28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

La productora de 88 años, íntima de Juan Carlos I y nieta del fundador del evento, se queja de que "el concepto de estrella ya no existe"

Marina Cicogna, heredera del Festival de Venecia: "Las redes vulgarizan lo antes mágico"

El Cierre Digital en La condesa Marina Cicogna.
La condesa Marina Cicogna. / Nieta del conde Giuseppe Volpi, fundador del Festival de Cine de Venecia. Foto: Gucci.
Marina Cicogna, heredera del fundador del Festival de Venecia, el conde conde Giuseppe Volpi de Misurata habla de los cambios que ha experimentado el evento a lo largo de los años. La laureada productora de 88 años es muy crítica al expresar que "el concepto de estrella ya no existe", pues los nombres de estos "se olvidan rápido". Además, la íntima del Emérito Juan Carlos I asegura que "las redes sociales vulgarizan lo que antes era mágico" del Festival de Cine de Venecia.

Hace noventa años el Festival de Cine de Venecia celebró su primera edición. Durante estos días en los que se habla más sobre el estilismo de los invitados vip que de las películas, hay que rememorar a un gran hombre que apostó por la cultura.

El conde Giuseppe Volpi de Misurata quiso hacer frente a la influencia yanqui en el cine con la creación, junto a Luciano de Feo (periodista) y Antonio Maraini (escultor), de un festival que promoviera el arte italiano. Lo que no se imaginaba es que el Festival se convertiría, con el paso del tiempo, no ya en el más antiguo del mundo sino en uno de los más prestigiosos.

El I conde de Misurata se lo podía permitir. Estaba protegido por Mussolini. Había sido el primer gobernador de la Tripolitana italiana (1921-1925), ministro de finanzas (1925-1928) y amasó una considerable fortuna al proveer de electricidad a las regiones de El Véneto (su capital es Venecia) y Emilia-Romagna (su capital es Bolonia), esta última tierra de Copérnico, Eco y la Carrà; impulsó varias líneas ferroviarias como hicieron en la Edad Dorada americana los Vanderbilt o los Carnegie.

Los inicios nada tienen que ver con la pomposidad de la actualidad. Bautizado como la Mostra Internazionale d’Arte Cinematografica della Biennale di Venezia, la primera edición tuvo lugar en la terraza del hotel Excelsior, donde el aristócrata puso una gran pantalla donde se proyectó la primera película, El hombre y el monstruo, protagonizada por Miriam Hopkins y Frederic March.

El Festival de Cine de Venecia, 'víctima' de las redes

La nieta del I conde de Misurata, la condesa Marina Cicogna –íntima del rey Emérito Juan Carlos I–, heredó su pasión por el arte, en particular por el cine y la fotografía. A sus 88 años sigue eclipsando con su elegancia e inteligencia a cualquiera que se acerque a su estilizada figura. Hablar con ella es sumergirse en un mundo inenarrable y pretérito. Se muestra muy crítica: “Lamentablemente las redes sociales se han encargado de vulgarizar lo que antes era mágico, glamuroso y con estilo. El concepto de estrella ya no existe. Hay starlets que aparecen y desaparecen, es fácil olvidarse de sus nombres, pero todos recuerdan a Audrey Hepburn, Rock Hudson o Greta Garbo porque poseían rasgos que les hacían irrepetibles”, afirma a elcierredigital.com.

Obviamente, su infancia quedó envuelta en celulosa. Para ella era normal ver a la aristocracia hollywoodiense, pero cuando conoció en Roma a David O. Selznick -productor de su filme favorito, Lo que el viento se llevó (1939)-, que estaba tras el proyecto de Estación Termini (1953), protagonizado por su esposa, Jennifer Jones y Montgomery Clift, decidió involucrarse en el séptimo arte. Durante un tiempo fue la productora más poderosa de Europa y financió a Luis Buñuel con Belle de Jour (1967), ganadora del León de oro en el Festival de ‘su familia’.

Nacida en el Palazzo Volpi de la Via del Quirinal de Roma, de donde obtiene su nombre el galardón al mejor actor y mejor actriz de la Mostra (Penélope Cruz y Javier Bardem tienen tres premios en casa), la condesa Cicogna creó su propio star system a medida que fue creciendo. Intimó con Agnelli, Churchill, Onassis de quien afirma que “era muy educado, llano y políglota"; de su amante, María Callas, asegura que “era tremendamente aburrida” y de su queridísima Greta Garbo, a quien fotografió en bañador en el yate Christina del armador griego: “Era todo lo contrario a la idea preconcebida que tenía la gente. Fue una mujer muy simpática, tremendamente divertida y educada y sí, alérgica a la fama. No le daba importancia. De verdad, era muy normal”, puntualiza.

El Festival de cine de Venecia es toda una institución. Aunque con el paso del tiempo se ha ido abaratando, quizá desde que pisaron la alfombra roja gentes ajenas al Séptimo Arte, como Nieves Álvarez -sí, le da su toque de glamur- y las influencers Jessica Goicoechea y Georgina Rodríguez, que en la edición actual su porte choni ha vuelto a captar la atención de los flases. La condesa Cicogna tiene razón. Es la era de la vulgarización.

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