Jennifer Lopez lidera una historia original y con estilo en su última película, “Estafadoras de Wall Street”

Inspirada en hechos reales. Un grupo de bailarinas de striptease se une para estafar a sus clientes, ricos magnates de Wall Street. Cuando Elizabeth, una periodista del New York Magazine, comienza a investigar a las strippers, ellas verán peligrar su negocio y tendrán que afianzar su lealtad por encima de la envidia y la avaricia.

Encabezada por una directora poco conocida, el relato de unas strippers podía parecer una pobre apuesta comercial. Sin embargo, los productores consiguieron que el pase de la película en Toronto fuera unos días antes de su estreno. El boom tras su presencia en el festival más unas críticas desorbitadamente buenas pusieron a la titulada en inglés “Hustlers” no solo en el mapa, sino también en el segundo puesto de la taquilla norteamericana de ese fin de semana.

Los motivos son sencillos: es original y contiene algunos de los elementos tan populares del cine de gángsters de Scorsese como la narración en off, el protagonista anti-héroe, la banda sonora compuesta por canciones pop (en este caso de la década de los 2000") y la camaradería criminal. Incluso la estructura episódica de la historia nos recuerda al trabajo del director neoyorkino.

No por nada la han llamado la versión femenina de “Uno de los nuestros”. Además, “Estafadoras de Wall Street” no solo entra en el género de gángsters sino también en un género no oficial que es el de aquellas historias que contienen de fondo la crisis de 2008: “Mátalos suavemente”, “Margin Call” o “La Gran Apuesta”.

El elenco de "Estafadoras de Wall Street" es inmejorable. 

La inmersión en el particular mundo que habitan las protagonistas y el carisma del grupo principal la hacen muy entretenida. Especialmente López como esa líder imán del club de striptease. Su personaje, Ramona, nunca es caricaturizada y provoca lo que todo gran personaje secundario debería, que es hacernos querer que sea ella la protagonista.

Necesario remarcar una escena cameo de un artista de talla mundial, que hace de él mismo, entrando en el club de nuestras protagonistas.Se suma como otra película diferente del 2019 en la que el sello de la directora y guionista, Lorene Scafaria, queda bien marcado.