El Senado 'atrapa' la sede de la Santa Inquisición para dar cobijo a las comunidades autónomas

La próxima semana Cristina Narbona, vicepresidenta primera del Senado, visitará junto a los miembros de la Mesa la antigua sede de la Santa Inquisición. El motivo es evaluar el edifico que se convertirá en un anexo más de la Cámara Alta.

Se trata de un edificio de 1734 del arquitecto Ventura Rodríguez que albergó la sede del Consejo de la Suprema Inquisición hasta que el Santo Oficio fue abolido en 1834. Previamente intentó aboirse hasta en otras tres ocasiones: En 1808 con la llegada de las tropas napoleónicas a España, en 1813 por mandato de la Constitución de Cádiz del año anterior y por orden del Coronel Riego en 1820.

Sin embargo, esta institución terrible, símbolo como pocas del Antiguo Régimen, tuvo como su principal valedor al Rey Fernando VII. Cada vez que el monarca felón volvía al trono impulsaba de nuevo el Santo Oficio. Finalmente, fue abolida en 1834 por la Reina María Cristina, Regente de la entonces menor de edad Isabel II. La última ejecución del Santo Oficio tuvo lugar nueve años antes en Valencia. Se acusó al maestro de escuela Cayetano Ripoll de explicar a los niños las teorías deístas, una tendencia religiosa que había fructificado en la Europa de la Ilustración y que pretendía explicar la existencia de Dios desde perspectivas racionalistas y no como un dogma de fe. Ripoll fue ejecutado mediante el garrote vil el 26 de julio de 1825.

Edificio del Senado.

Tras el fin de su actividad jurídico-religiosa las paredes de ladrillo rojo y piedra de cantería de tres pisos de altura de este edificio albergaron la sede primero del Ministerio de Fomento para ser luego un hotel y una imprenta. En 1897 pasó a manos privadas convertido en el Convento de las Hermanas Reparadoras. En enero de 2008 fue adquirido por Patrimonio Nacional por 36 millones de euros tras un largo proceso de negociación y de trámites entre el Senado, la congregación de religiosas que vivían en el convento, el Ministerio de Economía y Hacienda y el propio Vaticano, que tuvo que dar el visto bueno a la operación al ser el edificio un bien de la Iglesia Católica.

Sin embargo, la crisis financiera que se desató sólo unos meses más tarde dio al traste con los planes de reforma que ahora serán retomados. El proyecto en su origen hace doce años incluía despachos para los senadores y funcionarios y salas para las distintas comunidades autónomas para reforzar así el papel territorial de la Cámara Alta.

Este histórico edificio se encuentra en la Calle Torija, número 14 a poco más de veinte metros de la sede del Senado en la Plaza de la Marina Española. Se cree que para unir ambos edificios se recurrirá a un sistema de túneles o una pasarela elevada.