29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

La psicóloga madrileña ha publicado su nuevo libro 'Saber que se puede. Perdona. Agradece. Confía' en el que "cuenta anécdotas que van a sorprender"

Irene Villa, escritora y víctima de ETA: "Perdonar es crucial para tener una vida plena y feliz”

El Cierre Digital en Montaje sobre la portada del libro de Irene Villa.
Montaje sobre la portada del libro de Irene Villa.
Irene Villa González (Madrid, 21 de noviembre de 1978) es escritora, psicóloga, conferenciante y periodista de prensa escrita y radio, además de deportista de esquí alpino adaptado. El 17 de octubre de 1991, con doce años de edad, sufrió un grave atentado de la banda terrorista ETA con coche bomba. Perdió las dos piernas y tres dedos de la mano izquierda. Desde elcierredigital.com nos hemos puesto en contacto con la psicóloga tras la publicación de su nuevo libro.

Irene Villa González (Madrid, 21 de noviembre de 1978), periodista, escritora, psicóloga, es, sobre todo, una luchadora. Hija de María Jesús González, funcionaria de la Dirección General de la Policía,  y de Luis Alfonso Villa, taxista, fue hasta 2007 delegada en Madrid de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. 

El 17 de octubre de 1991, con doce años de edad, fue víctima de un atentado con coche bomba de la banda terrorista ETA, que perpetró en la calle Camarena del madrileño barrio de Aluche. El vehículo en el que iba camino del colegio con su madre llevaba adosado la bomba. Como resultado de la explosión perdió las dos piernas y tres dedos de la mano izquierda. En noviembre del año pasado sacó a la venta su último libro: “Saber que se puede. Perdona. Agradece. Confía”.

- ¿Qué te falta por poder hacer?

-Saltar en paracaídas ¡por ejemplo! Siempre hay algo nuevo que probar y una excusa que vale para cualquier momento y edad es: “es que si no lo hago ahora…”. Gracias a esta sabia frase hice cosas que supuestamente no podía: esquío, buceo, hago rutas en bici, piragüismo, volé en helicóptero, avioneta, globo… y lo que más miedo me daba antes, es donde siento ahora más adrenalina y, lo mejor, más libertad.

Portada del nuevo libro de Irene Villa.

- Este libro es una reedición de tu primer libro ¿Qué te ha llevado a reeditarlo?

-Varios motivos: Primero: me preocupan las consecuencias de la pandemia en la salud mental y los efectos negativos de las redes sociales en nuestra mayor aliada: la autoestima. La tecnología por un lado es una tabla de salvación para nuestro día a día e incluso laboralmente, pero genera adicción y baja tolerancia a la frustración.

Segundo: además de contar nuevas aventuras y anécdotas que van a sorprender, quería escribirlo desde una óptica actual y de una forma mucho más dinámica, más impactante (pese a que las experiencias ya lo son, especialmente para quienes piensan que la pandemia es lo peor que les podía ocurrir) y con muchos diálogos, ya que soy consciente de que nuestra capacidad de atención ha cambiado. Hasta a mí, fiel lectora, me cuesta mantener la atención en un libro. ¡Estamos hiperconectados!

Tercero: me gustaría inspirar y ayudar a que trabajemos nuestro interior para tener una vida más profunda y dichosa, mostrando la realidad sin victimismo, sin prejuicios y mirando al miedo a los ojos. Hay momentos duros, despiadados incluso, pero todo se supera con amor. La gratitud atrae momentos mágicos.

-En la contraportada de tu nuevo libro se puede leer “No hay tiempo para el odio porque no hay paz sin perdón. Perdono para vivir” ¿concretamente a qué te refieres con estas frases?

- Perdonar es crucial para tener una vida plena y feliz. Perdonar significa sanar, una persona sana no se ofende por críticas o acciones ajenas porque sabe que no le pertenecen. 

-En todos tus  libros abres tu corazón al lector, ¿en esta ocasión qué tiene de especial esta apertura?

- Tenía que incluir nuevos aprendizajes porque la vida, esa gran maestra, no deja de darme lecciones. A mí, por ejemplo, me cuesta mucho pedir ayuda, soy más de ayudar, de dar, esa es mi energía, pero estoy aprendiendo, a mis 44 años, a dejarme cuidar… ¡y mola mucho!.

Irene Villa.

-¿A qué lector va dirigido este libro?

- Principalmente a los jóvenes. Me preocupa el aumento de suicidios. Los padres se quejan de la falta de sacrificio, compromiso y fuerza de voluntad de sus hijos y justamente esas son las claves de una vida feliz. A ellos quiero decirles que no tengan miedo a la adversidad, que aparecerá para fortalecerles. Todo nuevo crecimiento o renacer viene de la mano de un gran desafío.

-Leyendo este libro parece que haces un recorrido por tu vida.

- Efectivamente, ¡y es una auténtica montaña rusa! Hay episodios muy trágicos, seguidos de verdaderos regalos de la vida, especialmente los nacimientos de mis tres hijos. La vida es amor y dolor. Y no pasa nada por sentirte triste y derrotado, lo que no está permitido es quedarnos para siempre en el victimismo. Esa actitud no ayuda. Hay desiertos emocionales que hemos de transitar pero después hay que hacer algo para revertir el malestar emocional, ya sea cambiar de trabajo o tomar una decisión más difícil, pero que, pese al vértigo y el miedo, tu alma sabe que has de hacerlo. 

-Irene eres conferenciante, deportista, psicóloga, periodista... actividades que combinas con la crianza de sus tres hijos, ¿de dónde sacas tiempo para todas las cosas?

- En el libro comprobarán cómo llevo a la práctica uno de mis principales lemas: “o te mueves o caducas”. Me ayuda mucho hacer estiramientos, pilates... simplemente estar en marcha, conectar con tu cuerpo… el deporte significó un antes y un después: reactiva tu energía. Y cuanto antes nos movamos hacia lo positivo y nos demos cuenta de que sufrir es inútil, mejor.

-En el libro has incluido cartas que has recibido a lo largo de tu vida. ¿Es importante para superar los malos momentos recibir el apoyo de los demás y aceptarlo?

-  Absolutamente. Es fundamental pedir ayuda, normalizar, ir a terapia si es preciso. Nos ahorraríamos mucho tiempo de sufrimiento y sin rumbo. Y la sociabilidad es también una gran terapia, la pandemia lo dejó clarísimo.

-¿Cómo definirías este libro?

- Psicología positiva puesta en marcha en la infancia y en varias etapas de la vida. La actitud optimista y la mente positiva hay que trabajarlas porque tenemos pensamientos que nos hunden, que perjudican incluso la salud, las decisiones, las relaciones sociales… Hay que trabajar contra esa naturaleza menos positiva que todos tenemos: si no ponemos remedio la mente va directa a la negatividad.

-¿Cuántos libros tienes publicados?

- Ocho. mis favoritos son: éste (es como ver una película), “Los ochomiles de la vida”, y mis dos novelas: “Nunca es demasiado tarde, princesa" y “Como el sol para las flores”, los tres con Espasa.

-¿En qué proyectos estás inmersa?

- Sigo con charlas, eventos, entrenamientos con el equipo de esquí de la Fundación... y con muchas ganas de llevar a mis tres hijos a Sierra Nevada para compartir con ellos mi pasión y donde más libre me siento, que es sobre un monoski. También tengo pendiente acompañar a David a alguno de sus transformadores retiros porque aprendo un montón y en ellos pasan cosas muy especiales.

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