03 de octubre de 2023
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FIN DE SEMANA

El más grave ocurrió en 1952 en Bonete donde murieron dos personas por el celuloide, un material muy inflamable usado en los rollos de películas

Incendios en el 'Paraiso': Los seis sucesos que hicieron arder salas de cine en Albacete

/Los seis sucesos que hicieron arder salas de cine en Albacete
/Los seis sucesos que hicieron arder salas de cine en Albacete
Albacete ha vivido hasta media docena de incendios en salas cinematográficas, pero ninguno de ellos tan pavoroso como el que se produjo en 1952 en Bonete, con la muerte de dos personas. José Fidel López relata en 'Cuentos de Cine' cómo se vivió aquel incendio, donde el humo y las llamas amenazaron al Teatro Cervantes de la calle Ancha, a una distribuidora de películas, a los cines de El Ballestero, a la Estación de Chinchilla, al Capitol y a las multisalas de Imaginalia.

Albacete ha vivido hasta media docena de incendios en salas cinematográficas, pero ninguno de ellos  tan pavoroso como el que tuvo lugar en 1952, en Bonete, que terminó con la trágica muerte de dos personas.

Según explica José Fidel López en Cuentos de Cine, el humo y las llamas amenazaron al Teatro Cervantes de la calle Ancha, a una distribuidora de películas, a los cines de El Ballestero, a la Estación de Chinchilla, al Capitol y a las multisalas de Imaginalia.

La labor de los proyeccionistas, jugándose la vida y evitando tragedias mayores, se ha repetido en la provincia en algunos de los incidentes registrados, recordando a Alfredo, el proyeccionista de la mítica 'Cinema Paradiso'.

Escenario de tragedias

Los cines también han sido escenario de tragedias a causa de películas en mal estado, un despiste o alguna imprudencia. Media docena de incidentes de cierta gravedad han pasado a la particular historia del cine de la provincia, aunque ninguno alcanzó los tintes de desgracia como el que se registró en Bonete en el inicio de 1952.

El celuloide, un material altamente inflamable del que se nutría el cine para convertir en fotografía en movimiento las historias más variopintas, podría sentarse en el imaginario banquillo de los acusados de un buen número de incendios en salas cinematográficas, en especial, en los primeros años de existencia del invento de los Hermanos Lumière y otros, como el discutido Thomas Edison

Arde el celuloide en 'Cinematográfica Valenciana'

En  los años 20 del siglo pasado, el cine dejó prácticamente de ser artesanía para convertirse en industria y muchos avezados empresarios se atrevían a meterse en un complicado negocio.

Así lo hizo el albaceteño César Dumont Collado, un adelantado a su tiempo que puso en marcha en 1920 su propia distribuidora de películas para suministrar a los cinematógrafos de la tierra, junto a otro popular hombre de negocios, Florentino Lorente. Una empresa que, con el tiempo, fue a más, y de su primer domicilio, en Alcalde Conangla, pasó al Paseo de Alfonso XII, el actual Paseo de la Libertad.

Anuncio de Cinematográfica Valenciana.

En 1927 la actividad en las oficinas de Cinematográfica Valenciana, nombre de la empresa en cuestión, era incesante. Sin embargo, el sábado 12 de febrero, estas dependencias se vieron afectadas por un grave incendio.

Reseña del incendio en el periódico de la época.

En el momento del fuego se encontraban trabajando en estas dependencias el hermano del representante de dicha casa cinematográfica, de nombre Óscar Sánchez, acompañado de un joven que le ayudaba en la labor de revisar las películas.

Los primeros en llegar al lugar del siniestro fueron guardias de seguridad, que pudieron abrir la puerta de la oficina y socorrer a los ocupantes de las dependencias de la distribuidora. Con el paso de los minutos se incorporó personal de vigilancia y hasta agentes municipales. 

