16 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El que fuera uno de los empresarios más importantes del mundo circense se vió obligado a vender su imperio a su gran amigo Rainero III de Mónaco

El último mítico domador de circo: Así es la vida del francés James Carrington en Mallorca

/ El domador James Carrington.
El domador francés James Carrington lleva más de 30 años retirado del mundo del espectáculo circense. Aunque se vio obligado a vender su negocio –ahora Circo Mónaco– a Rainero de Mónaco, Carrington es todavía conocido como uno de los empresarios del circo más importantes del globo. Por ello, sus vecinos de Santa María en Mallorca –donde vive ahora– solicitan que se ponga una calle con su nombre en la localidad para grabar su gran legado para siempre.

Cuando James Carrington pasea por la calle llama la atención por sus estravagantes camisas y por los los llamativos colores de las gafas que siempre lleva puestas. Pero pocas personas saben que detrás de esta figura se esconde uno de los más importantes empresarios mundiales del circo, además de un artista que siempre estuvo enamorado, y sigue estándolo, de los animales.

Y es que James Carrington vive ahora en Mallorca, pero ha pasado media vida en el circo, no solo como artista, sino también como empresario. Llegó a dirigir dos circos, que iban actuando en las principales ciudades de Europa, llenando siempre las pistas por la calidad del espectáculo que ofrecían. Y gracias a este trabajo este ciudadano francés llegó a tener a su cargo hasta 300 empleados.

Sin embargo, y por problemas ajenos, no tuvo más remedio que deshacerse de su negocio y se vio obligado a vender sus animales, que formaron parte de la estructura de lo que hoy en día es el circo de Mónaco, el más importante del mundo. Han pasado más de 30 años desde entonces, pero no hay día en el que no sienta añoranza de este apasionante mundo que tuvo que dejar atrás.

Y es que este extravagante ciudadano francés es de esas pocas personas con la valentía de encerrarse en una jaula con más de una docena de leones y tigres salvajes, a los que logra domesticar para que cumplan sus órdenes. Porque para ser domador de circo es necesario contar con unas cualidades muy especiales y no me estoy refiriendo solo a la valentía, sino también a conocer muy bien la reacción de cada animal salvaje y convencerle de que cumpla las órdenes que le marca con la vara.

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Cartel que anuncia al domador James Carrington.

Para lograr este objetivo detrás hay miles de horas de trabajo con cada animal, una labor que pocas personas ven y que solo se contempla cuando el domador sale a la pista y se encierra con los leones. A veces, porque se trata de una profesión de peligro, se producen accidentes, pero aún el domador no guarda rencor a ninguno de los leones que le atacó. Al contrario, siempre dice que la culpa fue siempre suya, por haberse despistado en un momento determinado del espectáculo.

Carrington, un joven y talentoso domador

James era muy joven cuando entró en el mundo del circo. Ni siquiera había cumplido la mayoría de edad. De su padre, que era mago, heredó el amor por la cultura y el espectáculo y cuando apenas tenía 17 años decidió convertirse en fakir, compaginándolo con algunos actuaciones en las que actuaba de payaso. Pero a medida que iba creciendo como artista consiguió comprar su primer circo. Lo llamó Circo Carrington, que en poco tiempo lo convirtió en el más importante de Europa.

Este artista francés también fue uno de los grandes protagonistas de la época dorada de Mónaco. Y tuvo la fortuna de entablar una profunda amistad con el ya desaparecido príncipe Rainiero de Mónaco y con su esposa Grace Kelly. Y es que la pareja monaguesca sentía una auténtica pasión por el espectáculo del circo, y por ello siempre quiso tener una estrecha relación, e incluso una profunda amistad, con los artistas que destacaban en este apasionado mundo del espectáculo. Y entre los que más destacaba era el joven domador francés.

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Grace Kelly junto a James Carrington.

James Carrington vive ahora apartado del circo. Reside en una casa de Santa María, pero no hay rincón de la casa donde no se recuerde su pasado como domador y empresario del circo. Su vivienda está repleta de fotografías y de carteles colgados, donde se puede observar su brillante pasado como artista. Y cada vez que puede se muestra orgulloso de mostrar las viejas fotografías donde se le ve en pleno espectáculo o recibiendo premios de la mano de Grace Kelly, sin olvidar las imágenes acompañado del entonces príncipe de Mónaco.

En un momento de dificultad, perseguido por el estado francés, su amistad con Rainiero le permitió superar esta época que él recuerda con tristeza, porque supuso abandonar su pasión que era seguir en el mundo del espectáculo. Se vio obligado a vender el circo y fue el propio monarca de Mónaco el que le compró, no solo todas las instalaciones, sino sobre todo los animales. Fue la base de lo que hoy en día representa el circo de Mónaco, creado por el propio Rainiero, que hoy en día es el más importante del mundo.

Pero al dejar el mundo del circo, el domador tuvo que buscar un nuevo futuro, que encontró en Mallorca, donde se siente encantado y muy querido por la gente, sobre todo con sus vecinos de Santa Maria. Y es que hay muchos residentes de este pueblo que considera que James Carrington merece que se le dedique una calle a su nombre, porque no hay muchas zonas que puedan presumir de contar entre sus vecinos con uno de los principales domadores que ha marcado la historia del circo en Europa.

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Los amigos Bruno da Silva y James Carrington en casa del domador.

Quien escribe estas líneas ha tenido la suerte y el honor de pasar muchas horas junto a James Carrington. Su amistad es muy profunda y puede presumir de ser el mejor amigo que tiene en Mallorca. No sabemos si en broma o en serio, pero muchas veces comenta que le quiere como si fuera un hijo. Está convencido de lo dice de corazón, pero en cualquier caso demuestra la fuerte amistad que les une y que les mantiene uno cerca del otro.

Y que para James la amistad es uno de los principales pilares de su vida, que todavía se siguen sosteniendo por su incondicional amor por el circo. Y es que este artista no puede pasar un solo sin estar acompañado por alguno de sus animales, porque a todos ellos los sigue tratando igual que cuando trabajaba en el circo, aunque ya hace años que no tiene contacto ni con leones ni tigres.

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