20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La escritora vuelve con una nueva novela, 'Cuando éramos ayer' (Planeta) en la que repasa la Barcelona de 1968 a 1992 a través de una madre y una hija

Pilar Eyre: "Iñaki Urdangarin lo contará todo y volverá al Barça, así lo quiere Laporta"

La periodista y escritora Pilar Eyre.
La periodista y escritora Pilar Eyre. / Jona Jaraba
Pilar Eyre es una de las autoras que cuenta con más lectores fieles. En sus novelas, el día a día se da la mano con la Historia oficial, la de los grandes nombres y acontecimientos. Como notaria de lo cotidiano, Eyre repasa en 'Como éramos ayer' (Planeta) la España que va de 1968 a los fastos del 92 y lo hace a través de una madre y una hija, Carmen y Silvia. Un drama familiar ambientado en la España que pasa de la dictadura a la modernidad.

En su nueva novela, Cuando éramos ayer (Planeta), Pilar Eyre vuelve a uno de sus ejercicios favoritos: contar la historia de España a través de las historias cotidianas. En este caso, sus protagonistas son Carmen y Silvia, madre e hija, pertenecientes a la burguesía catalana, que evolucionan al ritmo de un país que pasa de una agonizante pero todavía dura dictadura a una renqueante democracia que alcanza cierta idea de modernidad en los fastos del 92. Personajes vibrantes y tan reconocibles que no nos sorprendería verlos entrar por la puerta de un bar. Por supuesto, también hace un cameo el Rey Emérito. Una realidad, la de la Casa Real, que Eyre ha diseccionado en sus libros y reportajes y a la que debe no pocos éxitos profesionales y algunos disgustos. 

- ¿Hasta que punto su nuevo libro es heredero de tu anterior novela, Un perfecto caballero

- En esa novela contaba la generación de mis padres y en esta la mía. El marco es el mismo: mi ciudad, Barcelona. En este libro pasan cosas interesantísimas: la libertad sexual, la píldora... Siempre se cuentan los grandes acontecimientos. La vida cotidiana de las personas queda siempre más olvidada. Pasa lo mismo con la Movida, hay nombres que se olvidan, que nunca se citan. 

- Para muchos, una gran sorpresa al leer el libro va a ser descubrir las contradicciones de la lucha antifranquista. 

- Es que yo conocí todo eso. Los hijos de los exiliados llevaban Rolex y estudiaban aquí pero no querían definirse como burgueses. Además, el machismo estaba muy presente en la izquierda. El feminismo, era una cosa de señoritas ociosas. Había cosas muy importantes que tenían prioridad y el feminismo no lo era. Se instauró la libertad sexual pero les benefició a ellos. Antes tenían que prometer boda pero, desde ese momento, pudieron tener sexo sin tener que pagar y el acceso a la píldora supuso cargar sobre nosotras la obligación del control. 

- También hablas de la homofobia en la lucha antifranquista a través del personaje de Emilio. 

- Era una mascota. El personaje en el que se basa Emilio era igual que él. Se vino de Madrid y era un pco mayor que nuestra generación. Me enseñó mucho de literatura. Ni siquiera lo podía decir claramente. Se decía que era marica en voz baja. Los más concienciados decíamos homosexual. En el PCE a él no le dieron ni la opción de entrar. No podía hacer exhibición de su condición. Era admitido pero sin alardes de su vida privada. Recuerdo que una noche le pregunté directamente si era homosexual. Y él se sintió mal. No quería reconocerlo por lo que suponía. Las mujeres lo pasamos mal pero los homosexuales el doble de mal. 

Pilar Eyre con su último libro 'Cuando éramos ayer' (Planeta)/ Jona Jaraba. 

- Silvia en la novela es rechazada para entrar en el PSUC, lo mismo que te ocurrió a ti. 

- Sí. Al igual que ella hice todo el todo cursillo que era un tostonazo. Recuerdo que me tuve que leer un libro gordisímo, Capitalismo monopolista de Estado. No entendía nada pero casi me lo aprendí de memoria. Te hacían examen después. Pero me dijeron que no por frívola. Decían que iba mucho a la sala Zeleste, que me gustaba coquetear, que fumaba cosas que no eran tabaco.. Mi novio estaba dentro pero yo no. 

- También la burguesía y el catalanismo son diseccionados en la novela y no es que salgan bien parados.

- Hay dos tipos de burguesía en Cataluña: los franquistas y los catalanistas en el exilio que mandaban a sus hijos a estudiar a Cataluña. Ninguno de estos grupos  tenían nada que ver con los grupos antifranquistas ni con la izquierda. Los hijos de los del exilio fueron el germen del independentismo actual. Esa boda que aparece en el libro existió. Yo me sentí igual de desplazada que Silvia. Siempre he sido una outsider, alguien ajeno a lo que me rodeaba. No me sentía cómoda en mi clase social, pero tampoco del todo en la lucha antifranquista, en el periodista porque me sentía escritora, en la literatura porque venía del periodismo... Esa forma de no sentirme parte de un grupo me ha favorecido a la hora de escribir. 

- El paso por prisión de la protagonista es tremendo. Ni el PSUC ni otros la ayudan. 

-  Esas personas fueron las grandes olvidadas de la Transición. Ya pasaba en la posguerra con los anarquistas, que lo pasaban fatal porque no tenían un partido detrás. Por eso, Rafael, uno de los hombres de los que se enamora Silvia, comete acciones contra bancos, para que amigos antifranquistas que no militaban en ningún partido pudieran pagarse una defensa.