Fuego en el cine de extraperlo en la Estación de Chinchilla

Los años se sucedieron y el siguiente incidente con fuego de por medio llegó en los años 50. La pericia del proyeccionista evitó una sesión de cine con final fatal. Todo sucedía en el invierno de 1951, cuando el cine de la Estación de Chinchilla proyectaba, como en otras ocasiones, una película de estreno. 

La nave de la Estación de Chinchilla apenas conserva los restos de lo que fue en su momento, un cine.

Sin embargo, uno de esos días de estreno, de sillas de enea, de ladrillos que habían pasado por el sagato para convertirse en calefactores improvisados y de caramelos caseros, llegó el sobresalto. La historia fue descubierta por el escritor Arturo Tendero. Ese día de invierno de frío siberiano tocaba ver Caravana de mujeres. Todo iba bien hasta que, de pronto, apareció una mancha en uno de los márgenes de la pantalla, un agujero negro que creció rápidamente hasta devorar el plano.

Cartel de la película "Caravana de mujeres".

Este cine de extraperlo dejó de serlo; pasando a convertirse en una sala de reposiciones. Pero de nuevo, la habilidad del proyeccionista evitó males mayores, un final trágico.

'La pequeña madrecita' que llevó la tragedia a Bonete

Unos meses después, y no muy lejos de allí, se produjo otro incendio de fatales consecuencias esta vez. Fue el 1 de enero de 1952, en Bonete, y costó la vida a dos personas, además de numerosos heridos.

Titular de la noticia aparecida en el diario 'Albacete'.

El diario Albacete publicó el 2 de enero una amplia crónica de lo sucedido bajo el título de "Trágico suceso en Bonete". Apenas unas horas antes, sobre la una de la madrugada de ese fatídico día de Año Nuevo, y mientras se celebraba una sesión en el Cine María Victoria, durante la proyección, de repente, un mal contacto de la cinta con los carbones de la máquina provocó una explosión seguida del incendio de los rollos del film en la cabina del operador, situada en el piso alto de la sala, donde estaba la entrada general.

Imagen del local que acogía el cine de Bonete ('Bonete, una historia desapercibida', de Benjamín Egido).

El proyeccionista dio la voz de alarma y se arrojó por una ventana de la cabina que daba a un patio, pero sin sufrir daño alguno y entre el público de la zona de general, formado aproximadamente por un centenar de personas. Esta situación provocó un pánico extremo, "lo que generó una peligrosa aglomeración al pretender todos ganar la escalera que conduce a la puerta de salida al mismo tiempo", señalaba la crónica periodística, que no ahorraba apenas detalles.

Al caer los primeros espectadores que buscaban la salida, "se produjo un taponamiento trágico, ya que quedó obstruida la escalera, siendo causa esencial de la catástrofe el terror de dichos espectadores de la entrada general que se atropellaron mutuamente".

A consecuencia de la  aglomeración, resultaron muertos en el acto un hombre de 68 años de edad, casado y alguacil del Ayuntamiento, quien pretendió poner orden entre quienes que bajaban por la escalera, siendo arrollado por la masa de público, perdiendo también la vida una niña de 15 años de edad.

El balance, una decena de heridos de gravedad que fueron evacuados al Hospital Provincial, donde recibieron la asistencia sanitaria necesaria; además, otras tantas personas también sufrieron heridas de menor consideración, por lo que una vez atendidos, regresaron a sus domicilios.

El suceso provocó ipso facto la movilización general de las instituciones y sus responsables. Así, el por entonces gobernador civil en la provincia, Francisco Rodríguez Acosta, se trasladó inmediatamente a Bonete, visitando el lugar de la desgracia, cambiando impresiones con las autoridades locales e interesándose por el estado de los heridos. 

Cartel de la película cuyo mal estado pudo estar detrás del incendio del cine.

