Se cumplen 80 años de la muerte de Miguel Hernández, el poeta que antepuso sus ideas a la vida

El poeta Miguel Hernández falleció con tan solo 32 años de edad en la prisión de Alicante. Había sido víctima de las penurias y enfermedades de ser un preso republicano durante la Guerra Civil. Falleció de tuberculosis, una de las enfermedades más habituales entre los presos de las cárceles, a causa de la falta de higiene y atención médica en las prisiones. El poeta alicantino dejó un gran legado en la literatura y poesía española.Este 2022 se cumple el 80º aniversario de su muerte y numerosos partidos políticos han denunciado el olvido que sufre por parte de las instituciones hacia una de las figuras más relevantes de la literatura nacional.

El partido político Más Madrid ha tomado la determinación de honrar su memoria y el pasado sábado convocó un acto conmemorativo junto al monumento que le recuerda en el Parque del Oeste. “Más Madrid toma la iniciativa y le rinde homenaje antes de que finalice el año. El Sr. Almeida ha llegado a eliminar, recientemente, versos del poeta del memorial por las víctimas de la Guerra Civil. El verso borrado por Almeida rezaba un esperanzador “Soy como el árbol talado, que retoño”.

Homenaje a Miguel Hernández

En el 80º aniversario de su fallecimiento, el partido político Más Madrid ha decidido promover la conmemoración de esta efeméride antes de que el año 2022 llegue a su fin. El poeta fue una figura de especial relevancia literaria y maltratada al igual que otras personalidades culturales que siguieron y defendieron la ideología republicana durante la Guerra Civil española y la postguerra.

Miguel Hernández.

Aunque pasó por diversas prisiones y muchos de aquellos manuscritos que redactaba se perdieron, algunas de sus obras literarias han perdurado a lo largo del tiempo y de hecho, logró salir de prisión y continuar su obra gracias al dramaturgo y amigo Pablo Neruda. El poeta estuvo influenciado por los que él denominaba como “maestros” como Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Garcilaso de la Vega o Luis de Góngora. Para la literatura española, el poeta Miguel Hernández está a la altura de coetáneos como Federico García Lorca, Carmen Laforet, Rafael Alberti o Dámaso Alonso, de hecho fue el poeta madrileño quien le apodó “el genial epígono” de la generación del 27 . Durante sus viajes a Madrid, Miguel Hernández convive con muchos de los dramaturgos que había admirado y encuentra en la capital española una intelectualidad que no se daba en su tierra natal.

El poeta que antepuso sus ideas a la vida

Los que conocían a Miguel Hernández lo describían como “un hombre humano”. Hernández pasó por diversas etapas hasta llegar solo, decrépito y enfermo a la cárcel de Alicante. Desde su infancia se vió obligado a sobrevivir y cuidaba cabras en Orihuela. Al estallar la Guerra Civil española, no dudó en luchar en las trincheras junto al bando republicano y de hecho, aquellas vivencias junto a los soldados conformaron parte de su poesía. Es más, el poeta dió forma a lo que se conoce como Poesía Social, la cual tenía un alto componente reivindicativo. 

Gran parte de su obra refleja lo que para él fue formar parte de una España dividida y desgraciadamente, fue víctima del bando vencedor. Como muchos otros, fue encerrado en cárceles en los que los presos eran hacinados y se vieron obligados a luchar por sobrevivir.Entre sus obras principales figuran Nanas de la cebolla, Viento del pueblo, El hombre acecha, Cancionero y romancero de ausencias, El Rayo que no cesa o Perito en lunas. Miguel Hernández fue un poeta que antepuso sus ideas políticas a la propia vida y cuyo legado no pudo esconder el franquismo.