29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

En el décimo aniversario del 'arreglo' de Cecilia Giménez Zueco, los expertos alertan del peligro de dejar piezas tan preciadas en manos equivocadas

Los intentos de restauración que arruinaron obras de arte: Del Ecce Homo de Borja a la Virgen de Murillo

Ecce Homo.
Ecce Homo.
En el décimo aniversario de la restauración del Ecce Homo, Cecilia Giménez Zueco "lo volvería a intentar reparar". La mujer, aficionada a la pintura, que puso a la localidad zaragozana de Borja en el foco mediático ha recibido críticas feroces por su acción y, a pesar del desastre, será homenajeada por el Ayuntamiento de su pueblo en septiembre. El Ecce Homo de Borja solo es una de las restauraciones malogradas de obras de arte de gran valor artístico y cultural.

Un error sitúo hace diez años a una mujer de 91 años, natural de la localidad zaragozana de Borja, en el foco mediático. Cecilia Giménez Zueco, amante del arte y aficionada a la pintura, se ofreció como voluntaria para restaurar el óleo sobre yeso de 66x40 cm, pintado por Elías García Martínez, catedrático de la Escuela de Arte de Zaragoza. 

Nada podía hacer presagiar el revuelo que traería la restauración de la obra creada en 1930 inspirada en el Ecce Homo de Guido Reni. Una acción frustrada que sumió a Cecilia en una gran tristeza por las críticas feroces que recibió y las burlas en redes sociales pero que convirtió su 'restauración' en un auténtico fenómeno viral. A pesar de las detracciones, a día de hoy Cecilia “volvería a intentar repararlo”.

Cecilia Giménez Zueco, “la del Ecce homo”

Cecilia no podía imaginar que su afición a la pintura podría dar la vuelta al mundo. La restauración del Ecce Homo que realizó saltó al foco de la noticia en un periódico local aragonés en agosto de 2012, momento en el que ella se encontraba en un viaje del Imserso. A su vuelta, la mujer fue sometida a un juicio público, en cuya defensa argumentó “que no le habían dejado terminar la obra que empezó”.

La restauración a día de hoy es recordada por la autora “con alegría y tristeza”. La pintura, expuesta en el Santuario de la Misericordia, se ha convertido en un símbolo nacional y en concreto, de Borja. Desde su restauración, han sido miles de curiosos los que se han acercado hasta la pedanía para contemplar el Ecce Homo y, de paso, comprar diversos artículos como llaveros o dedales en recuerdo de la visita. 

Cecilia Giménez Zueco.

A causa del aniversario de la restauración, el Ayuntamiento de la localidad ha querido rendir homenaje a la Cecilia, quien actualmente vive en una residencia junto a su hijo, víctima de una parálisis cerebral, costeada a partir de los fondos recaudados por las visitas y gestionados por la Fundación Benéfica Sancti Spiritus. Desde agosto de 2012, Cecilia no ha dejado de recibir muestras de cariño y ha adquirido el apodo de Cecilia “la del Ecce homo”.

Los otros Ecce homo españoles

La historia de la malograda restauración del Ecce Homo no es la única en el ámbito artístico. En la localidad asturiana de Rañadoiro una mujer se ofreció a volver a pintar tres tallas de madera del siglo XV. La obra, que cuenta con un gran valor histórico, fue restaurada de manera particular. La encargada de llevar a cabo la restauración utilizó colores poco recomendables para pintar obras de tal antigüedad dando un resultado que fue tildado de “desastre”.

Imagen de las tallas.

Otro caso similar a la restauración del Ecce Homo, que también se convirtió en viral, fue la pintura de la talla de San Miguel Arcángel en el pueblo salmantino de Peñaranda de Bracamonte. La encargada de restaurar la obra fue una vecina que utilizó técnicas pictóricas inadecuadas para los materiales de la talla.  

Virgen de Murillo.

En Valencia, la restauración de una Virgen de Murillo del siglo XVII también alertó del peligro que supone dejar obras tan valiosas en manos inexpertas. Un coleccionista privado de arte, que tenía en su poder la pintura, puso en manos de un restaurador de muebles la obra, pagándole la cantidad de 1.200 euros. No se percató de que las consecuencias iban a ser irreversibles y la restauración resultó otro desastre a añadir a la lista de los Ecce Homo del arte español

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