29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

El veterano periodista de 'El País' era uno de los supervivientes de la etapa en la que el diario se acercó al PP de Mariano Rajoy

La nueva Prisa sigue limpiando al 'cebrianismo': El exdirector Antonio Caño es despedido

Antonio Caño. Foto: El País.
Antonio Caño. Foto: El País.
Antonio Caño lideró a 'El País' en la etapa en la que el periódico progresista se plegó a los intereses del Gobierno de Mariano Rajoy a cuenta de la deuda mastodóntica que Prisa tenía contraída con varias empresa sensibles al BOE como el Banco Santander. Ahora, Prisa lo ha despedido "por teléfono y con efecto inmediato" y su nombre ya suena como director del diario 'El Mundo' a partir de otoño, cuando tomaría el relevo a Francisco Rosell.

Antonio Caño ha emprendido el camino que tomaron anteriormente Alfonso Ussía o Fernando Sánchez-Dragó: confundir premeditadamente sus despidos, todos por cuestiones económicas, con severos ataques a la libertad de expresión.

A esta vieja guardia periodística le cuesta entender que sus atalayas literarias son casi invisibles en el torrente del mundo online y que sus millonarios emolumentos son difíciles de casar con las reconversiones del periodismo analógico al digital.

Cae Caño

Prisa sigue limpiando al 'cebrianismo' y el último en caer ha sido Antonio Caño, que dirigió El País en la etapa en la que la línea editorial del periódico progresista se plegó a los intereses del Gobierno de Mariano Rajoy.

Es evidente que El País era esclavo de la millonaria deuda de Prisa, que debía hasta la camisa a compañías hipersensibles al BOE como el Banco Santander. Y este hecho animó a Cebrián a situar como director del diario más leído de España a un conservador como Antonio Caño, que asegura que los últimos directores del diario (Soledad Gallego-Díaz y Javier Moreno) le han censurado.

El comunicado de Caño.

Caño aseguró ayer que considera "que este despido es por cuestiones ideológicas, ilegal y sin precedentes en la historia de Prisa. Durante mi etapa como director todos los anteriores directores tuvieron libertad plena para expresar sus opiniones en artículos y columnas". También afirma que su caída es "un atropello a la libertad de expresión".

Nota escueta de Prisa

Caño asegura que su último artículo, 'Algunas lecciones de Estados Unidos para la izquierda', no fue publicado en la versión impresa de El País (que no tiene obligación de publicarla). Y Prisa ayer reconoció que ha comunicado a Antonio Caño la extinción de su contrato con la compañía. Caño ejercía como asesor para la transformación digital de El País y publicaba un artículo mensual en la sección de Opinión.

Antonio Caño Barranco (Martos (Jaen), 1957) es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó en la agencia EFE y, en 1982, se incorporó a El País. Antes de ser director, ejerció como redactor jefe de Internacional, subdirector de la edición dominical y responsable de la sección de Investigación y análisis. Fue corresponsal en México y Centroamérica y en Washington, destino en el que estuvo más de una década.

                  El País. 

El 4 de mayo de 2014 fue nombrado director de El País. Estuvo en el cargo hasta el 8 de junio de 2018, fecha en la que Soledad Gallego-Díaz asumió la dirección.

Palos

Caños se centró en sus últimos artículos en la situación política de los Estados Unidos, pero también analizó la situación española. En diciembre de 2020 aseguró que "España, que tiene por delante al mismo tiempo una gigantesca crisis económica y una renovada crisis territorial, avanza hacia un futuro muy peligroso si no es capaz de sobreponerse al sectarismo que hoy nos trastorna".

Y añadió: "Sólo cuando una izquierda progresista y una derecha liberal estén dispuestas a entenderse y competir sin pretender la eliminación del rival, podrá nuestro país afrontar sus problemas en paz, como una vez hizo. Desgraciadamente, esto sólo parecen entenderlo desde hace tiempo Fernando Savater y cuatro más. Su discurso hace 20 años al recibir el Premio Sajarov para ¡Basta Ya! era un alegato lúcido contra la inoculación del odio en una mitad de la sociedad contra la otra. Esa estrategia, entonces casi circunscrita al País Vasco, ha echado raíces en todo el país".

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