En cuestión de pocas horas, se reunieron miles de pesetas para los afectados del incendio en el que, tras la investigación pertinente, no se encontró responsable penal de lo acaecido en aquella noche de programa doble en el día de Año Nuevo, y en la que pasó a la historia la película La pequeña madrecita, distribuida por la empresa Cicosa, y que se encontraba en estado deficiente, según declaró el proyeccionista, José Antonio Egido, de 31 años de edad entonces.

La desgracia se produjo cuando el operario manipulaba el último rollo de esta cinta mejicana de 1944, dirigida por Joselito Rodríguez y que contaba en el reparto con Evita Muñoz ChachitaNarciso BusquetsAnita Blanch y Titina Romay.

Según contó el propio proyeccionista, el incendio fue provocado por el mal estado de la cinta. "Se paró el motor que acciona la máquina de un modo repentino", por lo que el fuego comenzó a apoderarse de celuloide, pero "rápidamente" cerró la ventanilla de foco de la máquina, dio luz a la sala y accionó el interruptor del motor para desconectarlo de la corriente y, acto seguido, cortó la película y apagó con un trapo la cinta incendiada, mientras comenzó a arder el rollo que se encontraba en el bombo superior. Entró y salió de la cabina con el propósito de que se abriera la puerta de salida del local, sin generar alarma, consciente de la tragedia que podía provocar el alboroto. Pero ni siquiera que pusiera su vida en juego evitó lo que, instantes después sucedió. Sin duda, un valiente que hizo del cine buena parte de su vida y cuya acción evitó que la desgracia fuera todavía mayor.

Un incendio en El Ballestero que recorrió toda España

Seguimos en la década de los 50 del siglo pasado, en los primeros días de 1956. De nuevo, un incendio en un cine de la provincia, en concreto, en El Ballestero. Las crónicas de agencia hicieron que la noticia corriera como la pólvora por la prensa nacional. "Heridos por alarma en un cine de Albacete", decía el titular del diario Imperio Diario de Zamora, reproduciendo un teletipo de Cifra.

Durante una proyección en el cine de esta localidad, el público advirtió que por la ventanilla de la cabina de proyección salía una abundante humareda consecuencia de un incendio. Lógicamente, las voces de alarma provocaron que los asistentes se precipitaran en tropel en busca de la salida, y la confusión acabó con algunos lesionados, afortunadamente, de poca importancia.

Recorte de la noticia que aparecía sobre el suceso en el periódico.

En este caso, de nuevo fue el equipo de cabina el que peor parado salió. De hecho, los operadores fueron encontrados dentro del habitáculo sin conocimiento y con síntomas de asfixia, pero tras ser atendidos por los equipos sanitarios, fueron dados de alta. 

Arde el vestíbulo del 'Capitol'

Seguimos con esta película que bien podría llamarse Pánico en el cine, en este caso, en el Cine Capitol, en la sala que acoge en la actualidad la Filmoteca de Albacete.  En la madrugada del 31 de marzo de 1983 un incendio en el vestíbulo disparó todas las alarmas, fuego que no pasó de ahí, es decir, que no alcanzó al patio de butacas. El desastre hubiera sido monumental.

Cartel de la película que se proyectaba en el Cine Capitol.

Se proyectaba la cinta de Walt DisneyAhí va ese bólido, y al parecer, una colilla mal apagada fue el origen de que en menos de un cuarto de hora ardiera todo el vestíbulo que, por aquel entonces estaba revestido de moqueta, según recuerda el libro La aventura del cine. 

El último incendio

El 3 de marzo de 2016, finalizado el último pase en los Multicines Yelmo del Centro Comercial Imaginalia, en cuestión de minutos terminó calcinada una de las salas, la número 12. Alrededor de un centenar de personas fueron desalojadas tras declararse el fuego en torno a las 23.40 horas. Rápidamente se puso en marcha todo el dispositivo, desplazándose hasta el lugar del siniestro dos turnos completos de bomberos, en torno a 25 personas, junto a agentes de la Policía Local y personal de emergencias.

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