Pilar Eyre en su libro repasa la sociedad barcelonesa entre 1968 y 1992./ Joana Jaraba. 

- Según avanza el libro, la madre de Silvia, Carmen, va ganando peso y es el personaje que más evoluciona. ¿Fue deliberado?

- La verdadera revolución del libro es la de Carmen. Nació como un personaje secundario. Pero como me pasa siempre, por muchos esquemas que haga, los personajes siempre crecen y toman vida propia. Conforme iba redactando la novela me iba interesando más Carmen y cómo, perteneciendo a una generación anterior, se rebela contra el destino que le toca. A veces vemos a esas mujeres como señoras que sólo eran mujeres y madres, pero cuando tenían que enfrentarse a situaciones complicadas demostraban una capacidad resolutiva tremenda. Fíjate en las madres de la droga en Galicia o en las de la Plaza de Mayo en Argentina. 

"Creo que esto de Corinna [la demanda por presunto acoso] es lo más grave que le ha pasado a la Corona española y me han contado que Juan Carlos está por primera vez preocupado de verdad".

- En el libro aparece haciendo un cameo el Rey Emérito

- En mis libros siempre tiene que salir el Rey porque me da buena suerte. La escena está basada en algo que pasó realmente. En los Juegos Olímpicos de Barcelona estaba toda la Familia Real. En un restaurante estaba don Juan Carlos cogido de la mano con una mujer que no era la Reina y ella, a la que conocía de siempre, me saludó con naturalidad. Tenían esa sensación de impunidad porque sabían que yo no iba a poder contar esa anécdota en ningún medio de comunicación. 

- Desde 2005 has publicado varios libros de investigación sobre la Casa Real. ¿Qué precio se paga por eso?

- Muy alto. Me han hecho de todo: han intentado fastidiarme, despedirme, vetar mis libros... Me han hecho inspecciones de Hacienda y otras cosas que sé que han sido ellos, pero que no puedo demostrar y por eso prefiero no decirlas. 

- Muchos compañeros te han juzgado pero el tiempo te ha dado razón en muchas ocasiones. ¿Te molesta esa actitud de otros periodistas?

- Yo lo sé y ellos lo saben. Los compañeros, por mucho que intenten desmentir, sabían que yo tenía razón. Tengo la suerte de tener un director [Luis Pliego de Lecturas] que me arropa en momentos de desanimo. Mi hijo también. 

En su novela repasa la historia cotidiana sin olvidar los acontecimientos oficiales/ Joana Jaraba. 

- Una gran exclusiva de Elcierredigital.com fue la separación de Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina. A nosotros nos han contado que la cárcel lo ha cambiado mucho y que su intención es volver a la vida que tenía antes del 97. ¿Crees que es eso factible? 

- Sí, volverá al Barça. Todos me han dicho que quieren que venga. El equipo está acostumbrado a amparar a los jugadores como ocurrió, por ejemplo, con Julio Alberto. Lo hacen con todos los que están en un momento complicado. Él quiere volver y Laporta también. Además, se está preparando para ello. Creo que en Barcelona buscará  otro remedo de hogar con Ainhoa. Hay que dar el beneficio de la capacidad de reinserción. No me creo que tenga dinero escondido como dicen. Me han dicho que no tiene un duro y que la Infanta le paga hasta los billetes de avión. 

" [Felipe VI y Letizia] Han optado por un perfil tan bajo que no molestan y tampoco preocupan". 

- ¿Crees que hablará? 

- Sí, estoy segura y lo contará todo. Ya ha estado en dos o tres programas deportivos. Él tiene un gran amigo en los medios, Jordi Basté. Una de las cosas que hará es dar explicaciones en una entrevista. Esto lo tendrían que hacer. De una entrevista sales reforzado si eres inteligente. El Rey Emérito debería hacerlo también. No entiendo cómo no se dan cuenta desde los equipos de comunicación que los asesoran de que el silencio no les beneficia.  

- Sin embargo, el asunto del Emérito en Reino Unido tiene pinta de quedarse en nada. 

- Creo que esto de Corinna es lo más grave que le ha pasado a la Corona española. Me han contado que Juan Carlos está por primera vez preocupado de verdad. Me sorprende que aquí tomemos con humor y hasta frivolidad el hecho de que el que fue Jefe de Estado esté acusado de acoso y amenazas y le pidan orden de alejamiento. Puede que pase como tú dices pero, que eso se desgrane en un Juzgado es tremendo. Se conocerán conversaciones y situaciones que pueden dejar muy mal al Rey Emérito. No entiendo cómo sus abogados fueron tan triunfalistas cuando presentaron el recurso. Tendrá que haber un pacto extrajudicial porque sino el juicio puede ser tremendo para la imagen del Rey Juan Carlos. 

- ¿Crees que la monarquía de hoy es más opaca que la de los últimos años de Juan Carlos I?

- Sabemos los sueldos que reciben. Lo que no sabemos es qué hace Letizia los fines de semana o Leonor en Reino Unido. Pero sabemos que Felipe VI no ha hecho negocios con Putin ni con jeques, llevándose comisiones. Creo que Felipe y Letizia lo están haciendo muy bien. El debate monarquía o república es muy complicado y, por ahora, es mejor dejarlo así. Han optado por un perfil tan bajo que no molestan y tampoco preocupan. 

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