Los 'juguetes rotos de Disney': De Aaron Carter a Lindsay Lohan, los jóvenes víctimas de la factoría

El cantante y actor Aaron Carter, hermano de Nick Carter, uno de los miembros de la banda de pop adolescente Backstreet Boys, falleció el pasado sábado, 5 de noviembre, en su residencia de la ciudad de Lancaster (Los Ángeles) a la edad de 34 años. El cuerpo del intérprete fue hallado sin vida en el interior de una bañera, lo que hace pensar que la muerte se produjo por ahogamiento.

Desde hace varios años, Aaron sufría problemas de adicciones y alcohol, por lo que tuvo que ser ingresado en diversas ocasiones en la clínica de rehabilitación Betty Ford. Además de la dependencia de sustancias, el artista estadounidense sufría trastornos de ansiedad, esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión.

Los hermanos Carter, Nick y Aaron.

Aunque los hermanos Carter han tenido una relación complicada a lo largo de los años, con varios episodios violentos, en su perfil personal de la red social Instagram Nick ha colgado una fotografía de ambos afirmando que “su corazón está roto” y que "Ahora finalmente puedes tener la paz que nunca pudiste encontrar aquí en la tierra... Te amo hermanito”.

Sin embargo, esta no es la primera vez que la droga golpea mortalmente a la familia Carter, pues su hermana Leslie falleció a los 25 años víctima de una sobredosis.

Aaron Carter formaba parte de la Generación Disney, que cosechó un gran éxito durante la década de los dosmil. Coincidió con jóvenes como Hilary Duff o Amanda Bynes y aunque llegó a lo más alto, lo cierto es que también descendió a los infiernos, al igual que ocurrió con otros muchos de los niños que pasaron a la posteridad.

Drogas, detenciones y alcoholismo: La problemática de muchos chicos Disney

Durante la década de los noventa, Disney comenzó a explotar la imagen de niños y jóvenes estrellas de las principales producciones de la compañía. El canal televisivo Disney Channel se encontraba en auge y entre otros formatos, emitía películas familiares, como Tú a Londres y yo a California (1999).

Aquella película fue el lanzamiento al estrellato de la pequeña Lindsay Lohan, que se convirtió en uno de los rostros más cotizados del canal de televisión. Lohan protagonizó varias películas desde pequeña, lo que le valió para ganar popularidad y vivir en primera persona el estilo de vida de Hollywood.

Pero este estilo de vida no le fue favorable ya que empezó a coquetear con las drogas, implicarse en peleas y mantener ciertos problemas con su familia. Ha sido detenida en varias ocasiones y sufrió agresiones por parte de su expareja, el millonario ruso Egor Tarabasov. Tras los escándalos mediáticos en los que se vio implicada, la actriz neoyorquina decidió alejarse de los escenarios y comenzar una nueva vida lejos de los excesos.

La actriz Lindsay Lohan.

Otro caso fue la trilogía High School Musical, una de las grandes producciones del estudio californiano. Sus actores tuvieron que lidiar con la fama y la presión mediática desde el estreno de la primera cinta. Fue a lo largo de aquellos rodajes donde surgió el amor entre dos de sus protagonistas, los intérpretes Zac Efron y Vanessa Hugdens, quienes vivieron enamorados durante seis años.

Sin embargo, lo que parecía un romance idílico no era más que una relación tóxica y destructiva. La actriz, quien no soportaba los celos que le provocaba Efron, afirmó tras su ruptura que “aquella relación la convirtió en mala persona”. Tras el final de su romance, la joven sufrió trastornos alimenticios y, al igual que su expareja, ingresó en una clínica de rehabilitación por problemas con el alcohol.

Los intérpretes Vanessa Hugdens y Zac Efron.

Al igual que Lohan, Joe Jonas, uno de los integrantes de la banda juvenil Jonas Brothers también coqueteó con las drogas. De hecho, fueron sus compañeras y también intérpretes Miley Cyrus y Demi Lovato quienes le incitaron a consumir estupefacientes. Con Lovato mantuvo una relación amorosa autodestructiva. El cantante confesó años más tarde que “tuve que ver sus idas y venidas con lo que luchaba, como el abuso con las drogas”.

Con el paso de los años, aquellos jóvenes que crecieron en la compañía han afirmado que aunque están recuperados, coinciden en la idea de que formar parte de la Factoría Disney te puede pasar factura.