faena, aliviándose con el pico en cada pase, pasando sin pena ni gloria.


Chacón fue operado de la mano en la misma plaza. Plaza 1

Más preocupante fue la imagen de Pepe Moral. En el primero de su lote, muy protestado por el público por su escasísimo trapío, tuvo que sufrir , al igual que toda la tarde, la funesta actuación de la caballería montada. Picado traserísimo, en la paletilla, embistió con la cara muy alta poniendo en serias dificultades al de Los Palacios que, quitándoselo de encima, lo pasaportó de manera horrorosa con un metisaca en los bajos.

 En el quinto, con un toro ensillado de mucho trapío y que volvió a ser picado bajo, ofreció un recital de posturas afectadísismas ante un animal muy noble pero desfondado. Hasta tal punto que se descalzó sorprendentemente (salvo algún problema podal que este cronista desconoce) para continuar toreando al hilo del pitón, lo que le valió el abucheo del respetable. Fue despedido con una sonora bronca.

COMPARTIR: