24 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La rumbera conocida como 'la Pipa' tiene 73 años y disfruta de la vida y de su nieta después de una vida de éxitos, dolor y enfermedad

María Jiménez: Ahora alejada del foco mediático y comprometida contra el maltrato a la mujer

El Cierre Digital en María Jiménez.
María Jiménez.
La cantante de rumbas María Jiménez ha arrojado un éxito tras otro en el panorama musical. Ahora, con 73 años, vive alejada del foco mediático, disfrutando de la vida y de su nieta. Además de haber saboreado las mieles con singles como 'Se acabó' o 'La lista de la compra', la cantante sabe bien lo que es la enfermedad y el dolor. Casada dos veces y con dos hijos, perdió a la primogénita en un accidente de coche.

María Jiménez ha vuelto a la música de la mano de uno de los grandes artistas de al actualidad, Miguel Poveda.  Que felicidad la mía  es el tema que han grabado juntos y la cantante los considera "su vuelta a la vida" después de los problemas de salud que hace unos meses hicieron temer por su vida. La folclórica fue intervenida el pasado mes de mayo en el Hospital de San Rafael de Cádiz por un problema en el aparato digestivo. 

Los rumores obligaron al hijo de la artista, Alejandro Sancho nacido de su matrimonio con Pepe Sancho, a aparecer en los medios para quitar hierro al asunto. “La operaron el miércoles de una operación gastrointestinal, una obstrucción. A lo largo de la semana ha ido evolucionando. Lentito, pasito a pasito, pero adelante. No es un tumor ni nada cancerígeno, que era el primer miedo que teníamos. Es una inflamación de la tripa. Pues simplemente se hizo la previa operación, se quitó ese trozo. Se sabe que no hay que volver a operar ni volver a limpiar. Simplemente hay que dejar que baje la inflamación y drenar”, explicó ante las cámaras del programa Aquí hay madroño de Telemadrid.

La folklórica de la Transición

María Jiménez (Sevilla, 1950) llegó a la fama después de muchos años quemándose de tablao en tablao desde los 15 años. Trianera de nacimiento, se hizo artista en Barcelona. Llegó a la ciudad como tantas otras mujeres-niñas que desde zonas más desfavorecidas se trasplantaban a una gran urbe para trabajar como lo que hoy decimos asistentas y entonces se decía ‘chacha’.

Un golpe de suerte hizo que acabara bailando en el Villa Rosa, un tablao de la Ciudad Condal. De ahí pasó a su Sevilla natal, donde con 18 años tendría a su hija Rocío. Además de su edad, María era soltera, todo un escándalo para la pacata sociedad de la época.

De allí se fue a Madrid y se quemó el cobre en Las Brujas donde se ganó el mote de ‘La Pipa’. El éxito le vino de forma sorpresiva cuando se cruzó en su camino el cineasta, productor discográfico y buscavidas Gonzalo García Pelayo. A partir de ahí sus canciones Se acabó, Háblame en la cama Con golpes en el pecho fueron grandes éxitos de ventas y dio el salto a grabar versiones particulares de rancheras, su verdadera pasión y hasta un disco de sevillanas. Los últimos 70 y los primeros 80 fueron sus años dorados.

Una relación tormentosa con Pepe Sancho

En 1980 su fama su sumó a la de Pepe Sancho, actor entonces de moda por encarnar a El Estudiante en Curro Jiménez. Dada la popularidad de ambos no era de extrañar que la boda en Sevilla fuera un acontecimiento de esos que llamaban la atención a la gente que casi tomó la catedral de la ciudad hispalense. El acontecimiento fue noticia obligada en las revistas del corazón de las que ya no desaparecerían nunca.

Boda de María Jiménez y Pepe Sancho en 1980. 

María poco a poco fue alejándose de la imagen de sex symbol que había tenido en la Transición. No fue la folclórica al uso. Sus letras y su forma de vestir rompieron con la imagen de la copla y hasta acabó compitiendo con Rocío Jurado por ver quién mostraba más generoso escote.

En los ochenta el matrimonio protagonizó y produjo un programa, El tren, y una película, Perdóname, amor,  que no dieron un duro y que hicieron que la pareja pasase apuros económicos que solventaron con la venta de exclusivas. El actor y la tonadillera, que tuvieron a su hijo Alejandro en 1983, se acabaron separando en 1984 y su ruptura fue, como no podía ser menos, sonada.

Un año después María vivió el peor momento de su vida: el fallecimiento de su hija Rocío en un accidente. Esto le generó una depresión y se alejó durante años del mundo del espectáculo. En 1987 el acercamiento entre Pepe y María se cristalizó en una nueva boda. Fue en Costa Rica donde el actor estaba rodando El Dorado junto a Carlos Saura. Cuatro años después renovarían votos, pero por el rito budista, sumándose así a una de las tendencias habituales de los famosos en aquella época: las bodas exóticas. Por supuesto, hubo exclusiva de por medio.

La carrera musical de María vivió unos años de oscurantismo y los pocos álbumes que grabó pasaron desapercibidos. Su carrera quedó supeditada a la de Pepe, junto al que se retrataba en estrenos y otros eventos. Incluso se animó a participar como actriz en alguna serie de televisión como Todos los hombres son iguales. En 2001 volvió a las listas de éxitos gracias a La Cabra Mecánica. Un año después tuvo el gran disco de su vida Donde más duele, en el que ponía en su voz las mejores canciones de Joaquín Sabina. El disco la devolvió a la actualidad musical y recuperó una popularidad perdida en su día. A este disco le siguieron dos más de versiones e incluso sustituyó a Jesús Quintero en su horario estelar en Canal Sur con el programa Bienaventurados.

Sin embargo, este éxito profesional vino acompañado de una mala época personal. En 2002 una infidelidad pública acabó con su matrimonio después de 22 años. La guerra mediática se desató y ambos se despacharon a gusto. Especialmente, María en su libro Calla canalla. La acusación de malos tratos y varias demandas acabaron con el antaño matrimonio viéndose las caras en los tribunales. Pepe Sancho rehizo su vida con la escritora Reyes Monforte y María se fue alejando paulatinamente de los focos. De manera puntual ha visitado distintos programas de televisión donde revalidaba su título de señora de armas tomar. 

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